Alternativas de consumo

Ferias: la tendencia que crece de la mano de la inflación y de la crisis

De un lado está la posibilidad de acceder a distintos puntos de venta para mejorar un ingreso y promocionarse. Del otro, la opción de adquirir elementos o ropa de calidad a menor precio que en los negocios tradicionales. El boom de las ferias americanas y el crecimiento de los espacios populares.

Diana Chiani
Diana Chiani domingo, 7 de mayo de 2023 · 07:01 hs
Ferias: la tendencia que crece de la mano de la inflación y de la crisis
Cada vez más personas acuden a las ferias para cuidar el bolsillo frente a una inflación que se profundiza. Foto: Gentileza Flor de Feria

Las ferias de emprendedores proliferan en distintos puntos del país de la mano de impulsos privados y públicos. En medio de las dificultades económicas, los feriantes buscan promocionar sus productos al tiempo que hacer unos pesos extra durante el fin de semana mientras que los compradores tienen la posibilidad de acceder a precios, en general, más económicos que en los negocios tradicionales.

Con la caída del poder adquisitivo y la crisis económica desde fines del año pasado y principios de este también se han extendido la cantidad de ferias populares. Es decir que son cada vez más personas quienes acuden a comprar y vender allí. Son espacios eclécticos en los que además de indumentaria y elementos para el hogar se puede encontrar desde alimentos hasta muebles, libros, panificación y mucho de los que se pueda necesitar.

En ambos tipos de propuestas hay un punto común: la proliferación de las ferias americanas en donde se puede encontrar ropa usada y en buenas condiciones a precios que arrancan en los $200; según el estado de la prenda. El altísimo valor de la indumentaria no solo es inaccesible para muchas personas sino que también provoca resistencia en quienes podrían pagarlo, pero ven absurdo destinar más de $20 000 a un jean.

Mayor demanda e ingresos extra

Lorena Meschini, directora de Economía Social y Asociatividad de Mendoza, explicó que la provincia tiene diversas ferias permanentes para quienes están registrados en Economía Social en donde hay que cumplir una serie de requisitos. Desde su mirada, el crecimiento de la demanda en la participación de ferias es muy alto; tanto que no solo se han casi duplicado la cantidad de feriantes sino que evalúan sumar un día a las fijas de fin de semana.

Una de las ferias permanentes de la provincia está en el Parque San Martín los viernes, sábados y domingos. Probablemente, pronto se agregue el jueves. “Allí tenemos disponibles 40 espacios, pero si nos sobrepasa la cantidad de inscriptos dividimos y compartimos los lugares para que nadie se quede sin la posibilidad de vender”, contó Meschini.

Las ferias municipales son fijas o temporales (Foto Municipalidad Mendoza)

Desde su punto de vista -y pese a que se capacita en redes sociales y ventas por otros medios- el interés por las ferias tiene que ver con la necesidad de generar un ingreso extra ya sea si el emprendimiento es la actividad principal o no. La del parque hoy tiene un atractivo clave que es el turismo. “En los lugares turísticos la rentabilidad es casi asegurada”, contó Carolina quien bajo la marca  Hijo del Rigor vende indumentaria con diseños propios.

Feriante ocasional en la plaza de Chacras de Coria, expresó que no es menor dicha diferencia. Tanto la municipalidad de Luján como la de Capital, Guaymallén y Godoy Cruz; entre otras tienen su propio circuito de emprendedores y ferias. En el primer caso se trata de un espacio fijo que tiene años y puestos tradicionales mientras que en otros se arman en función de fechas específicas. En general no se cobra por el puesto, pero se establecen determinadas reglas para poder acceder que tienen que ver, en general, con que no haya tanta reventa sino más bien productos o elaboración propia.

Sin costos fijos y relaciones distendidas

Pablo García no es un feriante habitual. Sin embargo, hace un par de meses aceptó una propuesta para hacerse cargo de uno de los puestos de comida de una feria privada. Durante dos días cocinó unos 200 choripanes y todo el dinero que ganó se los dio a sus hijos de 20 y 16 años para gastos o ahorros. “Trabajamos un montón, pero obtuvimos un ingreso que de otra manera no hubiéramos logrado”, reconoció.

La movida de cargar la mercadería, armar el gazebo, la decoración y todo lo que tiene un puesto no es sencilla para los feriantes. Pero vale la pena si se piensa que pueden vender y promocionarse sin un gasto fijo de alquiler. Además de las ferias públicas, las privadas también se multiplican en participantes y en cantidad. Aquí hay que pagar un canon de participación que ronda entre los $8000 y los $9000 por fin de semana.

“El 85% de nuestros feriantes vuelve”, contó Florencia Da Souza, creadora de Flor de Feria. Comenzó hace nueve años con una pequeña feria americana en su casa para cambiar ropa con amigas y creció a partir de la demanda. Un año después se profesionalizó con el paseo de emprendedores, gastronomía, entretenimientos con propuestas que a veces hasta vienen desde Buenos Aires y, por supuesto, la americana; un gran llamador.

Flor de Feria es un paseo tradicional

Micaela Zuin es la generadora de la Feria Mendocity que también ha logrado una importante convocatoria desde que comenzó a realizarla a fines del año pasado de manera mensual. Desde su punto de vista, los feriantes buscan un ingreso extra ya que muchos no viven solo de un emprendimiento sino que buscan diversas alternativas. “Es una posibilidad de ganar algo más de dinero sin gastos de alquiler o empleados fijos”, reflexionó Zuin.

 Además, los emprendedores encuentran en estos ámbitos la posibilidad de promocionarse. “A veces no vendo mucho, pero después me llaman para encargarme trabajos más grandes”, comentó la creadora de Hijo del Rigor. Desde su visión, el contexto de feria permite a vendedores y compradores un contacto más cálido, una ida y vuelta de mayor tiempo, conversaciones e intereses comunes que con el tiempo puede redundar en ventas.

La explosión del mercado del usado

Mención aparte merece la explosión de las ferias americanas y las populares. Mercedes es una de las que empezó a ir este año una vez por mes a la feria de la calle Serpa, también conocida como “del usado” ya que allí consigue ropa para su hija y su papá por precios razonables. “La última vez también compré un rompeviento para mi esposo y un pantalón para mí”, contó. Tiene trabajo y no le va mal, pero su motivación no solo está en los precios de la indumentaria que rozan lo “absurdo”, sino también en el ahorro que implica comprar usado.

“Con la crisis viene cada vez más gente a traer su ropa para vender así como para comprar”, explicó Da Souza. Contó que es común que las familias numerosas se llevan entre cinco y diez prendas por el valor de una sola en el mercado nuevo. No se trata solo de ahorro sino de una tendencia que tiene que ver con la moda circular y los cambios de hábitos de consumo.

“Hay una clase media que no está dispuesta a pagar cualquier cosa que le pidan y por eso busca otras opciones en la economía social”, comentó la directora de Asociatividad de la provincia quien también ha observado el mayor movimiento no solo en ferias municipales y provinciales sino también en las populares.

Otra que ha crecido a lo ancho y largo es la feria popular de Ugarteche los días domingo.  Allí se puede encontrar de todo y, entre otros productos, cada vez más personas buscan alternativas para comprar alimentos. Allí se pueden encontrar mejores precios en frutas y verduras, pero también en panificados y todo tipo de oferta. Del otro lado, también es una posibilidad para sumar a la canasta básica.

Es el caso de Alejandro quien va a esa feria desde el año pasado a vender pan, facturas y otros productos que elabora con su esposa. No fue un paso sencillo ya que se han sentido incómodos cuando se encuentran con personas conocidas del otro lado del mostrador. Sin embargo, sí les ha servido para “salvar el mes” ya que, además, aprovechan para adquirir allí otros productos más económicos.

Archivado en