Post PASO: la devaluación, la pulverización de los salarios y aún más
El especialista en empleo y políticas públicas, y dirigente político, Juan Pablo Chiesa, explica cuál es el impacto de la devaluación que impulsó el Gobierno el día siguiente a las PASO. El golpe al bolsillo de los sectores de ingresos fijos y lo que puede pasar en las próximas semanas.
Una devaluación es la pérdida de valor de la moneda, el peso, autorizada por el Banco Central. Luego del fracaso del oficialismo en las PASO del 13 de agosto, el Banco Central ordenó sus primeras medidas para el día después, bajo una fuerte devaluación de más del 20% del poder de compra de los argentinos. Tengamos en cuenta que, si bien el efecto mas devastador de una devaluación es el traslado directo a los precios, también aplasta el salario y los ingresos de la sociedad. En lenguaje llano, si un Gobierno devalúa su moneda, o sea el peso argentino, una persona compra menos bienes y menos servicios. Su poder de compras cae.
¿Por qué devaluó el Banco Central?
Simple, la crisis financiera que padecemos los argentinos es cada vez peor, por la inmensa deuda que tiene nuestro país y la falta de dólares. A esto se suma la gigantesca emisión monetaria para financiar el propio Estado, esto es claro, el Estado gasta más de lo que recauda con sus impuestos. La caída del salario es irrecuperable a corto plazo. Los salarios de los 6 millones de asalariados privados encuadrados en su CCT (Convenio Colectivo de Trabajo) aplicable no supera la inflación, ya no impactan las paritarias frecuentes en la pelea salario-precios, ni contar la retracción de la actividad económica (esto significa que los comercios y la industria reducen su actividad como respuesta a una menor demanda de productos) y suba del desempleo.
Lisa y llanamente lo que el Gobierno provocó el lunes 14, luego de las primarias, significó un aumento de la estructura de productos, como las materias primas, los repuestos y las maquinarias, y esto se trasladó de una al consumidor. Ejemplo: la harina subió en un día más de $1.000.
A pesar de la evidencia de la importancia de la productividad laboral, como factor determinante de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores dependientes, la conclusión es negada y menospreciado por los dueños de los sindicatos que su ambición por el trono en sus cargos los vuelve ignorantes en su función principal. Defender trabajadores.
Como un efecto dominó, la devaluación provocó la reacción de las organizaciones gremiales que salieron a reclamar una recomposición salarial, más allá de cómo están negociando sus paritarias y pidiendo sumas no remunerativas engordando el empleo en negro y colaborando a las ausencias de políticas públicas de empleo.
Ese poder de los sindicatos para elevar los sueldos mediante el mecanismo lineal de paritarias con carácter permanente y en relación con la totalidad de los 6 millones de trabajadores sindicalizados se ha vuelto severamente exagerado y sin implicancia en los bolsillos del laburante. Por más paritarias que uno consiga o pelee, no damos cuenta que la pérdida del salario tiene su raíz en los básicos de convenio, tiene su arranque en las escalas salariales de convenios vetustos que nadie se anima o tiene el coraje de revisar. Sí, de revisar los 3000 CCT que argentina tiene en desmedro de la producción y el crecimiento económico.
A pesar de la evidencia de la importancia de la productividad laboral, como factor determinante de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores dependientes, la conclusión es negada y menospreciado por los dueños de los sindicatos que su ambición por el trono en sus cargos los vuelve ignorantes en su función principal. Defender trabajadores.
Esta conclusión no se basa en la teoría de que los empleadores son solidarios y amables, sino que los ven como que los empresarios anhelan sus beneficios pareciéndose a una izquierda tan radicalizada que lo único que saben decir que la lucha es en contra de la patronal. Porque no planteamos que la autonomía de la voluntad de contratación entre el dependiente y el empleador debe ser la base innegable para una libre y segura contratación laboral en beneficio de la producción.
Acaso, es inalienable que la tercera pata, en este caso, los sindicatos, deban tener una obligada y coaccionada participación, que, en la mayoría de los casos, lleva a un conflicto desmedido con un solo perjudicado, la productividad. Con esto no quiero decir que los sindicatos no persigan finalidades legitimas ni desempeñan ninguna función útil. La misión mas importante que deben cumplir es la de cerciorarse de que todos sus miembros obtengan por sus servicios el verdadero y real valor del mercado laboral.
En las últimas horas, el flamante candidato a presidente por Unión por la Patria y actual ministro de economía activo el Plan Platita dando aumentos a un sector que ya perdió toda credibilidad en los políticos, donde tienen en sus manos un pronóstico de inflación apocalíptico.
* Juan Pablo Chiesa es abogado especializado en Empleo y Políticas Públicas, escritor, docente y presidente de Aptitud Renovadora.
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