Inflación vs. jubilados: el desafío de los reajustes en junio

En junio, los jubilados y pensionados en Argentina reciben un reajuste del 20,92% en sus haberes, según la fórmula de movilidad establecida por la ley 27.609. Sin embargo, a pesar de este incremento, los ingresos de los beneficiarios podrían quedar rezagados frente a la creciente inflación que afecta al país.
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El haber mínimo, que ascenderá a $70.938 en bruto, sufrirá una disminución tras el descuento del aporte al PAMI, dejando un monto neto de $68.810. Para paliar la situación, el Gobierno otorgará un bono adicional de $15.000, similar al que se otorgó en mayo. Sin embargo, este beneficio solo será percibido por aquellos que cobren el haber mínimo contributivo o una cifra inferior.
A medida que los ingresos superan el básico, los adicionales disminuyen gradualmente, llegando a $5.000 para aquellos cuyo haber mensual alcance el doble del mínimo. Se estima que los refuerzos también se otorgarán a aquellos con ingresos de hasta $146.876, pero aquellos que superen esta cifra no recibirán ninguna compensación adicional.

A pesar de este reajuste, los jubilados enfrentan dificultades para mantener su poder adquisitivo. La inflación en el primer trimestre del año alcanzó el 21,7%, y las proyecciones indican que los precios podrían aumentar aproximadamente un 24% en el trimestre actual. Con un reajuste acumulado de haberes del 41,5% en la primera mitad del año y una inflación que podría superar el 50%, se estima una caída del poder adquisitivo de entre un 5% y un 8% para aquellos que no reciben los refuerzos gubernamentales.
El sistema de refuerzos, implementado desde septiembre del año pasado, busca compensar la insuficiencia de la fórmula de movilidad para mantener el poder adquisitivo de los jubilados. Sin embargo, esta política ha generado un achatamiento de la pirámide de ingresos, perjudicando a aquellos que han realizado mayores aportes durante su vida laboral.
En cuanto a los montos a cobrar en los próximos meses, el bono que acompañará al haber mínimo y a las prestaciones no contributivas será de $15.000 en junio, $17.000 en julio y $20.000 en agosto, este último mes coincidiendo con las elecciones primarias.
Aunque se ha destacado que el incremento interanual para el haber mínimo alcanza el 130% con el bono de $15.000, la suba porcentual disminuye para aquellos con ingresos más altos. Los haberes sin bonos experimentarán un incremento interanual del 89%, lo que representa una pérdida significativa de poder adquisitivo en comparación con la inflación.
En resumen, a pesar del reajuste del 20,92% en las jubilaciones de junio, los jubilados podrían enfrentar dificultades para mantener su poder adquisitivo frente a la creciente inflación. Aunque se otorgarán bonos adicionales, estos no serán percibidos por todos los beneficiarios y estarán sujetos a montos decrecientes según los ingresos. Con una inflación proyectada que supera el 50% y un reajuste acumulado de haberes del 41,5% en la primera mitad del año, se espera una caída significativa del poder adquisitivo para aquellos que no reciben los refuerzos del Gobierno. Esta situación plantea la necesidad de revisar las políticas previsionales para garantizar una mejor protección económica a los jubilados en un contexto de inflación creciente.
* Florencia Markarian, abogada previsional.