Vitivinicultura

El vino y sus chances en un consumo que cae y se diversifica en las góndolas

El futuro de la bebida nacional, con caída en el mercado interno y externo, se encuentra en la diversificación, la persistencia y la clara apuesta a la innovación que atraiga la mirada de los jóvenes,

Diana Chiani
Diana Chiani viernes, 27 de octubre de 2023 · 07:02 hs
El vino y sus chances en un consumo que cae y se diversifica en las góndolas
Foto: Shutterstock

La caída del consumo del vino ha sido una realidad durante este año, pero también tiene una tendencia a la baja que se observa desde hace unos años. Con la llegada de nuevos jugadores al mercado de bebidas, el vino se encuentra ante un momento clave para ampliar su oferta y competitividad en las góndolas. Ese fue uno de los focos del encuentro “El futuro del vino argentino. Entre la incertidumbre y las oportunidades”, organizado por el Fondo Vitivinícola y la Corporación Vitivinícola.

Con el patrocinio de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y los gobiernos de Mendoza y San Juan, el encuentro contó con la presencia de reconocidos especialistas e investigadores. Entre ellos, estuvieron Carolina Núñez, gerenta de Nuevo Negocios en Kantar Worldpanel, Giorgio Delgrosso, especialista en Estadísticas y Digitalización de la OIV, Juan Gabriel Tokatlian, sociólogo y docente de la Universidad Torcuato Di Tella y el analista estratégico de negocios Guillermo Oliveto.

La representante de Kantar Worldpanel, precisó que la compra de vino cayó 7% en volumen en 2023 y que en los últimos cinco años unos 600.000 hogares dejaron de comprar vino. Es el número que implica que mientras en 2019 el 69% de los hogares argentinos consumía vino, en 2023 solo lo hace el 64% de las familias. La especialista comentó que el contexto actual es complejo para la categoría.

Si bien en la actualidad lo que más se consume es vino tinto, lo cierto es que el mercado también se mueve de la mano de la oferta. En palabras de Oliveto, si la oferta no está convencida de seducir con propuestas diferentes, el mercado se va a achicar. “El problema no es lo que está sino los que ya no entran por no considerar atractivo el producto”, alertó el consultor.

El vino sigue perdiendo contra la cerveza.

Por este motivo, es clave modernizar o actualizar el mundo del vino, así como comenzar a construir un segundo anillo de consumo a la categoría actual. Para ello, es preciso la persistencia, así como que la industria se encolumne detrás de esos cambios. Hay que tener en cuenta que, a diferencia de la cerveza que tiene grandes jugadores, mover la industria del vino hacia un punto implica convencer a, al menos, 200 actores por separado.

Subir al tren de la innovación

Además del factor precio que lleva a las personas a replantearse las compras y elegir opciones más económicas, también existe una diversidad de propuestas que compiten y le quitan mercado al vino. Se trata, en primer lugar, de la cerveza, pero también de productos nuevos como los aperitivos que vienen en alza y que son una suerte de amenaza nueva para el vino.

Sobre esto, Guillermo Oliveto –que trabaja con el Fondo para fomentar el consumo del vino- que esta bebida tenía dos grandes puntos de fuga conectados entre sí. Uno era que faltaban ocasiones de consumo y otro con que los más jóvenes no lo elegían. “Son temas conectados con la mirada conservadora del vino en botella de 750 cc”, precisó el consultor.

Sin dejar de lado este nicho tan bien ganado por el vino y que debe continuarse, tanto Oliveto como Núñez destacaron que no hay que perder el tren de la innovación en una categoría diversa que puede explotarse aún más. Para ello, hay que tener en cuenta dos tendencias. Una es la preocupación acerca de minimizar o eliminar la graduación alcohólica.

La "refrescancia", un valor cada vez más buscado.

Según las mediciones de Kantar, al 75% de las personas les preocupa esto con una incidencia mucho más alta en el caso de los jóvenes. La otra tendencia tiene que ver con el atributo de la “refrescancia” en un mundo con mayores meses de calor en medio del calentamiento global. “Si nos enfocamos solo en el tinto estamos regalando seis meses en un mercado en el que hace cada vez más calor”, precisó Oliveto.

 “Lo que planteamos son cuatro o cinco grandes vectores de innovación para la categoría”, expresó Oliveto. Coincidió con Núñez en que la lata es un formato en el que insistir debido a que es más económica y se puede aprovechar mejor el contenido. Agregó que los cambios llevan tiempo y que, por este motivo, debe ser una política lo más unificada y sostenida posible.

Esto es porque si bien el mayor consumo actual está en el tinto, los especialistas explicaron que se trata de ampliar el segmento, sumar consumidores y hacer que más personas –en especial jóvenes- empiecen a pensar en el vino antes que en sus competidores. De este modo, además de la lata, Oliveto mencionó a los vinos dulces, así como la posibilidad de mezclarlos con gaseosas pomelo y lima como otras posibilidades de innovación.

La baja de la graduación alcohólica, en medio de una fuerte apuesta global a la cerveza sin alcohol y los envases más rendidores son otras propuestas de innovación. Entre estos últimos se encuentra el botellón de un litro y medio y el bag in box que, no obstante, todavía requiere de mayor explicación para los consumidores que no terminan de familiarizarse con este formato.

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