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San Juan se afirma como el corazón minero del RIGI y redefine el mapa productivo de Cuyo

Con proyectos aprobados y nuevas postulaciones de clase mundial, San Juan lidera el esquema de grandes inversiones en el sector minero.

Proyecto Los Azules de minería de cobre. Foto: McEwen

La aprobación de los primeros proyectos bajo el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) empieza a marcar un punto de inflexión para la minería argentina y ubica a San Juan en un lugar central dentro de ese proceso.

Con dos iniciativas estratégicas ya avaladas, esa provincia no solo lidera el mapa minero nacional dentro del nuevo esquema, sino que comienza a consolidarse como la jurisdicción clave para el desarrollo de proyectos de clase mundial, con impacto directo en la economía de Cuyo y del país en su conjunto.

El RIGI, diseñado para atraer inversiones de gran escala mediante beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios, ya suma diez proyectos aprobados en todo el territorio nacional, con compromisos que superan los 25.000 millones de dólares. De ese total, cuatro corresponden al sector minero y dos se localizan en San Juan: Los Azules, un proyecto de cobre con una inversión estimada en 2.672 millones de dólares, y Gualcamayo, orientado a la producción de oro y plata, con desembolsos comprometidos por unos 665 millones de dólares. En conjunto, estas iniciativas superan los 3.300 millones de dólares y explican el liderazgo sanjuanino dentro del régimen.

A ese escenario se suma un dato clave: además de los dos proyectos ya aprobados, San Juan también avanza con la postulación de nuevos desarrollos de gran escala. Uno de ellos es El Pachón, un histórico proyecto de cobre ubicado en el departamento Calingasta. En paralelo, la provincia también suma la postulación de Vicuña, el proyecto integrado que reúne los activos Josemaría y Filo del Sol, bajo un esquema de desarrollo conjunto.

Más allá de los montos, el dato de fondo es la calidad de los proyectos. San Juan concentra algunos de los desarrollos greenfield más relevantes de la cartera minera argentina, en un contexto global donde escasean los nuevos yacimientos de cobre de gran envergadura. Esa condición otorga a la provincia una ventaja estratégica: sus proyectos no solo responden a la demanda actual, sino que se proyectan como parte de la solución a un déficit estructural de oferta que enfrenta la oferta de cobre internacional.

Este escenario comienza a redefinir el rol de San Juan dentro de Cuyo. Con una cartera metalífera en expansión, reglas claras y un marco de seguridad jurídica sostenido en el tiempo, la provincia avanza con paso firme hacia un posicionamiento que, en el mediano plazo, podría ubicarla muy por encima del resto de las economías regionales en términos de generación de divisas, empleo calificado y tracción productiva. La minería aparece así como el principal vector de transformación económica de la región.

Desde una mirada nacional, el avance de los proyectos sanjuaninos bajo el RIGI también tiene implicancias más amplias. Mientras Argentina busca recuperar volumen de inversiones y reposicionarse en el mapa global de los recursos naturales, San Juan emerge como el principal foco minero del país y uno de los polos más atractivos de esta parte del mundo. No se trata solo de producción, sino de escala, tecnología y capacidad de inserción en las cadenas globales de valor.

En ese mismo contexto regional, Mendoza aparece con una única alternativa concreta de postulación minera al RIGI: PSJ, el proyecto de cobre ubicado en Uspallata. En el sector se da por descontado que el emprendimiento avanzará con su presentación, teniendo en cuenta que cuenta con la ley provincial que autoriza la construcción y puesta en marcha de la mina.

Junto a los proyectos de San Juan, el RIGI incluye iniciativas de litio en Salta (Rincón) y Catamarca (Hombre Muerto Oeste), además de desarrollos en energía, siderurgia e infraestructura. Sin embargo, es la minería metalífera sanjuanina la que hoy concentra la atención por su potencial transformador y por el rol que puede jugar en un sector que necesita, con urgencia, nuevos proyectos de gran escala. En ese marco, San Juan no solo lidera el presente del RIGI, sino que empieza a perfilar el futuro minero argentino: una provincia que se proyecta como referencia regional, motor de Cuyo y plataforma desde la cual Argentina puede volver a ocupar un lugar relevante en la minería global.