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Exclusivo: por qué YPF le sacó la planta a Kicillof y se decidió por Río Negro

Tras la definición de YPF sobre dónde se construirá a planta de licuefacción de GNL, se conocen detalles de la decisión. El papel de Petronas y los argumentos técnicos en los que se basó la petrolera.
La petrolera estatal finalmente se decidió por Punta Colorada en Río Negro, como locación para la planta de licuefacción y con eso generó la reacción de Axel Kicillof. Foto: Noticias Argentinas
La petrolera estatal finalmente se decidió por Punta Colorada en Río Negro, como locación para la planta de licuefacción y con eso generó la reacción de Axel Kicillof. Foto: Noticias Argentinas

El directorio de YPF aprobó ayer por unanimidad la radicación de la planta de licuefacción conjunta entre la petrolera argentina y la malaya Petronas, aseguran, por la ventaja competitiva de unos U$S 600 millones. Ese sería el dinero que se ahorraría el proyecto por radicar la planta en Punta Colorada, en la localidad rionegrina de Sierra Grande y no en Bahía Blanca, según constaba en la idea original presentada en el país por Petronas en el segundo semestre del 2022.

Con este argumento presentado por la conducción técnica de la petrolera, el martes por la tarde el directorio de la empresa aprobó por unanimidad la radicación en Río Negro, postergando la idea original, asegurando en la evaluación que la decisión se tomaba teniendo en cuenta sólo cuestiones vinculadas a la conveniencia de la inversión.

El último capítulo para analizar fue la promesa del gobierno de la provincia de modernizar el puerto de aguas profundas de Punta Colorada, antiguamente utilizado hasta 1992 por la productora ferrominera Hierro Patagónico Sociedad Militar (HIPASAM), empresa dependiente a Fabricaciones Militares, cerrada en 1993.

El puerto hoy es una atracción turística y hasta hace algunos meses, sólo concentrado en la idea de reconvertirlo en alguna zona franca, pero lejano a lo necesario para el levantamiento de una infraestructura imprescindible para contener una inversión que, de piso, demandará unos 30.000 millones de dólares.

Aseguraba el gobierno provincial de Alberto Weretilneck que antes de los cuatro años que demandaría el levantamiento de la planta de GNL  (Gas Natural Licuado), el puerto estará 100% reconvertido y listo para comenzar a embarcar el gas con destino a Europa.

Fundamental para la decisión fue la lectura de ayer del informe de la consultora Arthur D. Little, contratada especialmente para la ocasión y para que realice una evaluación de factibilidad, de recomendar la radicación en Río Negro y no en Bahía Blanca.

Aparentemente, el “paper” leído ayer fue lapidario con el puerto bonaerense, afirmando que tampoco contaba con la infraestructura necesaria. Y que, incluso, si era en esta provincia donde debía radicarse, la elección debía ser Zarate y no Bahía Blanca.

La votación

Con esta promesa, entre otras, el directorio de la petrolera votó a favor de la radicación en Punta Colorada. Por unanimidad. Esto quiere decir que levantaron la mano todos los accionistas. Esto incluye al Estado nacional, titular del 51% del total del paquete, luego de la renacionalización de YPF que impulsó, curiosamente, Axel Kicillof en 2012.

Pero, además, votaron a favor los representantes de las provincias integrantes de la asamblea, que poseen el 49% del 51% que detenta el estado. Las provincias que votaron a favor de la radicación en Rio Negro y no en Buenos Aires fueron, además de, obviamente, Río Negro, Tierra del Fuego, La Pampa, Santa Cruz, Chubut, Neuquén, Salta, Mendoza, Jujuy y Formosa. La lectura básica indica que hasta gobernadores peronistas como Gildo Insfrán votaron en contra de los intereses de Axel Kicillof.

También votaron ayer a favor de la radicación en Punta Colorada accionistas privados como el fondo de inversión BlackRock, políticamente muy cercano a Javier Milei y, obviamente, lejano al kirchnerismo, pero también Pemex, empresa petrolera mexicana cercana ideológicamente a Andrés Manuel López Obrador. En teoría, más cercano a las fuerzas de Cristina Fernández de Kirchner que a las libertarias, y, en algún momento, defensor acérrimo de la nacionalización de la petrolera y la salida de los españoles de Repsol en el 2012. También votaron en ese sentido, los representantes de los accionistas de cotización pública, en Buenos Aires y Wall Street y los trabajadores de la petrolera que también tienen representación minoritaria en la empresa. 

El proyecto fue traído por los propios malayos de Petronas. Los directivos habían presentado en sociedad la posibilidad de instalación de la planta en el país, directamente ante Cristina Fernández de Kirchner, cuando la exjefa de Estado era vicepresidenta. Sabiendo donde estaba el poder real, los visitantes negociaron con la titular del Senado.

Gestión en el Senado

Quiso el destino que el encuentro en las oficinas de CFK fueran el mismo día, el primero de septiembre de 2022, en que sufrió un intento de magnicidio en las puertas de su domicilio de Recoleta. En esa reunión en el Senado, donde además de CFK y los malayos estuvieron presentes Kicillof y la cúpula de YPF, se acordó la radicación de la planta en Bahía Blanca, una ley que le garantice a Petronas saltar el cepo y el compromiso de los inversores externos de conseguir los U$S 30.000 millones para levantar la planta.

El proyecto actual cambió los tres capítulos del acuerdo. Se radicará en Río Negro, se aplicará el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) con lo que no habrá problemas con el giro de dólares al exterior y la búsqueda de inversores internacionales será tarea conjunta. No sólo de Petronas, sino también de YPF. Al menos esto es lo que prometió ayer por la tarde Horacio Daniel Marín, director y presidente del directorio de YPF.

Su idea es ir por el mundo financiero con el proyecto bajo el brazo, vender por anticipado parte de la producción y conseguir fondos frescos para iniciar la megaobra lo más rápido posible. Hay algo seguro en esta política. Un puñado de fondos de inversión de primer nivel mundial, ya están dentro del directorio de la petrolera, desde antes de la renacionalización de 2012, y serían los primeros visitados para que se sumen a los inversores.

El primero será, obviamente, BlackRock, cuyo socio fundador y CEO, Larry Fink, tiene contacto directo con Javier Milei. Esto incluye una llamada personal al argentino, a pocas horas de haber sido electo presidente el 10 de diciembre del año pasado. No es el único. También está Citigroup, y otros como TT International Asset Management, Helikon Investments Ltd, Driehaus Capital Management Llc, Voloridge Investment Management y Millennium Management Llc.

Todos estos fondos y bancos serán invitados por Marín a recorrer los centros inversores internacionales para convencer a otros fondos para apostar por la planta. El argumento es simple: el proyecto tiene en Europa Occidental clientes seguros, que hasta febrero de 2022 compraban gas a Rusia pero que luego de la invasión de Vladimir Putin a Ucrania necesitan otros proveedores. 

Kicillof fue ayer implacable. Sobre Marín dijo que “los directivos de YPF son 'funcionarios del presidente Milei' y lo que hicieron ayer fue acatar una decisión del primer mandatario. "Estamos ante un hecho de enorme gravedad, ante una verdadera irresponsabilidad por parte del Presidente de la Nación porque como resultado de un capricho absolutamente guiado por cuestiones ideológicas, políticas, está poniendo en riesgo un proyecto muy pero muy importante para el país y para la provincia en el que estamos trabajando tal como conté la vez pasada y hoy voy a repasar, hace 10 años".