La cascada de cuento que visitó Nicolás Cabré donde develó qué siente por Mendoza

Nicolás Cabré se encuentra celebrando sus 43 años en Mendoza. El actor argentino escogió el Valle de Uco para festejar junto a su hija Rufina en un paisaje de ensueño, a través de su cuenta de Instagram comparte las aventuras de los dos en tierras mendocinas. En esta oportunidad una visita a una hermosa cascada.

Cabré disfruta de unas relajadas vacaciones junto a su hija, ambos se hospedan en un hotel del Valle de Uco con unos paisajes que sorprenden. Se encuentra en el departamento de Tupungato, es un rincón único ubicado en Estancia Atamisque, en La Carrera.

En su cuenta de Instagram comparte con sus seguidores las maravillas del lugar y las actividades que realizan. Junto a Rufina han podido compartir mágicos atardeceres al calor de un fogón, hermosas caminatas por las zonas cercanas al hotel donde se hospedan, también salieron a recorrer el lugar a caballo y hasta se animaron a hacer un trekking hasta la Cascada del Ángel. 

El actor compartió la foto en sus historias de Instagram y confesó: "Lo que me gusta Mendoza".

¿Cómo es y dónde queda la Cascada del Ángel?

A este salto de agua se lo conoce también como Quebrada del 55, y se ubica en Potrerillos. Para llegar hasta él es necesario subir un pequeño cerro, siguiendo el curso del arroyo el Salto.

La Cascada del Ángel está ubicada a siete kilómetros hacia el oeste por ruta 7, es un lugar ubicado en un terreno privado, pero de acceso permitido.

Se trata de una subida empinada, por ello algunos logran hacerlo de un solo tirón y otros preferirán ir parando para descansar y disfrutar del paisaje. A lo largo del recorrido, que llevará mínimo unos 30 minutos, uno puede apreciar flora autóctona y es posible hacer avistaje de aves.

Al subir uno comienza a escuchar el sonido del agua que cae y finalmente aparece una enorme elevación de la que cae un hilo de agua. Si bien el lugar no es inmenso, permite descansar en los alrededores y refrescarse en la cascada o atravesarla para observar el interior de una pequeña cueva que le dan un toque aún más mágico al lugar.

El regreso también es disfrute, uno puede contemplar desde allí el dique Potrerillos con una hermosa vista panorámica.