Salieron desde Perú en 23 camionetas y un sueño los trajo hasta las rutas de Argentina

“La Ruta de Los Andes es un sueño que perseguimos desde el inicio”, cuenta Sergio Samaniego, el encargado de reunir a 76 personas que partieron desde territorio peruano en camioneta para realizar más de 9.000 kilómetros y conectar así Perú, Bolivia, Argentina y Chile.

Sergio es de Perú y como muchos otros viajeros apasionados por las rutas un día decidió dejar su trabajo de oficina, emprender una aventura que llegaría hasta un lugar que nunca imaginó y se convertiría en un sueño digno del Récord Guinness. 

Es así como surgió “Ruteros Perú”, la comunidad rutera más grande de Sudamérica que cuenta con más de 2.500 miembros en Perú. Tras meses de organización, una parte de estos viajeros llegó hasta Argentina, tras trasladarse en caravana con 23 camionetas y vivir juntos una travesía de 16 días.

9.500 kilómetros de adrenalina

“La Ruta de Los Andes es un sueño que perseguimos desde el inicio, queríamos hacer una travesía que nos permitiera salir a los países vecinos. Comenzamos a organizarla en 2017, aquella vez cruzamos a Colombia y a Ecuador”, recuerda Sergio.

Sin embargo, ese viaje los dejó con gusto a poco y quisieron ir por más. Fue entonces que se propusieron completar aquella ruta haciendo Bolivia, Argentina y Chile en camioneta.

Así fue como “La Ruta de los Andes” llevó a los participantes al salar más grande del Mundo, en Bolivia; a recorrer la ruta más alta de Argentina, Abra el Acay, que supera los 5000 m.s.n.m y a dejarse sorprender con el cerro más alto de Sudamérica, el Aconcagua. Además, visitaron Nazca, Desaguadero, Uyuni, La Quiaca, Salta, Cafayate, Villa Unión y la ciudad de Mendoza.

En total serán 9.500 kilómetros los que recorrerán. Esta travesía se inició el jueves 21 de julio de forma simbólica en el Parque Circuito Mágico de las Aguas, en Lima (Perú) y arribó a la ciudad de Mendoza el martes 2 de agosto. Finalmente, este jueves, 4 de agosto, cruzarán rumbo a Santiago de Chile por el Paso Internacional Los Libertadores.

Es tal la repercusión que ha tenido esta comunidad en general y esta travesía en particular, que han logrado que una gran cantidad de empresas los acompañe en sus travesías. Una de ellas es TotalEnergies, la marca de lubricantes Quartz, quienes los convocaron a ser embajadores de la marca.

Los protagonistas

A estos ruteros los une la pasión por la ruta, las ansias de descubrir nuevos destinos, la dedicación y cuidado de sus camionetas y sus ganas de compartir en familia todo lo vivido. “Esta es una comunidad netamente familiar, nosotros salimos de aventura todos juntos, no tenemos otra forma de hacerlo”, asegura Sergio en su visita a Mendoza.

Desde la organización además destacan que de los 76 viajeros que salieron de Lima, el 55% son mujeres. Además, son 19 niños los que acompañan al resto del grupo y la más pequeña tiene tan solo 10 meses.

Una de los pilotos que viajan desde Perú es Eliana Silva (34), ella viaja con su hijo de 11 años en su camioneta Duster. A ella se sumó otra integrante de la comunidad, Sofía; quien tiene un niño de la misma edad del hijo de Eli. Ambas son fanáticas de los viajes en ruta y se van alternando para manejar los más de 9 mil kilómetros que suponen esta travesía.

“Yo ya había participado en travesías, pero nunca una tan larga. Hay muchos prejuicios con las mujeres al volante, pero poco a poco vamos rompiendo con ellos. Todo el equipo me hace sentir muy bien, siento mucha seguridad y confianza”, comparte Eliana en diálogo con MDZ.

En otras de las camionetas que forma parte de esta llamativa caravana viaja Cristian Valenzuela (35) y su esposa Malenic Tenorio (41), junto a sus dos pequeñas Miranda de 4 años y Amanda de 10 meses, la más joven de la travesía. Esta familia viajera busca demostrar que es posible hacer este tipo de viajes con niños chicos y que todo sea disfrute, pese a la cantidad de horas en ruta y a los kilómetros recorridos.

“Es un sueño poder regalarnos este viaje en familia. Nos preparamos para que pudiesen disfrutar, ambas se están portando muy bien y esperamos que no sea la última travesía que hagamos”, expresa con entusiasmo Cristian.

A su lado lo escucha atenta Melenic, quien sostiene que “es verdad que viajar en familia es pesado, porque la logística es mayor, pero ver sus caras de diversión y como comparten con otros niños nos llena mucho”.

El viaje con niños pequeños puede ser agotador, algunos tramos les llevaron más de 12 horas y hasta tuvieron 7 horas de espera en la aduana de Bolivia; sin embargo esta familia se las ingenia para que sea una vivencia única para los cuatro.

“Mientras vamos en la ruta cantamos canciones, hacemos juegos, contamos cuentos, le vamos mostrando el paisaje, nos pregunta muchas veces y repetimos muchas veces las respuestas. En el trayecto intentamos no usar aparatos electrónicos, para nosotros lo importante es que disfruten la experiencia”, cuenta Melenic.

“Todos nos decían que estábamos locos de hacer esto, empezando por la familia. Pero ahora que nos ven así, ellos también quieren hacerlo”, afirman ambos entre risas.

Es que el entusiasmo que transmite cada uno de estos ruteros es contagioso. A uno le dan ganas de alistar su automóvil, trazar la ruta y emprender un extenso viaje rumbo a vivir aventuras inolvidables y descubrir esos interminables paisajes que esperan por los curiosos.