Economía: los escenarios que se abren después de las elecciones en Buenos Aires
Los analistas esperan que el Gobierno tome medidas para liberar a la economía de las trabas del torniquete monetario. Caputo ya mostró signos de que no quiere cambios en el plan económico que impliquen el costo de un nuevo proceso inflacionario.

El Ministerio de Economía se juega una parada difícil en la licitación del miécoles.
ArchivoLa dura derrota electoral en la provincia de Buenos Aires para el Gobierno abrió numerosos interrogantes sobre el futuro del plan económico, tanto en lo coyuntural como en lo estructural.
Luego de una primera jornada de nerviosismo inversor, con derrumbe en las cotizaciones de las acciones y los bonos en los mercados financieros y una disparada inicial del dólar, llega el tiempo en el que se impone un análisis más detallado.
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Las primeras señales del Gobierno son concretas: no tienen intenciones de cambiar nada. En la misma noche electoral, el presidente Javier Milei, anunció que que no habrá modificaciones en ninguno de los programas económicos en marcha, algo que ratificó el ministro Luis Caputo minutos después. Y al día siguiente, tras sendas reuniones de Gabinete se anunció la implementación de una mesa política conformada por las mismas personas que llevan adelante el Gobierno desde hace meses.
No obstante, los analistas creen que no hay espacio para que no haya algunos cambios y lo que resta es saber cual es la profundidad de ellos para saber el itinerario de la economía hasta las elecciones de octubre y más allá.
Según el análisis del Centro de Estudios CEPA, el Gobierno puede seguir dos caminos: "Con el plan aguantar, buscando nuevamente forzar el dólar a la baja interviniendo en dólar futuro, manteniendo las tasas en niveles reales inéditos y subiendo encajes remunerados para garantizarse el rollover en la deuda en pesos" o "permitir que el dólar busque un equilibrio en un nivel más cercano a la banda, sin tener que forzar tanto el esquema".
La primera opción es considerada por muchos como insostenible. Aunque, el Gobierno logre presionar exitosamente a los bancos para que vuelvan a comprar las letras del Tesoro de la licitación de mañana y que los dólares alcancen para mantener a raya el tipo de cambio, los niveles de encajes y de tasas de interés pueden poner en profundos problemas a la economía real y aumentar el malestar de la ciudadanía, además de aumentar el disgusto de los banqueros y los operadores económicos que esperan cambios en el programa económico.
La segunda opción significaría que "el BCRA, sosteniendo la banda, podría traer cierta confianza en que mantendrá su palabra, al menos hasta las elecciones". El problema, por supuesto, reside tanto en el impacto inflacionario como en el nivel de actividad que podría tener y en el costo político que el Gobierno deberá afrontar en las elecciones de octubre. Además, si se percibe como un esquema transitorio, le será muy costoso al BCRA defender el techo de la banda en la previa a las elecciones nacionales.
Los fundamentos del plan económico no se cambian
Desde ya que nadie espera que los fundamentos del programa cambien. El equilibrio fiscal, el superávit comercial y una inflación contralada continúan firmes; sin embargo, los 40 días que faltan para las elecciones de octubre pueden ser difíciles para la economía en general.
Para la consultora ABECEB, "es esperable que, en el corto plazo, se genere un clima de mayor incertidumbre. Los agentes interpretan que la elección reconfigura equilibrios internos y, en ese contexto, suelen predominar estrategias de wait and see: postergación de consumo durable, inversiones privadas y contracción de importaciones. Este escenario puede trasladar mayor volatilidad al frente financiero, con presiones cambiarias y de cobertura, aunque el gobierno cuenta con herramientas fiscales y monetarias suficientes para contener desvíos".
Una licitación clave
El Gobierno realizó hoy el llamado a la licitación del miércoles en la que espera renovar $7,3 billones de Lecap, pero el resultado electoral abrió grandes signos de interrogación. Del desenlace de esta operación financiera surgirá gran parte de la estrategia oficial. En el mercado ya se hablar de "obligar" mediante incentivos a medida a los bancos a suscribir los títulos, entre los que se encuentran LECAP, BONCER, TAMAR y Dólar Linked, todos con vencimiento post elecciones. Se espera que el aumento de los encajes integrables en títulos, sea una de ellas.
La moneda está en el aire y el mercado pone la mira en octubre. El escenario es mucho más adverso para el oficialismo y comienza a verse reflejado en los precios de las acciones y los bonos, ya que una derrota en octubre no sólo deja una muy mala foto de cara a las presidenciales de 2027, sino que, con los soberanos en dólares rindiendo 20% TIR, el gobierno deberá prácticamente olvidarse de una refinanciación de los vencimientos de deuda en moneda extranjera en el mediano plazo. Esto lo obligará a acumular dólares en el Mercado Libre de Cambios para pagar los vencimientos en efectivo, lo que presionará fuertemente al tipo de cambio.
Es muy probable que esta estrategia funcione y que el Gobierno logre impedir una crisis mayor. Y también es probable que eso sea acompañado por una recorrido del mercado cambiario calmo.
Pero todo esto estará supeditado a cambios que se le exigen al Gobierno. El primero es político. Según ABECEB, "con puentes políticos, el mercado otorga alivio", pero "con confrontación, sostiene la prima y obliga a gastar más herramientas. Va a haber más presión en la actividad porque el gobierno debe defender las reservas que tiene y, podría optar por subir encajes de nuevo. Eso quiere decir, tasas de interés muy altas que impactan en la liquidez y en la economía real".