Sergio Massa completa hoy los vencimientos de enero y ya pone la mira en febrero
Para el Gobierno es clave cerrar el programa financiero de la primera parte de este 2023, y para eso está dando pasos firmes en la colocación de deuda en moneda local, que cerrará el correspondiente en enero y avanzar en el de febrero.
El ministro de Economía, Sergio Massa, cerrará en las próximas horas las necesidades financieras de enero; y avanzará sobre las de febrero.
Massa lanzará hoy un nuevo canje de deuda, donde completará la necesidad financiera de unos $ 400.000 millones para completar los $1,1 billones de vencimientos del primer mes del año; luego de haber obtenido unos $700.000 millones durante la anteúltima semana del 2022.
Como se supone que las ofertas que se recibirán superarán esos $ 400.000 millones necesarios para completar el panorama de vencimientos del primer mes del 2023, la intención de Economía es conseguir al menos la mitad del dinero necesario para ir cerrando las necesidades de febrero; donde nuevamente se deberán pagar unos $ 1,1 billones.
Se descarta que no menos del 45% del dinero necesario se canjeará sin mayores dificultades, ya que se trata de dinero en propiedad del propio Estado nacional, a través de bonos y letras en poder del Banco Central, bancos públicos y, fundamentalmente, la ANSES.
Sólo con que este frente acepte la propuesto del Gobierno (se descarta que lo harán), casi la mitad de la oferta será cubierta. Habrá que sumar a las compañías de seguros que detentan casi el 25% del pasivo, y que dependen de la fiscalización de entidades públicas las que, en general, les exigen para aprobar sus números internos la tenencia de deuda nacional.
El resto del dinero está en poder de bancos y fondos de inversión, quienes, por ahora, vienen demandando los bonos y letras que les presenta Economía; a fuerza de tasas de interés reales y avaladas por el FMI.
Paso a paso
La estrategia de Massa, al menos para el primer trimestre, es la de completar antes de cada mes vencido las necesidades financieras del período siguiente; dejando la mayor cantidad de dinero en las arcas públicas para que el llamado próximo encuentre a la Secretaría de Finanzas con cierta imagen de fortaleza ante el mercado. Al menos en los papeles.
La idea es mantener la estrategia hasta el comienzo del segundo trimestre del año, cuando la situación de los vencimientos de pesos empiece a complicarse al ritmo del crecimiento de la deuda en moneda doméstica.
Sumando vencimientos públicos y privados, en enero Sergio Massa debería atender pagos por 1,553 billones de pesos; $1,303 billones en febrero y $1,598 billones en marzo. Hasta aquí nada que no se pueda superar con mayor o menor dificultad, siguiendo la estrategia de colocación de letras (y algún papel de plazo mayor a 12 meses).
El problema comienza desde abril cuando los vencimientos comienzan a crecer de manera casi exponencial, sumando además altos niveles de compromisos con privados. En abril deben liquidarse unos $1,271 billones ($400.000 millones con privados), unos $1,228 billones en mayo ($800.000 millones con privados), $1,874 billones en junio ($800.000 millones con privados), $3,320 billones en julio ($1,3 billones con privados) y $2,995 billones en agosto ($1,1 billones con el sector privado).
En total la suma es de unos $15,142 billones de vencimientos en moneda local, en el período donde, además, el oficialismo se jugará su continuidad en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Tanto dentro del Palacio de Hacienda como en el mercado de capitales local califican al calendario como un Everest Financiero de muy difícil (pero no imposible) resolución.
Más, teniendo en cuenta las dificultades políticas con las que deberán actuar Massa, Gabriel Rubinstein y Eduardo Setti. Todos saben que, sin confianza en el futuro político, semejante renovación de deuda será de reconversión más que dura.
El detalle
Sin embargo, desde Finanzas se piensa en enfrentar el dilema desde dos puntos de cierta expectativa de fortaleza. En primer lugar, se trata de papeles que en un 55% está en poder de entidades públicas, comenzando por Anses y siguiendo por bancos públicos en general y alguna provincia de las más relevantes en términos de actividad económica.
Luego, entre los privados, hay un porcentaje mayor al 30% en poder de compañías de seguros, que suelen seguir las órdenes oficiales en cuanto a la toma de bonos y letras en sus carteras. Es una manera de contabilizar siempre con liquidez para su operatoria habitual, dado que los gastos del sector son siempre en moneda local.}
Otro puñado similar de papeles está en poder de bancos privados, los que también pueden escuchar las propuestas que en su momento Massa y Setti tengan para hacerles, más en tiempos de convulsión política. Aprendieron los bancos a no ser tomados como los enemigos de la estabilidad, más en tiempos de elecciones.
Finalmente, quedan las tenencias de fondos de inversión, algunos extranjeros que permanecen en inversiones locales, los cuales son de reacción imprevisible. Sobre este público será donde deberá actuar y convencer Massa para la renovación de semejante nivel de deuda.
Aseguran en el Ministerio de Economía, que para abril de 2023, cuando comiencen a caer como meteoritos los vencimientos en pesos, la inflación mostrará una sensible tendencia a la baja, con niveles que pelearían llegar al 3% en lugar del 5% con que se cerró el 2022; luego del período complicado de julio- septiembre, donde se especulaba con más del 7%.
Según Massa, para julio- agosto, la inflación podría defender un 60/70% anual. Y así las posibilidades de cerrar los vencimientos en pesos será más fácil. Sólo así podría hablarse de la renegociación mensual de deudas por más de 1,5 billones mensuales.