Ley ómnibus

Entidades agrarias reclaman que no se cambie la Ley de Semillas

Se oponen a la aprobación de un artículo que adhiere a un tratado internacional que otorga más privilegios a las grandes empresas de semillas.

Sergio Lanzafame
Sergio Lanzafame viernes, 19 de enero de 2024 · 23:15 hs
Entidades agrarias reclaman que no se cambie la Ley de Semillas
Buscan cambiar la Ley de Semillas Foto: Shutterstock

La ley ómnibus, llamada "Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, tiene en su articulado la modificación de la Ley de Semillas, en tanto que adhiere un tratado internacional sobre derecho de uso de semillas en base a la propiedad intelectual de sus variedades.

El tratado UPOV 91, al que intenta adherir la Argentina con el artículo 241 de la ley, beneficia principalmente a desarrolladores comerciales de variedades uniformes. Esto limitan los derechos de los agricultores para guardar y utilizar semillas y material de propagación. De esta forma, el productor debe pedir autorización a los ostentores, es decir, a las entidades que desarrollaron y registraron las semillas, para proceder al uso propio.

Esta normativa a nivel global viene endureciéndose desde hace décadas bajo el argumento de que así se fomenta la innovación.

El citado artículo 241 señala que “la República Argentina adhiere a la Convención Internacional sobre la Protección de Nuevas Variedades Vegetales (UPOV), ACTA 1991”. En la actualidad, nuestro país ya se encuentra adherido a UPOV ACTA 1978.

La Mesa de Enlace en alerta

Los miembros de las entidades agrícolas agrupadas en la Mesa de Enlace no se pusieron de acuerdo en el reclamo, aunque tres de ellas, la SRA, la CRA y la FAA la rechazaron y sólo una la apoyó, Coninagro.

Los grupos opositores señalaron en un comunicado que consideran inoportuna "la propuesta de adhesión a UPOV 91" y abogan "por retirarla del proyecto de Ley de Bases". Señalaron, no obstante, que quieren abordar la actualización integral de la Ley de Semillas, "escuchando y participando todos los sectores que nos vemos involucrados".

En el texto alertan que "la adhesión a UPOV91, implica entre otras cosas la pérdida del derecho de uso propio por parte de los agricultores y la mayor extensión de los derechos de los obtentores".

En América Latina, solo Costa Rica y Perú adoptaron la norma UPOV91.

Las entidades reconocen que ley de semillas debe ser cambiada. Shutterstock

Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA) se reunió esta mañana con el secretario de prensa, Eduardi Serenellini, a quien le puntualizó la necesidad de no adhesión a esa norma internacional, aunque no se llevó ninguna respuesta propositiva.

El secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, elogió la ley y dijo que "significa el acceso a la mejor tecnología genética disponible para todos los productores" y explicó que a partir de esta normativa se podrá incrementar la productividad y nutrición de los cultivos, los saldos exportables y la resiliencia de los mismos frente a la creciente volatilidad climática.

“Respecto a los pequeños agricultores y al uso de sus semillas nativas y criollas, UPOV 1991 no viene a regular sobre material sin propiedad intelectual por lo cual estas especies no son alcanzadas por el ACTA 1991”, señalaron. 

El economista y miembro de Fundar, Juan Farrel, llamó la atención en la red social X sobre los problemas que puede ocasionar la aprobación de esta ley en el ámbito de la agricultura.

Señala que "modifica las normas de propiedad intelectual de las semillas. Estas reglas tienen impacto sobre el desarrollo de semillas y, por lo tanto, son determinantes para la productividad de la agricultura y para la calidad y diversidad de los alimentos".

Plantea que "afecta derechos, particularmente de productores agricolas y de empresas de semillas. Y es determinante para la rentabilidad de sus actividades porque el ingreso a este tipo de convenio es difícil de revertir".

Y señala que el UPOV 78, al que está adherido Argentina, ya protege a los obtentores pero mantiene el derecho de los agricultores a reutilizar sus semillas (“privilegio del agricultor”) y a los semilleros utilizar las nuevas variedades para investigación y desarrollo (“excepción del fitomejorador”)".

La UPOV 91, en cambio, amplía y fortalece los derechos de los obtentores, limita considerablemente el "privilegio del agricultor" y la "excepción del fitomejorador". 

Y alerta que esto puede provocar un nuevo movimiento de concentración del mercado de semillas, que ya es encuentra bastante concentrado con un claro dominio de tres gigantes: Bayer (que hace poco compró Monsanto), Dow Dupont y Chemchina - Syngenta.

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