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Pymes en alerta: por qué la recesión amenaza la supervivencia de muchas firmas

El combo explosivo entre precios altos, suba de costos y caída del poder de compra impacta en las empresas chicas a las que las cuentas les dan cada vez menos. El pedido que le hacen al Gobierno.
Pese a las rebajas, a los comercios les cuesta vender por la caída del poder adquisitivo. Foto: Santiago Tagua/MDZ
Pese a las rebajas, a los comercios les cuesta vender por la caída del poder adquisitivo. Foto: Santiago Tagua/MDZ

La caída de ventas en todos los rubros del comercio es más que una sensación, que atravesó a la actividad durante casi todo 2023 y que en los primeros meses de este año ha implicado un duro golpe para el sector. Hay que tener en cuenta que en medio de un proceso eleccionario largo con alta inflación y perspectivas de alza a futuro por la devaluación que se concretó en diciembre, muchos comercios se sostuvieron debido a los turistas beneficiados por el tipo de cambio y a que los argentinos que pudieron adelantaron compras. Esta situación fue destacada por uno de los últimos informes económicos del Ieral de la Fundación Mediterránea.

“Durante 2023 las ventas no cayeron tanto porque la gente trató de deshacerse de los pesos, ya sea con compras adelantadas, ya sea con adquisición de bienes durables”, explicó en su momento el economista del Ieral, Gustavo Reyes. En este marco, el relevamiento que realiza mensualmente la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (CAME), mostró que en todo 2023 hubo una caída de las ventas de 3,4% en comparación con el 2022. El año pasado el rubro calzado fue el único que rasguñó una mejora de 0,4%.

En diciembre y luego de la pérdida de poder adquisitivo que implicó la devaluación, los comercios minoristas vendieron 13,7% menos, situación que empeoró durante enero y febrero. Así, mientras en el primer mes del año las ventas se retrotrajeron 28,5%, en febrero la caída fue del 25,5%. Aunque con variaciones, las cifras de baja se extienden a casi todos los rubros que dependen del mercado interno lo que, con la suba de costos ha comenzado a complicar a las pequeñas y medianas empresas (pymes) que hacen malabares para seguir adelante.

Esto porque en medio de una fuerte discusión por la presión impositiva que, en líneas generales, encarece los costos de producción, las pymes han salido a expresar temor por su futuro. Así, distintas organizaciones empresariales han advertido por los riesgos de la actual recesión y las posibilidades de que en el corto plazo se produzcan cierres temporales, despidos, adelanto de vacaciones o achicamientos de los distintos comercios. La sombra de la desocupación se asoma de la mano de la posible concentración en los distintos sectores de la economía.

Situación límite

José Rizzo, presidente de la Cámara de Abasteros y Matarifes de Mendoza, relató que la situación de muchas carnicerías está en riesgo. “Con un alquiler que subió por encima del 130%, las subas de los salarios por paritarias, más el incremento de la energía y el combustible, las pymes están muy complicadas”, admitió el dirigente empresarial. Como ejemplo ofreció que con un sueldo de bolsillo inicial de $530.000, los empleadores deben abonar casi un millón con dificultad para actualizar precios debido a la caída de las ventas.

Todo el entramado comercial e industrial pyme está resentido.

Y no solo se trata de las erogaciones generales, que tanto carnicerías como otros comercios deben hacer, sino de aquellos imprevistos que hoy pueden complicar las cuentas de manera insospechada. Por caso, el precio de las bolsas que antes no incidían en la actualidad puede desequilibrar los costos finos y ni hablar cuando algo se rompe. “Antes un repuesto era algo razonable y hoy un motorcito de una heladera cuesta un millón de pesos”, ejemplificó Rizzo. Y agregó que este combo de ventas en baja, precios que deben mantenerse para vender y costos altos atentan contra cualquier comercio chico.

Dicha combinación es uno de los motivos por los que la Federación Económica de Mendoza (FEM) publicó un comunicado de prensa para advertir sobre la dura situación que atraviesan las pymes. “Hablamos de uno de los sectores más importantes de la economía y el principal generador de empleo”, subrayaron desde esta entidad que agrupa diversas cámaras empresarias de toda la provincia. En este marco, la FEM aseguró que la situación pone en riesgo tanto la subsistencia de los negocios como la estabilidad financiera de miles de familias que dependen de este importante tejido empresarial.

Un pedido urgente

En una línea similar, Rubén Palau, integrante de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), expresó que la contracción del mercado por la caída del poder de compra ya complica al sector. “La situación del comercio y de las economías regionales es negativa y ya se ven bajas en distintos rubros”, alertó Palau. En este sentido, explicó que muchas pymes se han mudado a lugares más chicos, venden desde la casa o adelantan vacaciones con el fin de tener una perspectiva más clara.

Desde esta entidad aseguraron a nivel nacional que el desplome de la industria pyme hace que los empresarios se debatan entre “el inicio de suspensiones y despidos o el cierre definitivo”. Por este motivo, expresaron que es urgente que el Gobierno escuche a la multiplicidad de actores económicos y sociales que hoy reclaman. “Hay que frenar la devastación económica que las actuales medidas generan, debatir los proyectos de ley en el Congreso y emprender una indispensable recomposición social y productiva”, señaló Julián Moreno, presidente de Apyme.

Del mismo modo, la FEM expresó que es imperativo que se tomen medidas urgentes y específicas para abordar los desafíos actuales con el fin de crear un entorno propicio para la recuperación económica. “Instamos a las autoridades nacionales, provinciales y municipales a trabajar en conjunto con el sector privado para implementar soluciones que mitiguen los impactos negativos y fomenten el desarrollo sostenible del comercio en nuestra provincia”, solicitó la Federación Económica.