Apredió de la peor forma

Por qué Paul McCartney estuvo preso en Japón

Luego de su exitosa visita con The Beatles, Paul McCartney volvió a Japón 14 años después con su siguiente banda, pero terminó tras las rejas. Los motivos.

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MDZ Entretenimiento domingo, 29 de enero de 2023 · 07:31 hs
Por qué Paul McCartney estuvo preso en Japón
Ni bien pisó Japón, Paul McCartney fue arrestado luego de pasar por migraciones. Foto: Archivo histórico

La leyenda de que el rock y las normas no se llevan muy bien está bastante extendida, y que esa relación era peor en los 70 y 80, cuando ser rockero era sinónimo de ser trasgresor. Y si bien The Beatles pudo haber sido la excepción a la regla, cometieron sus excesos de una manera más discreta que sus colegas de la misma época. Pero hubo una vez que su líder, Paul McCartney, dio la nota.

Esto se dio una vez que la banda de Liverpool ya se había disuelto, pero Paul estaba tan maravillado con un destino que, cuando formó su nueva banda, Wings, quiso volver a presentarse en ese país. Fue tal la impresión que se llevó de su primera visita, que no podía esperar para volver a dar un show en Japón.

Aquella gira que hicieron los Beatles en 1966 por tierras niponas fue retribuída con mucho cariño, , y un concierto con taquilla reventada en el Nippon Budokan. Todo eso quiso revivir McCartney al momento de organizar el Japanese Tour que lo presentaría en las ciudades de Tokio, Osaka y Nagoya, pero todo se truncó al momento de pisar el aeropuerto de Narita.

Los Wings llegaron a la tierra del sol naciente el 16 de enero de 1980 y, al momento de pasar por migraciones, Paul fue escoltado por la policía y llevado directamente a prisión. En un reportaje para la revista Performing Songwriter, contó: “Cuando el tipo la sacó de la maleta, parecía más avergonzado que yo”.

Es que el oficial de migraciones encontró una bolsa con 230 gramos de marihuana dentro de la valija de McCartney, que no se esperó lo que pasó después. “Pensé que él solo quería ponerla de nuevo donde estaba y olvidarlo todo”, recordó y añadió: “No intenté esconderlo. Acababa de llegar de Estados Unidos y todavía tenía esa mentalidad americana de que la marihuana no era tan mala. No me di cuenta de lo estrictos que son los japoneses”.

Justamente, si de algo son famosos los ciudadanos nipones es de su respeto por la autoridad y el alto acatamiento a las normas, tanto a las civiles como a las sociales, las escritas y las implícitas en el imaginario colectivo de la sociedad. Y no solo eso, sino que antes de partir, Paul había sido más que advertido: “Todo el mundo nos había dicho, ‘no lleves drogas a Japón’”.

El hacer oídos sordos le costó muy caro, tanto económica como emocionalmente. “Mi primera noche fue la peor. No pude dormir. Y cuando dormía tenía pesadillas. Estaba aterrado ante la posibilidad de no ver a mi familia en años. Me dijeron ‘¡podrían caerte siete años de trabajos forzados!’”, contó a Channel 4 acerca de su estadía en una celda de dos metros cuadrados, en la que debía limpiarla a diario y donde no comprendía el idioma de sus vecinos.

Estuvo preso nueve días, en los que poco a poco fue levantando el ánimo gracias a una visita de su esposa, Linda, y a conversar con gente que no entendía su idioma. Su puesta en libertad se dio gracias a que sus abogados llegaron a un acuerdo con la Justicia japonesa, y fue así que McCartney volvió a Inglaterra sin ser en juiciado, pero también canceló todas sus presentaciones y pagar alrededor de un millón de libras esterlinas en concepto de resarcimiento a los fans y organizadores, además de ser deportado de por vida.

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