Arranca la gestión Milei

Precios: en la Argentina del colchón y el "por las dudas", habrá un diciembre caliente

La expectativa ante las medidas que tomará el nuevo Gobierno tiene en el centro de la escena una eventual devaluación y su traslado a precios, aunque muchos de ellos ya hicieron su colchón.

Carlos Boyadjian
Carlos Boyadjian jueves, 7 de diciembre de 2023 · 19:01 hs
Precios: en la Argentina del colchón y el "por las dudas", habrá un diciembre caliente
El tándem Santiago Bausili (BCRA) y Luis Caputo (Economía) buscarán desde el domingo estabilizar la economía, pero antes habrá que pasar por el "purgatorio". Foto: NA

No hay certezas sobre la profundidad y amplitud del ajuste que tiene en carpeta y bajo siete llaves el presidente electo Javier Milei, pero hay algo que está fuera de dudas: la semana próxima, devaluación mediante o tal vez no, habrá remarcaciones en todos o casi todos los precios

Lo que está detrás de eso no es solamente el hecho de que se espera un ajuste cambiario que gatillará nuevos aumentos, como ya ocurrió el 14 de agosto, tras la devaluación del 22% que hizo Sergio Massa luego de las PASO, sino la propia cultura e idiosincrasia de los argentinos. 

En los últimos meses los precios se movieron a velocidad crucero, en muchos casos, como los alimentos y bebidas, los medicamentos, los colegios privados y las prepagas, muy por encima de la inflación anualizada. Y esto tiene que ver con dos factores omnipresentes y que retroalimentan mutuamente. 

Por un lado, ir haciendo ajustes al alza en los precios mientras se pueda, en una estrategia de "ganarle" a la inflación, pero también, esquivarle a los controles que el kirchnerismo supo llevar a su máxima expresión con Precios Cuidados, Precios Justos, sacando a la calle y a los supermercados a la militancia de La Cámpora, e imponiendo sanciones y multas a los "especuladores".

Los precios de referencia y el control oficial de los precios fueron una política antiinflacionaria ineficaz hasta ahora. 

Es el famoso colchón que tienen los precios en Argentina, que en general no siguen la evolución de los costos y los márgenes brutos de rentabilidad, sino que se mueven por lo que los bolsillos pueden pagar o por comparación con otros bienes. Es así como por ejemplo hoy en Buenos Aires se puede pagar un café a $300 en un bar muy barato, hasta $770 como precio razonable, o $1400 en bares que creen que están localizados en la Quinta Avenida de Nueva York o Champs Elysées en Paris. 

Cubrirse de la inflación

El colchón da para todo y vino "engordando" de manera exponencial en los últimos meses. El argumento que suele esgrimirse es que el dólar subió y entonces acompañan. También se aduce que hay precios desfasados porque mientras el dólar oficial mayorista está en $385 y está casi clavado desde agosto cuando se fijó en $350 tras la devaluación, pero el dólar blue llegó a valor $1200 y hoy mismo cotiza a $990. Y no son sólo los grandes empresarios, también el chiquitaje y los cuentapropistas, cada uno en su medida buscar cubrirse de la inflación.

Realmente hoy no hay nadie en la Argentina que tenga costos calculados a $385. Ya durante todo el año los comerciantes de todos los rubros se acostumbraron a recibir listas de precios calculados a dólar "celeste", un intermedio entre el blanco y el blue. Hoy podría ser de un valor estimado en $800 o algo así. 

Los precios en Argentina están calculados a un tipo de cambio más parecido al blue que al oficial.

Pero si el domingo o el lunes el nuevo gobierno decide arrancar su gestión con una devaluación de la moneda, veremos en las góndolas nuevos precios por la suba del tipo de cambio. Si por ejemplo el gobierno electo decidiera depreciar el peso y llevar el tipo de cambio mayorista un 100% más arriba, es decir $728, de todos modos lo más probable es que la mayoría de los comerciantes suba un 100% sus precios. No importa si su costo está calculado al dólar celeste de $800. 

Es la famosa viveza criolla, que cree ganar en río revuelto, pero después se queja de la inflación, que todos los argentinos alimentamos con un criterio especulativo.

Y lo otro es el "por las dudas". Desde el triunfo de Javier Milei en el balotaje del 19 de noviembre, muchos precios, en general de productos de consumo masivo acumulan subas de hasta 30 o 40%, a la espera de la devaluación que va a venir pero todavía no vino.

Frente a esta actitud sólo sirve aplicar el cuestionado ajuste. ya pasó en distintos momentos de la historia argentina. La única forma de frenar la inflación en la Argentina es "secar la plaza", que se instale con fuerza una recesión y que los industriales y comerciantes con tal de vender, sólo hagan los ajustes que sus costos le indican y no más que eso. 

Es lo que se viene a partir de la semana próxima, gastar en lo necesario y evitar los consumos evitables o superfluos. No importa la magnitud de la devaluación -o sí importa- pero lo verdaderamente relevante es que se viene una temporada larga de escasez, arranco con un diciembre y tal vez enero con inflación con piso del 20%, nada más ni nada menos.  

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