Presenta:

Cómo la Inteligencia Artificial utilizada de manera transversal revoluciona los flujos de trabajo

La Inteligencia Artificial aplicada en distintos procesos optimiza tiempos, mejora la eficiencia y transforma la forma de trabajar.

La mejor IA no es la que reemplaza personas, es la que las hace imparables.

La mejor IA no es la que reemplaza personas, es la que las hace imparables.

Archivo MDZ

Todos pasamos por ahí: "ChatGPT, ayúdame con este mail que suena muy agresivo" o "explícame estos números que no me cierran". La Inteligencia Artificial generativa ya nos salvó la vida más veces de las que podemos contar, automatizando esas tareas repetitivas que nos comían horas y haciendo que seamos más eficientes.

Pero si crees que esto es todo lo que puede hacer, te tengo noticias: recién estamos empezando.

Pensá en esto: querés saber cuáles fueron los cinco servicios que más vendiste el año pasado. O qué tres clientes te trajeron más plata en los últimos seis meses. Hoy probablemente abrís Excel, te peleás con filtros, cruzás datos entre sistemas, y después de una hora (si tenés suerte) llegás a una respuesta que ni siquiera estás seguro de que esté bien. ¿Y si se dispara el dólar? ¿te imaginás hacer todo de nuevo planteando distintos escenarios?

¿Qué tal si pudieras preguntárselo directamente a tu computadora como si fuera un colega que maneja tu negocio perfectamente, que sabe cuales son los números del mercado? Un chat que está conectado con todos tus sistemas, que entiende tus datos y que en segundos te devuelve no solo la respuesta, sino gráficos, comparativas y hasta insights que no se te habían ocurrido.

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La Inteligencia Artificial generativa ya nos salvó la vida más veces de las que podemos contar.

La Inteligencia Artificial generativa ya nos salvó la vida más veces de las que podemos contar.

Ahora imaginate tener un asistente que revisa tu calendario, tus mails y todas esas herramientas que usás para organizarte (Jira, Trello, Asana, lo que sea) y te dice exactamente cuántas horas le dedicaste a cada cliente o proyecto. Sin que tengas que llenar planillas ni hacer cálculos manuales. O mejor aún: que ese mismo asistente mire tu historial de proyectos y cuando te llega un pedido nuevo, te diga "esto te va a llevar unas 15 horas, basándome en proyectos similares que hiciste". No más "mmm, calculo que serán tres días" y después descubrir que fueron dos semanas.

La IA generativa ya dejó de ser ese juguete cool que usabas de vez en cuando para escribir mejor un mail. Ahora es una herramienta que define si tu empresa va a competir o va a quedarse atrás, y las compañías más inteligentes ya lo saben.

McKinsey estudió 25 factores en organizaciones de todos los tamaños para ver qué separaba a las que realmente ganan plata con IA de las que solo la usan ocasionalmente. El resultado fue claro: las empresas que transforman sus procesos de trabajo son las que se llevan las ganancias reales. Pero acá viene lo interesante: apenas el 21% de las empresas que ya usan IA generativa realmente rediseñó sus procesos. El resto sigue haciendo lo mismo de siempre, pero "con IA".

Es como comprar una Ferrari para ir al almacén de la esquina

Acá está el punto: ya no es cuestión de seguir apilando herramientas nuevas encima de lo que ya tenés. Es cuestión de hacerlo bien de una vez. Los cambios que realmente importan pasan cuando la IA deja de ser "esa cosa que usa el área de marketing" y se convierte en algo que atraviesa toda tu empresa. Que conecta áreas que antes no se hablaban, que entiende cómo trabaja tu gente, y que potencia lo que tu empresa realmente quiere lograr.

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La IA generativa ya dejó de ser ese juguete cool que usabas de vez en cuando para escribir mejor un mail.

La IA generativa ya dejó de ser ese juguete cool que usabas de vez en cuando para escribir mejor un mail.

En otras palabras: cuando la IA no es una herramienta más, sino parte del ADN de cómo trabajás. Pero acá viene la parte que muchos CEOs subestiman: el factor humano. Podés tener la mejor tecnología del mundo, pero si tu gente tiene miedo, no va a funcionar. La IA genera fantasmas. El equipo de finanzas se pregunta si van a necesitar menos analistas, los de marketing piensan si sus trabajos van a desaparecer. Y mientras tanto, nadie está usando las herramientas como debería porque están demasiado ocupados preocupándose por su futuro.

Acá es donde el liderazgo marca la diferencia

La mejor IA no es la que reemplaza personas, es la que las hace imparables. Es la que permite que tu analista de datos haga en dos horas lo que antes le llevaba dos días. O que tu equipo de ventas identifique oportunidades que antes pasaban desapercibidas. Cuando la gente entiende que la IA está de su lado, todo cambia. La adopción se acelera, la resistencia desaparece, y empezás a ver los resultados reales.

Pero esto no pasa de la noche a la mañana. Como cualquier transformación real, lleva tiempo. Y como toda tecnología que cambia las reglas del juego, va a generar debates intensos en tu empresa. Al principio tenés dos extremos: los que piensan que la IA va a solucionar todos los problemas del mundo, y los que están convencidos de que va a destruir todo lo que conocemos. Pero con el tiempo, cuando se baja la espuma, queda lo que realmente importa.

Las empresas que mejor integran la IA son las que nunca perdieron de vista algo fundamental: es una herramienta. Una herramienta poderosa, sí, pero una herramienta al fin. Y como toda buena herramienta, su valor está en hacer que las personas puedan hacer su trabajo mejor, más rápido, más inteligente. No es la IA contra las personas.

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Como cualquier transformación real, lleva tiempo.

Como cualquier transformación real, lleva tiempo.

Es la Inteligencia Artificial con las personas

Y cuando las empresas realmente abrazan estas tecnologías, empiezan a ver cambios que van mucho más allá de "ahora hacemos las cosas más rápido". La cultura entera se transforma: de repente tenés equipos que no le tienen miedo a probar cosas nuevas. Gente que cuando cambia el mercado, en lugar de entrar en pánico, se adapta. Se aprende más rápido porque hay mejores herramientas para procesar información. Se comunica mejor porque se puede enfocar la energía en las conversaciones que realmente importan. El conocimiento fluye de una manera que antes era impensable.

Y todo eso se convierte en parte del ADN de la empresa: en la forma en que trabajás, en cómo enfrentás los desafíos, y en cómo creces. Porque, al final del día, la IA que transforma no es la que desplaza a los humanos, sino la que los potencia.

* Mariano Casero, CTO de Finnegans.