Precios locos: un país delirante donde un litro de leche vale más que un litro de nafta
El fin de la era Massa -como cabeza del Gobierno anterior en hechos- y el inicio de la gestión de Javier Milei, impactaron de lleno en la aceleración de la inflación. Cada uno, con su receta, aportó su granito de arena: el primero, con la discrecionalidad en los precios y el Plan Platita; el segundo, con la motosierra y dando rienda suelta al libre mercado.
En este contexto, los precios, que ya venían con una tendencia alcista, se espiralizaron aún más. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) rompió la barrera del 20% por dos meses consecutivos -diciembre y enero-, y se espera que febrero se desacelere levemente, pero continúe en niveles altos.
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Cabe destacar que, este fenómeno de alta inflación no solo hace estragos en el bolsillo de los argentinos, sino que también genera que la dispersión de precios sea tal que el consumidor de pie pierde la noción de cuánto salen las cosas.
Para graficar, MDZ tomó la divisa paralela como referencia -cotiza en promedio a $1.100- y comparó qué se puede comprar con un dólar. Lo que se pudo observar es que precios relativos, es decir, la relación entre el valor de un bien con respecto a otro bien, es irracional.
Uno por uno: los 10 productos que salen un dólar
- Un litro de nafta premium $918
- Un litro de leche $1.090
- Un alfajor triple de primera marca $950
- Una palta entre $900 y $1000 cada una
- Un paquete de fideos secos $1100
- Un paquete de jabón en pan x2 unidades $1.155
- Un limpiador de piso 900 ml $1100
- Un shampoo Sedal 190 cc $ 1.102
- Tres boletos de colectivo $902,34
- Una lapicera Bic Trazo Grueso por unidad $900
El proceso productivo y los precios
Lo llamativo de la comparación anterior es que la palta, el litro de leche y el litro de combustible valen casi lo mismo -un dólar-, pero no todas requieren del mismo tratamiento ni inversión en su proceso productivo.
Para graficar, la palta supone cosechar, embalar y va directo a la venta. Mientras que, en el caso de la leche y de los alimentos en general, una vez obtenida la materia prima, se industrializa, se le agregan nutrientes, es envasado y se los distribuye para vender. El uso de la maquinaria, los sueldos de los trabajadores, la inversión necesaria para poder obtener la materia prima y procesarla le agregan un valor extra.
Ahora bien, en el caso del combustible, todos estos valores se elevan considerablemente, e incluso, la moneda de cambio es el dólar. La primera etapa, que es obtener permisos y explorar el terreno, ya requiere de millones de dólares. La explotación del recurso otro tanto, y luego, se lo debe refinar y distribuir hasta llegar a la manguera del surtidor.
Además, hay dos factores importantes a tener en cuenta en la suma final: por un lado, se pagan sueldos muy elevados, por el otro, el precio de referencia del crudo se rige por el mercado internacional, que también es en moneda norteamericana.
En conclusión, como un efecto dominó, la inflación genera dispersión de precios, que a su vez lleva a que, sin importar el proceso productivo y los intermediarios, los valores no tengan relación equilibrada. Es desparejo el valor de un alimento versus el de la nafta, si se tiene en cuenta que las variables que entran en juego son muy diferentes. Y más aún, si se parte de que uno necesita de pesos argentinos, y el otro de divisas.