Cepo importador

Cuál es el problema que le puede estallar a Sergio Massa en febrero

Muchas fábricas se encuentran de vacaciones y eso sirvió para descomprimir el problema por la falta de insumos importados. Sin embargo, desde mediados de enero y, especialmente, en febrero regresarán a la actividad. La falta de dólares se hará sentir en 2023 y anticipa una crisis mayor.

Horacio Alonso
Horacio Alonso lunes, 9 de enero de 2023 · 13:00 hs
Cuál es el problema que le puede estallar a Sergio Massa en febrero
Foto: Noticias Argentinas

A diferencia de otros años, el verano parece haber traído tranquilidad en materia económica. Al menos eso es lo que se percibe en la superficie de la gestión del ministro, Sergio Massa. Sin embargo, la calma alcanzada en estos días puede romperse en las próximas semanas por un problema que entró en un impasse, pero que no deja de crecer. 

Las restricciones a las importaciones tienen en vilo a toda la industria y amenaza con cambiar el clima empresario. Esto tiene que ver con el regreso a la actividad de gran parte del sector fabril que se encuentra en período de vacaciones. El  desabastecimiento de insumos del exterior había llegado a un momento crítico durante noviembre como consecuencia del endurecimiento del Banco Centra en su política de liberación de dólares. 

Ante esa situación, muchos sectores industriales comenzaron a reducir el ritmo de producción e implementar suspensiones intermitentes de sus líneas de montaje ante la falta de materias primas o piezas para la producción. 

De esta manera, llegaron a mediados de diciembre cuando muchas empresas comenzaron a licenciar al personal y cerrar las plantas para ganar tiempo. Por un lado, el objetivo era darle margen al Gobierno nacional a normalizar el suministro de productos importados. Desde los despachos oficiales se bajaba la información de que la no autorización de importaciones se debía a cuestiones operativas en el empalme del sistema de las SIMIs – el mecanismo de autorizar importaciones que rigió hasta octubre – con el nuevo de las SIRAs. 

Por otro lado, se esperaba que durante el cierre de las fábricas se pudieran recomponer los stocks de materias primas que habían caído a rojo ante las restricciones para importar. 

Sin embargo, en las empresas perciben que nada cambio en estos días y que al regreso de la actividad a plenos se encontrarán con el mismo escenario. 

Días atrás la Cámara de Producto Químicos alertó por la gravedad de la situación que tiene al sector al borde de paralizarse por este motivo. Incluso, se puntualizó el impacto en materia laboral que tendrá la disminución del ritmo de producción que podría obligar a suspender personal. 

Otras cámaras siguieron esa línea y desde la Unión Industrial Argentina también se dejó trascender la preocupación por esta situación. 

El tema que más alarma es que las perspectivas para este año en materia de divisas no son alentadoras. El adelantamiento de las liquidaciones por parte del sector agropecuario por el “dólar soja” y el impacto de la sequía suponen que las reservas del Banco Central estarán más debilitadas y, por consiguiente, no mejorará el flujo de las importaciones. 

Es por eso que, a partir de la segunda quincena de enero y, especialmente, con el inicio de febrero, la situación puede complicarse. Para esas fechas estarán volviendo las plantas a funcionar y, en muchos sectores, proyectan hacerlo con planes de aumentos de producción. 

Un ejemplo es la industria automotriz. Desde el fin de semana de Navidad, todas las terminales entraron en receso y desde la semana próxima irán regresando a la actividad. Todas las empresas tienen pensado producir más que en 2022 con el objetivo de exportar y generar más dólares propios. El caso más emblemático es el de Toyota que es el principal productor del país. Hasta ahora trabajando al máximo de su capacidad en dos turnos, pero desde la semana próxima funcionará en tres con horario corrido las 24 horas.

Es un desafío muy grande que necesitará tener un flujo garantizado de insumos importados. También las otras terminales requerirán más autopartes del exterior que en 2022 por ese incremento en la producción previsto. 

Hay que tener en cuenta que los vehículos que se producen en el país tienen más del 50% de sus piezas importadas.

En los últimos meses, varias terminales tuvieron que sacar de las líneas de montaje vehículos con faltantes de piezas por falta de stock. Es cierto que el tema de la crisis de los minicomponentes es un problema de nivel mundial y afecta también a la Argentina, lo mismo que la logística de puertos, pero la situación de las trabas para importar es un problema local que agrava el panorama.

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