El Gobierno enfrenta el primero de tres exámenes financieros antes de ir a votar
En medio de la tensión poselectoral y de cara a la transición, el Gobierno enfrenta este miércoles una prueba clave con la renegociación de letras del Tesoro por 14 billones de pesos. La mitad de esa deuda está en manos privadas y un eventual rechazo a la renovación podría presionar con fuerza sobre el mercado cambiario.

Llegó el 10 de septiembre del 2025, una de las tres jornadas en las que el Gobierno se jugará gran parte del proceso de transición, hoy complicado, entre las elecciones bonaerenses del domingo pasado y las legislativas nacionales del 26 de octubre.
El Ministerio de Economía irá este miércoles a una nueva de renegociación de letras del Tesoro por unos 14 billones de pesos, de los cuales, la mitad, está en poder de privados. Son unos 5.000.000 millones de dólares, en pesos; un nivel que de volcarse totalmente al mercado de demanda de divisas generaría zozobra en el mercado financiero y cambiario; algo que, obviamente, el Gobierno no dejará que ocurra y se verá el mecanismo utilizado para frenar el eventual traspaso masivo de pesos a dólares, en el caso que la aceptación de la oferta de renovación de letras no sea atractiva para los potenciales demandantes que hoy tendrán moneda doméstica a su disposición.
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Pero para tomar estas decisiones, Economía deberá esperar primero el grado de aceptación. Segundo, la tasa de interés que aceptó la secretaría de Finanzas para esa potencial renovación.
Los tenedores de letras, que aceptarán o no la oferta oficial, son fundamentalmente: bancos, fondos de inversión y "money makers", quienes en la última semana de agosto pasado renovaron la totalidad de la deuda, pero a una tasa de interés de 75%; un nivel, obviamente, insostenible en el largo plazo y que solo se justifica en la necesidad de sostener cierta estabilidad cambiaria y financiera hasta el momento de ir a votar.
El equipo económico de Luis "Toto" Caputo, con el secretario de Finanzas Pablo Quirno, saben que la parada es bien difícil, y que hay una hipótesis de máxima: que nuevamente se renueve la totalidad de los vencimientos y con la misma tasa de interés que la de agosto; o, en lo posible, una pequeña contracción.
Para el Palacio de Hacienda, todo en medio de un panorama político enturbiado y complicado luego de las elecciones legislativas bonaerenses del domingo pasado, un golpe del que aún la Casa Rosada no puede reaccionar, algo que los mercados observan con detenimiento; precaución y bastante temor.
Se verá entonces si los propietarios de las letras que vencen este miércoles le dan una oportunidad más a Economía, o si insisten con aquella recomendación del 30 de junio del JP Morgan de abandonar todo lo que huela a pesos, desmantelar las posiciones de carry trade e irse al dólar hasta nuevo aviso.
El menú que la Secretaría de Finanzas pondrá disposición de los tenedores de deuda está compuesto por tres letras tasa fija a octubre y noviembre 2025 y a enero 2026, un bono CER a marzo 2026, dos bonos dollar-linked con vencimientos en octubre y diciembre 2025 y, finalmente, una nueva letra ajustable por la tasa Tamar a diciembre 2025.
El Tesoro enfrentará vencimientos por $7,2 billones en manos de privados, monto que descendió luego del canje realizado con el Banco Central. Las expectativas son amplias y fuertes. Y se hablaba el martes de ciertos contactos con bancos para que desde el sistema financiero se le de algún tipo de respiro al Gobierno, en jornadas tan complicadas, más en lo político que lo económico.
Se verá este miércoles entonces por la tarde, el grado de confianza que aún permanece en la economía, y las condiciones que buscan imponerse mutuamente el Palacio de Hacienda y los operadores financieros, en tiempos en los que el dominio de la situación del mercado de capitales está siendo observada desde los "money makers".
Es además la jornada 32 desde las elecciones del domingo pasado, que el Gobierno deberá transitar hasta llegar al 26 de octubre, días en los que se rinden exámenes tanto financieros como monetarios y cambiarios. Sin embargo, las tres jornadas más complicadas son las de este miércoles y las del 26 de septiembre y el 15 de octubre, días en los que la Secretaría de Finanzas se juega la renovación de letras y el mantenimiento, disminución o baja de las tasas de interés del mercado preelectoral, el último día hábil de cotizaciones antes de la votación del 26 de ese mes. Las más importantes serán tres: el 10 y 26 de septiembre, y el 15 de octubre. En total, sumando los tres días de licitaciones, vencen unos 33 billones de pesos, divididos en 24 billones septiembre y otros 9 billones el 15 del mes próximo.
Quiso el destino que la renovación de este miércoles sea demasiado pronto y sin tiempo necesario y prudente para digerir la derrota del domingo, y votar sobre la buena, regular o mala salud del plan monetario, cambiario y financiero del Gobierno; más teniendo en cuenta que uno de los muchos mensajes de los votantes bonaerenses es la protesta por el estancamiento de la economía real y la falta de reacción de la industria y la construcción, rubros y sectores que tienen en la provincia gran parte de los perdedores del modelo de Javier Milei.
Para comenzar a solucionar este problema altamente negativo a nivel electoral, sería imprescindible que comiencen a bajar las tasas de interés y se reactive el crédito a los sectores productivos. Sin embargo, los vencimientos de letras del Tesoro vienen castigando al Gobierno con la obligación se subir las tasas, las que en la última semana de agosto llegaron al 75%, cuando 20 días antes habían pagado el 69%.