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La inflación real y el INDEC: ¿por qué la plata no alcanza hasta fin de mes?

El divorcio entre el índice de precios del INDEC y el impacto que sienten las familias en el bolsillo. ¿De quién es la culpa? ¿Está mal medida la inflación?

Inflación y la eterna duda sobre el índice que informa el INDEC.

Inflación y la eterna duda sobre el índice que informa el INDEC.

Archivo MDZ.

Es muy común escuchar a la gente descreer del Índice de Precios al Consumidor cuando es publicado. Si bien, en el mundo de los economistas lo utilizamos para ver si la inflación está subiendo o bajando, el común de la gente suele no confiar en el dato. Es como si dijeran, a mí las cosas me aumentan más de lo que publica el INDEC.

Actualmente, ese divorcio entre el IPC y lo que la gente siente en el bolsillo es más marcado y la realidad es que tiene lógica.

La pregunta es: ¿por qué la gente siente que el IPC no refleja el aumento de sus gastos mensuales? La respuesta corta es que el IPC está desactualizado. En efecto, el IPC está compuesto por una canasta de bienes y servicios.

¿De dónde surge esa canasta de bienes y servicios que usa el INDEC? De analizar cuánto gasta una familia tipo 2 en bienes y servicios.

Una familia tipo 2 para el INDEC es un matrimonio de hombre y mujer, ambos de 30 años, con una hija de 8 años y un hijo de 6 años.

Esa familia tipo 2 consume cada mes carne, papas, fideos, ropa, medicamentos, transporte público, alquila una vivienda, paga luz, gas, agua, etc. Es decir, consume una serie de bienes y servicios. A cada uno de esos bienes y servicios el INDEC le da una ponderación, es decir, dice: esta familia, del total de sus gastos, destina tal porcentaje a carne, tal porcentaje a ropa, tal porcentaje a transporte, etc.

El problema es que esos porcentajes son de 2004 cuando la tecnología y las costumbres de consumo eran muy diferentes.

Cuadro 1

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Veamos un ejemplo para tratar de dejar más en claro el problema que tiene el actual IPC para medir la inflación.

En la primera columna seleccione algunos rubros del sector servicios que componen el IPC.

En la segunda columna muestro cuánto aumentaron esos rubros entre noviembre de 2023 y noviembre de 2025.

Y, la parte importante, en la tercera columna muestro qué porcentaje del total de los consumos de una familia dice el INDEC que destina a cada producto o servicio.

Por ejemplo, el INDEC dice que de todos lo que consume una familia en el mes, el alquiler de la vivienda representa el 3,5% del total de sus gastos.

Un alquiler de un departamento de 2 ambientes en el Gran Buenos Aires, no debe bajar de los $ 400.000, siendo optimistas y tomando un valor no muy alto para que no digan que exagero.

Si tomamos un ingreso mensual de $ 1.600.000 (tomo el RIPTE como referencia) para esa familia, y asumimos que no ahorra un centavo, es decir gasto todo su ingreso, entonces el alquiler representa el 25% de su consumo mensual, no el 3,5%.

Si tomamos el caso de las prepagas, el INDEC dice que del total de sus consumos la familia destina el 3,2% a la prepaga. Solo en el caso de las obras sociales sindicales, en que los empleados están obligados a aportar a la obra social, le descuenta el 3% del salario. La realidad es que una prepaga en la categoría más económica, no baja de $ 200.000, eso representa el 12,5% de sus gastos tomando un presupuesto mensual de $ 1.600.000.

El consumo de carne vacuna en 2004 era de unos 67/69 kilos por persona por año y ahora consume unos 50 kilos por habitante por año. Al consumo de carne vacuna se le da una ponderación del 7% en el Gran Buenos Aires, cuando ahora se consume menos y, por lo tanto, la gente gasta menos del 7% en carne vacuna dentro del total de sus gastos.

En definitiva, la gente tiene razón cuando dice que la inflación que informa el INDEC no es la que tiene en el bolsillo por la sencilla razón que el IPC tiene mal las ponderaciones. Eso lleva a que el tipo de cambio real debe estar mucho más atrasado de lo que algunos economistas estiman, porque el IPC debe ser mayor dado que los rubros que más aumentaron tienen una ponderación menor a la real.

Mi punto es que, por tener un IPC viejo y las ponderaciones estar distorsionadas, la tasa de inflación mensual que tenemos es mayor a la que informa el INDEC.

Se dice que los salarios acompañaron la inflación. Lo cual era cierto.

Gráfico 1

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Si tomamos la evolución del índice de salarios del sector privado formal que publica mensualmente el INDEC, y lo ajustamos por el IPC vamos a ver que, en octubre, último dato disponible al momento de redactar estas líneas, estaba casi igual que en noviembre de 2023.

Es decir, en base a estos datos, el salario real cae hasta marzo de 2024 y luego empieza una fuerte recuperación que sigue hasta noviembre de 2024 y luego acompaña la inflación.

¿Cómo es posible que si el salario recuperó lo que perdió inicialmente por la inflación y ahora esté igual que en noviembre de 2023, la gente diga que la plata no le alcanza?

Porque, como decía antes, el IPC subestima la inflación real y, por lo tanto, la suba del salario nominal supera al IPC que informa el INDEC.

Es más, como la gente destina más plata a pagar la vivienda, la luz, el gas, el transporte público, el agua, la prepaga, etc., le queda menos margen para el supermercado, salir a comer a un restaurante o comprarse una camisa.

Insisto, tener una canasta de bienes y servicios de hace 21 años no refleja la realidad de una canasta de consumo de una familia.

Hoy la gente come menos carne vacuna hasta por cambios de hábito como gente que se hizo vegetariana o vegana.

Los celulares, en 2004, no tenían internet. Se mandaban mensajes de texto.

Hoy se compra menos diario papel porque se lee por internet.

La gente va menos al cine y ve más películas por las plataformas pagas.

A partir de 2026 el INDEC va a publicar el nuevo IPC base 2016. ¿Se soluciona el problema? Parcialmente, porque la composición del IPC base 2016 es mejor que el de 2004, pero la encuesta para determinar cuánto consume de cada cosa, cada familia, se hizo entre marzo de 2012 a marzo de 2013. Ya empezamos con más de 10 años de atraso.

Finalmente, si el IPC está mal diseñado, el ajuste de las bandas del tipo de cambio va a tomar un dato de inflación errado y eso va a generar que continúe el atraso del tipo de cambio real.