Giro al realismo de Milei-Caputo: se renegocia el programa de Facilidades Extendidas con el FMI
En paralelo a la devaluación del peso, el nuevo equipo económico busca encaminar el diálogo con el staff del Fondo Monetario Internacional para "resucitar" el acuerdo caído en agosto.
Comienza el tiempo de definiciones. El Fondo Monetario Internacional (FMI), Javier Milei y Luis "Toto" Caputo decidieron adoptar los criterios de la "Realpolitik". Esto es, olvidar las grandes épicas de buscar alguna utopía libertaria capitalista extrema, como volver al Stand By firmado por Mauricio Macri en 2018 y disponer así de unos U$S 12.000 millones extras que en su momento el organismo que maneja Kristalina Georgieva debía haberle girado al país durante el gobierno de Juntos por el Cambio (JxC), pero no lo hizo por haberse caído el acuerdo luego de la derrota de agosto de 2019 por PASO.
También quedó descartada la posibilidad que el gobierno reciba algún tipo de ayuda extraordinaria del FMI vía presiones de Joe Biden sobre el directorio del Board, especulación que muchos creían que podría superar los U$S 5.000 millones. Nada de todo esto sucederá, y lo que comenzará a negociarse de manera elíptica hasta aproximadamente el 20 de diciembre y con más fuerza desde aproximadamente el 10 de enero (cuando los funcionarios técnicos del FMI vuelvan a trabajar luego del parate por las fiestas de fin de año) será algo mucho más realista.
Es lógico para las dos partes. Esto es, simplemente, la reactivación del programa de Facilidades Extendidas firmado inicialmente en marzo del 2022 durante la gestión de Martín Guzmán, renegociado en julio pasado por Sergio Massa y que está caído desde agosto por los incumplimientos de la gestión anterior.
Lo que se renegociará en las próximas semanas, será un "waiver" con los técnicos del organismo por no haber cumplido el país con las metas pactadas para este año en el acuerdo de julio, y que fijaban el nivel de reservas en el Banco Central en unos U$S 1.000 millones, un déficit fiscal de 1,9% del PBI de máximo y una emisión tope de 0,6% del producto.
Según las proyecciones del ahora oficialismo, en el primer habrá un saldo negativo de, en el mejor de los casos, de U$S 5.000 millones (U$S 6.000 millones menos de lo comprometido), un déficit de entre 2,5 y 3% y un nivel de asistencia del Central al Tesoro superior al 1%.
Suponen en el Ministerio de Economía que conduce Caputo, que es probable conseguir el waiver, dado que se trata de una nueva gestión que, además, no sólo coincide con la visión del FMI, sino que además redobla la apuesta y sobregira los reclamos del organismo. Y que cuenta con el apoyo de los Estados Unidos en el board para presionar por perdones, siempre que, otra vez, no se reclamen fondos nuevos.
Si se lograra ese perdón (algo que ocurrirá en algún momento de enero y febrero de 2024); se abriría luego el período de negociaciones para 2024, pero sabiendo que será imposible modificar las metas firmadas para el año próximo dado que se trata de la revitalización del programa de Facilidades Extendidas luego de incumplimientos varios, y no la negociación de un acuerdo nuevo.
Argentina deberá cumplir así con las metas pactadas para el 2024. Esto es incrementar las reservas en unos U$S 5.200 millones, lo que implicaría sumar más de U$S 10.000 millones de ahorros en la entidad que conduce Santiago Bausili un déficit de 0,9%, partiendo de un desequilibrio de entre 2,5 y 3% del PBI y, directamente, no financiar desde el BCRA al Tesoro. Nada que amilane a Milei y a Caputo.
El libertario y sus ministros están convencidos que este año las reservas superarán los U$S 8.000 millones, para el último trimestre del 2024 habrá superávit fiscal y por ley el BCRA no podrá financiar más al Ejecutivo. Un verdadero sobregiro sobre lo que le exigía el FMI para la Argentina para el ejercicio 2024, y que el plan de ajuste de 5,7% del PBI que anunció el gobierno el martes pasado sobrecumple con creces. Más teniendo en cuenta que el próximo ejercicio será un año de liquidaciones generosas de exportaciones sojeras, al menos teniendo en cuenta lo que sucedió este año, sequía mediante.
Mientras tanto, y tal como adelantó MDZ, Milei espera para la semana que viene la confirmación de la recomposición de las relaciones con el gobierno chino de Ji Xinping, con el consecuente restablecimiento del swap. Y los U$S 5.000 millones que aún faltaban liquidar desde Beijing. Con ese dinero se cumpliría con los dos pagos pendientes en el año, uno por U$S 749 millones correspondiente al vencimiento de noviembre y otros 912,4 millones de dólares el 21 de diciembre.
Estos fondos, sumados a otros pasivos que deben cancelarse a diferentes organismos internacionales suman unos U$S 2.500 millones. Dicho de otra manera, sería la mitad del dinero que podría quedar disponible si desde Beijing se le liberan a Buenos Aires los fondos del swap aprobado en julio, pero retenido desde que Milei fue electo.
De mínima, el actual gobierno quiere cancelar la deuda con el FMI y los otros organismos financieros internacionales con estos yuanes. Nada nuevo hay en pagarle al FMI con dinero del swap. Ya lo hizo Massa a fines de octubre de este año, utilizando unos U$S 1.900 millones para cancelar unos U$S 2.587 millones de dólares que debían liquidarse por el tercer pago del año comprometidos con el organismo. Incluso, el Ministerio de Economía utilizó entonces para el giro a Washington los propios yuanes, sin convertirlos a dólares, ya que el FMI acepta la moneda china como tipo de cambio oficial. Milei podría hacer el 21 de diciembre lo mismo.