Bosque, senderos y un impactante color rojizo: los secretos de este atractivo en Córdoba

Los paisajes de Córdoba invitan a vivir maravillosas vacaciones o escapadas en contacto con la naturaleza y en movimiento. Con  elevaciones rojizas, un florido bosque y senderos, este atractivo natural ubicado al norte del suelo cordobés es un secreto que todos deberían conocer.

Este destino es una localidad de la provincia de Córdoba situada en la intersección de los departamentos Río Seco, Tulumba y Sobremonte. Es conocido como Cerro Colorado y allí se puede, además de contemplar el paisaje, hacer turismo aventura. Para llegar hasta allí se debe transitar por la Ruta Nacional N° 9 en dirección norte desde la ciudad

Cerro Colorado obtuvo su nombre debido al color rojizo de las elevaciones que definen su paisaje, entre las que se encuentran el cerro homónimo, el Veladero y el Inti Huasi.

Aquí también se ubica la Reserva natural y cultural Cerro Colorado. Es un lugar que conjuga los diferenciales geológicos y silvestres que caracterizan a la provincia con el legado arqueológico de los pueblos originarios que habitaron parte de su territorio. En las cuevas que se encuentran allí hay pinturas rupestres que resguarda la historia de estos pueblos; en las cuales se observan figuras de animales y otros misterios.

En torno a estos cerros predomina un aura verdosa perteneciente a un bosque de guayabos. Se trata de un árbol que puede alcanzar los 9 metros de altura, de pequeñas flores blancas que emanan un aroma que consolidan el atractivo escénico del área. Además, entre la flora local crecen especies como molle, cardón y manzano de campo.

Esta vista de película acompaña a los visitantes rumbo a otro de los distintivos de este destino cordobés, que es un yacimiento con aleros y cuevas en que se pueden observar pinturas rupestres.

¿Qué conocer en Cerro Colorado?

Algunos hitos de Cerro Colorado incluyen los alrededores del río Los Tártagos y el arroyo Los Molles, la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe y el Camping de Guelo, que posee cabañas y propone sumarse a asados en compañía de sus dueños.

Además, se encuentra el Museo Arqueológico Cerro Colorado que representa una oportunidad para profundizar sobre la cultura de los henia y los sanavirones. Allí se exhiben piezas y utensilios que utilizaban estos pueblos originarios.

Aquellos que quieran continuar en recorrido por la historia pueden visitar la casa museo de Atahualpa Yupanqui. La misma resguarda la vida y obra de este exponente de la música. En “Agua Escondida”, que es el nombre original de la propiedad, el artista se retiraba a descansar tras los viajes que realizaba a diferentes lugares del mundo. Es posible recorrer esta residencia junto con una guía para descubrir cada detalle en profundidad.

Otro plus de la casa museo es que permite acceder al sendero “El Silencio”. Este es el sereno camino que el cantautor recorría en búsqueda de inspiración. En el circuito se observan piedras con leyendas que remiten a sus canciones y que invitan a imaginar cómo era su proceso creativo en conexión plena con el entorno.

Un tesoro arqueológico

En la Reserva Cerro Colorado, con más de 3.000 hectáreas, se hallan miles de pictografías que realizaron los henia y los sanavirones, pueblos originarios que habitaron la región. A través de esta forma de comunicación ambos representaron tanto escenas cotidianas como excepcionales, en total se registraron más de 35.000 imágenes de hasta 2.000 años de antigüedad.

Las imágenes aluden a costumbres, guerras y a la figura del español, entre otros conceptos. En general remiten a personas y animales, aunque buena parte la ocupan signos que aún los investigadores no pudieron descifrar. 

Actualmente, entre los cerros habitan mamíferos como el zorro gris, zorrino, hurón y cuis. También se avistan aves como jotes, águilas, gavilanes, zorzales, reyes del bosque, picaflores, catitas, perdices, cardenales y el quitilipi o gran búho cornudo.