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La tormenta que se fue: cómo sigue el "Plan Bessent" y el temor del mercado hacia octubre

Wall Street y los bancos festejaron el fin de la corrida del dólar y los bonos. Ahora vienen las precisiones y, sobre todo, la mirada hacia octubre. Que pasará con el tipo de cambio y como impacta el miedo a un regreso al pasado.

Scott Bessent y Javier Milei.

Scott Bessent y Javier Milei.

EFE

La montaña rusa que vivió el mercado argentino en la última semana registra pocos antecedentes en la historia. Un par de ejemplos alcanzan para entender la sorpresa que vivieron algunos. Del lunes a este jueves algún inversor pudo haber vendido un bono como el AL30D en 42,8 y otro lo compró ayer a 58,76. En tres días hábiles la diferencia entre puntas, y en dólares, pudo llegar a superar 30%.

El GD30, otra vedete de los bonos argentinos, muestra diferencias similares. De punta a punta la variación fue de un cierre a 71,67 a una apertura a 85,20. Las ganancias en dólares, para algunos, para "los que la vieron", fueron superiores a 12% en solo 3 días. Para los locales, en Buenos Aires, hay que sumarle el impacto de la baja en dólar que se derrumbó de $1.523,75 a $1.360, algo que multiplicó la alegría. En acciones hubo pérdidas y ganancias que tambien marcaron récords en el mercado.

Cualquier operador de la mesa de dinero de un fondo de inversión en Nueva York se merecería el premio del año por parte de sus jefes por semejante mérito. En el medio, obviamente, estuvieron los anuncios de Tesoro de los Estados Unidos y el articulado de imágenes y declaraciones de Javier Milei y su equipo desde Nueva York. En estos casos lo que vale es la información. Todos los participantes se conocen de antemano: Luis Caputo, José Luis Daza, Demian Reidel, el propio Scott Bessent, todos viejos conocidos de Wall Street.

Lo que hoy ya se conoce como el "Plan Bessent" fue organizado con precisión por hombres del mercado y con el impacto preciso para Argentina en medio. Y llegó justo a tiempo cuando las dudas sobre la gobernabilidad política, los ruidos en el plan económico y el temor al regreso a un quinta era kirchneristas estaban minando seriamente las bases del gobierno de Javier Milei.

El terremoto se frenó con esa dosis masiva de antibióticos que surtió efectos inmediatos, pero la expectativa aún se mantiene por el futuro y específicamente por lo que sucederá desde octubre con el régimen cambiario. Además, si hablamos de información, aún falta mucho por conocer, sobre todo en materia de implementación de algunos de los anuncios que Scott Bessent hizo un poco antes que Javier Milei hablara ante la Asamblea Anual de la ONU.

El mercado reconoció la maestría del movimiento que hicieron entre el secretario del Tesoro de Estados Unidos, con órdenes directas de Donald Trump de abrir la billetera, el propio presidente estadounidense que claramente privilegia su estrategia de mantener un socio solido en Latinoamérica en medio de las incertidumbres de la zona, aunque también abrió en Nueva York algunas puertas para recomponer con Luis Inacio Lula Da Silva, Milei y su pedido a Washington y Caputo articulando. Ahora viene la implementación de ese plan y, cuando baje la espuma, la realidad del desafío político de octubre y el futuro de la economía más allá de las elecciones.

Conviene repasar anuncios políticos, euforia, impactos y medidas reales para resumir que hay que esperar a partir de ahora. Faltan precisiones y, sobre ver, ver como funcionará la garantía de US$ 20.000 que se prometió con el Fondo de Estabilización y en que condiciones EE.UU. comprará deuda argentina sin violentar el "pari passu" con el resto de los fondos que tienen bonos del país.

El lunes pasado el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ratificó que se negociaba con la Argentina una ayuda financiera. El Gobierno sumó el anuncio de retenciones cero para todos los granos hasta el 31 de octubre.

Este punto ya tuvo impactó y se terminó: el agro liquidó los US$7.100 millones de objetivo, con algunas compras express de granos y harina por parte de China y, por lo tanto, las retenciones cero se terminaron. El campo desde ahora volverá a llenarse de preguntas sobre el futuro.

"Vamos a ayudarlos, no creo que necesite un rescate. Si miras dónde estaba cuando compitió por primera vez para presidente y dónde está ahora, diría que es muy increíble", sumó después Donald Trump y lanzó una campaña por la reelección que ni el propio gobierno argentino había pedido. Ya en ese momento el dólar bajaba $45 y el riesgo país se derrumbaba dirigiéndose desde los 1.496 que había cerrado el viernes 19 hacia menos de 1.000 puntos. Quienes habían comprado bonos argentinos se agarraban la cabeza.

El Banco Mundial se sumó, como suele hacerlo siempre, con US$4.000 millones para la Argentina y atrás vino el BID con US$3.900 millones. Aunque en esos casos los desembolsos vienen con afectación a planes específicos, todo va a reforzar reservas, que es lo que importa hoy ya que el máximo problema fue, y sigue siendo, que el Banco Central no compró los dólares que se había comprometido en el acuerdo con el FMI. Parte de la declaración de Kristalina Georgieva sobre la Argentina tuvo que ver con eso, más allá del tono de festejo de su mensaje.

En el anuncio de Bessent hubo un punto que quizás paso desapercibido por muchos pero que tiene que ver directamente con las empresas radicadas en el país.

Estados Unidos es el principal inversor directo en Argentina con un stock de US$31.882 millones. Es el 17 % de la Inversión Extranjera Directa, seguido por España y los Países Bajos. Entre los tres concentraron el 45% del stock de IED en Argentina de acuerdo a informes del BCRA. No llama la atención, entonces, que Bessent prometiera intervenir para que las empresas de su país reforzaran inversiones, cuando la realidad indicó que la IED vino cayendo en el último año producto de la incertidumbre de inversores en el futuro.

Es solo una muestra de los desafíos que vienen. La tormenta pasó, pero el objetivo del mercado aun es octubre, el “monstruo” sigue siendo el miedo a un regreso al pasado, pero también la duda a cómo será el futuro.