Dólar: cómo ve la tendencia Domingo Cavallo y a cuánto podría llegar
El exministro de Economía admite que la salida del cepo lo sorprendió por resultados no deseados y da pistas para lograr estabilidad en el dólar y crecimiento.

El exministro de Economía Domingo Felipe Cavallo analizó la marcha de la economía desde la salida parcial del cepo y los movimientos en la cotización del dólar.
Foto: Archivo MDZA fines de 2024 el exministro de Economía Domingo Cavallo resumió su receta frente al dólar para que la salida del cepo no fuera inflacionaria, recomendándole al gobierno de Javier Milei que, en lugar de postergar la eliminación del cepo para después de las elecciones, considerara su eliminación en los primeros meses del 2025.
Esto permitiría llegar a la elección con la economía estabilizada, reactivada y en proceso de crecimiento por inversión y aumento de productividad.
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Palabra de Cavallo
En ese momento, Cavallo argumentó que cuando se decidiera la eliminación completa del cepo, habría seguramente un salto cambiario, pero ello no significaría interrumpir el proceso de desinflación sino, por el contrario, podía significar la consolidación de la estabilidad monetaria y cambiaria y la recuperación sostenida del nivel de actividad económica.
A la luz de los hechos, sin duda, reconoce el propio Cavallo, acertó en que habría un salto cambiario que no necesariamente provocaría aceleración inflacionaria, en términos de un significativo traspaso a precios, pero sobre lo que no atinó fue que podría significar la consolidación de la estabilidad y el crecimiento.
Según explica, su optimismo sobre el efecto positivo de la apertura del cepo, tanto en materia de estabilidad como de crecimiento, se basaba en que “la eliminación del cepo provocaría una mayor reducción del riesgo país, facilitando el acceso a financiamiento para afrontar los vencimientos de capital de la deuda en dólares, y a la vez ayudaría a contar con saldos favorables en la balanza comercial para facilitar el acceso del Tesoro a la compra, con los pesos de su superávit fiscal primario, de los dólares necesarios para afrontar el pago de los intereses de esa deuda”.
Cepo y dólar
¿Qué ve ahora Cavallo y por qué estos efectos positivos aún no se han producido?
Tras analizar lo ocurrido desde la salida parcial del cepo (salto cambiario inicial del 10% que gradualmente se aproxima al 25%, tendencia de la tasa de inflación que no ha variado y se mantiene alrededor del 2% mensual, y nivel de actividad que, a pesar de grandes diferencias sectoriales, se había recuperado hasta el primer trimestre del año y está tendiendo a estancarse) destaca que “el problema, que no era esperado por las autoridades económicas, y que preocupa, es que la tasa de riesgo país no ha descendido suficientemente y las tasas de interés que el Tesoro tiene que pagar para renovar los vencimientos de su deuda en pesos han aumentado significativamente en términos reales”.
Además, “tampoco se observa un mejoramiento del saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos, que sigue siendo negativa y no alcanza a ser compensada por la entrada neta de capitales”.
Para Cavallo, esto se explica en parte porque aún no se ha eliminado todo el cepo y en parte porque no hay suficiente para las empresas. “Esto importa porque las empresas y entidades financieras, son las que pueden movilizar grandes cantidades de capitales y son muy sensibles al riesgo de quedar atrapadas sin salida cuando tienen que decidir si traen dólares al país”.
En busca de estabilidad
Por lo tanto, a pesar de haber eliminado parte de las restricciones (cepo a las personas), no se ha conseguido consolidar un clima de estabilidad monetaria y cambiaria capaz de apuntalar la recuperación sostenida del nivel de actividad económica.
Pero hay un factor adicional que explica la volatilidad de las últimas semanas: “Una idea de Milton Friedman y de la escuela de Chicago, a mi parecer muy compatible con las ideas libertarias, aún más que el control cuantitativo del dinero. Es la de la preferencia de las reglas por sobre la discreción en el manejo de instrumentos de política económica”, explica.
Esto, en materia de sistema monetario y cambiario, significa que lo primero que hay que hacer es establecer las reglas de organización del sistema que permitan a los operadores poder predecir, o al menos entender, los pasos que va dando el Gobierno para alcanzar sus objetivos.
En esta materia, sostiene Cavallo, aún falta camino por recorrer: algunas de las decisiones de política monetaria son difíciles de entender y explicar, desde la introducción del concepto de “base monetaria ampliada” y “dolarización endógena”, la eliminación de los Pases y el reemplazo de las LELIQ por las LEFI para sacar los intereses de las cuentas del BCRA y pasarlos al Tesoro, y finalmente pagar integralmente las LEFI con emisión del BCRA.
“Esta falta de claridad sobre los instrumentos y los tiempos se percibe como discreción en el manejo monetario y seguramente ha contribuido a la volatilidad monetaria y cambiaria”.
Restricciones que se mantienen
También es crítico que por más que el Gobierno pregona la competencia de monedas del peso con el dólar, el mantener las restricciones que impiden o limitan severamente la intermediación financiera en dólares y la convertibilidad del peso, al tiempo que se facilita el atesoramiento de dólares de las personas y el turismo en el extranjero tampoco contribuye al clima de estabilidad.
Ocurre, según Cavallo, que al mantener las restricciones para las empresas y entidades financieras se alimenta la expectativa de un salto devaluatorio adicional al ya producido. “Esa expectativa desalienta la entrada de capitales que no sea tipo “carry trade” y lleva a que las tasas de interés en pesos tiendan a aumentar”.
El exministro argumenta que la estabilidad cambiaria luego de la eliminación completa del cepo, se podrá mantener si el tipo de cambio sobreviniente se estabiliza sin que el BCRA venda reservas, y para que ello ocurra, es necesario que el tipo de cambio sea compatible con alentar la entrada de capitales.
“Si la entrada de capitales es vigorosa, el BCRA podrá, al mismo tiempo, comprar reservas y permitir la apreciación del peso que revertirá automáticamente cualquier aumento en la tasa de inflación que suceda al salto cambiario inicial. Este es el fenómeno típico de los planes de estabilización con libre movimiento de capitales”.
Salida a la peruana
Por ello, Cavallo insiste con el esquema a la peruana, dada la idea oficial de competencia de monedas. Sostiene que, si se logra la estabilidad cambiaria con competencia de monedas a la peruana, la economía podrá funcionar con menos rigidez que con una dolarización completa o una convertibilidad con tipo de cambio fijo.
¿Cómo funcionaría el sistema cambiario y monetario de competencia de monedas? Explica Cavallo que los bancos recibirán depósitos en todo tipo de cuentas tanto en pesos como en dólares y el BCRA controlará la expansión del crédito bancario en cada una de las dos monedas con los mismos instrumentos: los encajes legales obligatorios (que podrán ser diferentes) y las operaciones de mercado abierto con bonos en pesos y en dólares para regular la tasa de interés en las dos monedas.
“La estabilidad de precios de la economía requerirá que tendencialmente el peso no se deprecie, aunque sufra fluctuaciones transitorias: cuando shocks externos demanden depreciación del peso, el BCRA podrá limitar esa depreciación no sólo vendiendo reservas sino también aumentando el encaje legal para los depósitos en pesos, disminuyendo el encaje para los depósitos en dólares y conduciendo operaciones de mercado abierto que aumenten las tasas de interés en pesos y disminuyan las tasas en dólares”.
Además, el manejo de los encajes y las operaciones de mercado abierto permitirá que la venta de reservas necesaria para estabilizar el peso sea limitada: cuando los shocks externos conduzcan a la apreciación del peso, el BCRA podrá aprovechar para aumentar su nivel de reservas, y también podrá manejar encajes y operaciones de mercado abierto en el sentido inverso al mencionado para frenar la depreciación del peso.