Así fue la boda entre Flor Silvestre y Antonio Aguilar

Una boda de ensueños y muy esperada. Así la recuerdan los allegados a Flor Silvestre y Antonio Aguilar, ambos fallecidos y creadores de la famosa Dinastía Aguilar.

En una oportunidad contaron los mismos invitados que el sacerdote los regañó porque en medio de la ceremonia hacían bromas de por qué habían tardado más de 30 años en decidir pasar la iglesia.

Para recordar cómo fue la boda entre Flor Silvestre y Antonio Aguilar, primero es necesario saber que fue una verdadera historia de amor de esas que literalmente cumplen “hasta que la muerte los separe” y así fue.

Aunque se conocieron en 1950 por primera vez, Flor y Antonio recién contrajeron matrimonio por civil recién en el año 1959 y a partir de allí su historia siempre fue muy admirada no solo por su familia sino por el mundo del espectáculo en México.

Llegaron a convertirse en un matrimonio de los más queridos y respetados en el ambiente, pero no solo en el mundo de la música sino en aquella época de oro del cine mexicano.

Por su parte Antonio Aguilar, más conocido como “El charro de México” ya había estado casado y, por su parte, la cantante Flor Silvestre también. Ambos habían pasado por matrimonios que deseaban dejar en el pasado y seguramente fue por ello que prefirieron cuidar su gran historia de amor.

A pesar de que se habían casado por civil con una ceremonia de lo más sencilla en el Rancho El Soyate, en una oportunidad contaron que tuvieron que esperar a contraer matrimonio hasta que se resolvieran unos cuantos problemas.

A los años, finalmente celebraron y así fue la boda entre Flor Silvestre y Antonio Aguilar. Por su parte, el "Charro de México" fue vestido con un traje negro de gala y Flor Silvestre con un bellísimo ajuar blanco.

Quien contó algunos detalles que se dieron a conocer fue el periodista Juan Carlos Cuéllar para el diario Excélsior. Entre varios rumores, el periodista aseguró que como ninguno de los dos se había casado por iglesia, después de más de 30 años de vivir juntos y haber pasado por el civil, la boda fue mucho más que emotiva porque verdaderamente se elegían por amor.

Se realizó en el Rancho de la familia Aguilar y había más de 500 invitados que disfrutaron de la amabilidad de todos los integrantes de la Dinastía Aguilar.

Los que estuvieron allí dicen que tiraron la casa por la ventana, pero sin olvidar sus raíces. Eso, es algo que a todos los Aguilar los destaca.

¿Te imaginabas que así fue la boda entre Flor Silvestre y Antonio Aguilar?