El futuro del dinero con la llegada de las finanzas descentralizadas

Por Santiago Coates*

Hace varias décadas, el sistema económico era conceptualmente sencillo para las personas y empresas, ya que solo manejaban efectivo, y de forma presencial. Sin embargo, la tecnología fue avanzando y los mecanismos monetarios fueron reinventándose.

Hoy en día, todo se gestiona digitalmente, desde la comodidad del hogar y sin la necesidad de tocar dinero físico, lo que potencia la seguridad, eficacia y eficiencia. No obstante, aún no se alcanzó el máximo nivel de evolución, pero con las finanzas descentralizadas (DeFi, por su acrónimo en inglés) podría estar muy cerca.

Un cambio de paradigma

Las finanzas descentralizadas están revolucionando el entorno financiero y social mundial. Este conjunto de productos financieros basados en la tecnología blockchain y otras como los algoritmos de consenso, la criptografía, los sistemas de pares (peer to peer) y los famosos contratos inteligentes (smart contracts) busca no tener que depender de una contraparte central tal como sucede en la actualidad.

Hoy en día, si queremos enviarle dinero a un amigo o familiar, o simplemente realizar un intercambio dentro del sistema, debemos pasar por un banco que prácticamente actúa como intermediario, lo que muchas veces resulta en mayores costos económicos y de tiempo, por la gigantesca estructura y la extrema burocracia.

En cambio, gracias a las aplicaciones descentralizadas (DApps, por sus siglas en inglés), las piezas de software del ecosistema DeFi, cada usuario actúa como un nodo de una red descentralizada de transacciones, lo que erradica por completo a la entidad central que vincula a las partes.

Así, se verifica y se asegura que los movimientos son genuinos, originales y privados, involucrando sólo a las partes interesadas en la transacción, ya sea de ahorro, inversión, préstamos, etc.

Lo interesante de las finanzas descentralizadas es que todo se encuentra automatizado en una cadena de bloques mediante un sistema de reglas de negocio que dictan cómo funcionará todo. No hay un equipo detrás que se encargue, más allá del que desarrolla por única vez todo el entorno.

Seguridad y transparencia

Una de las principales cualidades de esta nueva innovación financiera es que todas las transferencias de valor y operaciones que se realizan dentro del ecosistema son verificables y públicas, lo que permite que haya una increíble transparencia y, por ende, mayor seguridad y confiabilidad.

Como los intercambios son visibles y quedan reflejados en la blockchain, los usuarios pueden verificarlos en una base de datos que interpreta la información encriptadamente y todo sin vulnerar la privacidad, ya que solo se dan a conocer las direcciones públicas de las partes.

Por otro lado, por ser un conglomerado de códigos informáticos que automatizan operatorias, solo puede haber riesgo de fallos o de ataques, no del sistema en sí mismo, lo que garantiza tanto la eficacia como la eficiencia de los intercambios.

Esto también ayuda a eliminar las fronteras porque no hay contrapartes centrales ligadas a normas y leyes regionales o a sistemas propios. Todo es completamente global y escalable. Cualquiera puede pertenecer al ecosistema DeFi, sin importar dónde se encuentre.

Un profesional de Wall Street que vive y trabaja en Nueva York podría hacer exactamente lo mismo, de la misma forma y con la misma rapidez que un estudiante localizado en Gran Buenos Aires, por ejemplo.

Nuevas formas de gestionar el dinero

Lo realmente importante de las finanzas descentralizadas es que están permitiendo, y lo harán de mejor forma en el futuro, gestionar el dinero adecuadamente, principalmente en tres aspectos:

• Ahorro

Entendiendo el ahorro como la actividad de guardar dinero de manera segura apuntando al futuro, se puede afirmar que DeFi lo potencia gracias a sus nuevos activos financieros.

Por ejemplo, en lugar de comprar dólares y guardarlos bajo el colchón, con todos los riesgos que eso conlleva (robo, pérdida, incendio, deterioro, etc.), se pueden comprar stablecoins y almacenarlas en criptobilleteras físicas que están codificadas y son completamente seguras.

Evidentemente, también sufrirán de inflación, por su propia naturaleza ligada al dinero fiat, pero se elimina gran parte de los peligros asociados a los métodos convencionales de atesoramiento.

• Inversión

Así como las stablecoins permiten ahorrar, el resto de las criptomonedas como bitcoin, ether u otras ayudan a incrementar el capital con el paso del tiempo. Sí, son volátiles y riesgosas, pero justamente por esto es que pueden ganarle a la inflación.

Su equivalente en el sistema convencional serían las acciones. Mantener efectivo es nominalmente más seguro que comprar partes de empresas, pero también no brinda la posibilidad de incrementar el patrimonio.

Lo mejor de todo, nuevamente, es que estos innovadores activos siguen siendo completamente seguros por su cifrado y anonimato.

• Préstamos

Otro de los desarrollos más atractivos de DeFi es el de préstamos descentralizados. Quien tiene un dinero extra puede cambiarlo por stablecoins o altcoins para prestarle el capital directamente a quien está buscando fondos, a cambio de una alta tasa de interés.

Quien busca los fondos puede financiarse a un bajo costo, sin demasiada burocracia innecesaria y sin tener que colocar exageradas garantías, como suele suceder en el ecosistema financiero tradicional. Además, puede pedir prestado poco dinero, solo lo necesario para su consumo o emprendimiento.

La particularidad de estos préstamos es que están estructurados por código. Como comentamos anteriormente, esto hace que la operatoria sea muy segura, eficiente y rápida.

• Entretenimiento

Por otra parte, gracias a las finanzas descentralizadas, se pueden crear juegos play-to-earn que les permitan a los jugadores obtener activos NFT que luego pueden ser intercambiados por dinero fiduciario o criptomonedas.

Así, pasar el rato mientras se gana dinero ya es una realidad y será moneda corriente en un futuro no muy lejano.

Combinando estas nuevas actividades, clásicas pero ahora descentralizadas, las personas pueden administrar de una manera más adecuada, inteligente y segura su patrimonio, protegiéndolo de los riesgos sistemáticos y no sistemáticos que han existido a lo largo de la historia.

Un ecosistema con mucho potencial

DeFi aporta muchas ventajas en el presente, pero todavía el ecosistema no está lo suficientemente desarrollado como para que se masifique exponencialmente tal como sucedió con el internet hace 20 años, por ejemplo.

A día de hoy, muchas aplicaciones descentralizadas no están del todo pulidas, lo que obliga a ya contar con una base de conocimientos del sector para poder aprovecharlas al máximo. Además, por estar en fase de crecimiento, los riesgos de vulnerabilidades todavía son bastante altos.

Nuevamente, basta con observar cómo se comportaba la industria del software en los 90: programas diseñados para especialistas, lentos, no muy funcionales y, en algunos casos, peligrosos.

Por otra parte, los costos de transacción en las finanzas descentralizadas podrían reducirse todavía más para que su expansión pueda ser rentable y accesible para todos los usuarios minoristas, ya que la principal blockchain del mercado, Ethereum, aún es costosa, al menos hasta la llegada de Ethereum 2.0.

Es por este motivo que surgieron otras redes como Solana, Polygon, Polkadot, Terra, Avalanche, Fantom y BNB Chain, proyectos que todavía tienen que madurar, pero que buscan solucionar de forma más eficiente lo que hace Ethereum.

Si un sistema es muy caro y solo escalable para las grandes corporaciones, entonces los pequeños ahorristas no pueden disfrutar de sus bondades y la popularidad nunca crece.

De todas formas, estos son problemas normales al hablar de tecnologías nuevas y disruptivas. El potencial sigue intacto.

En un futuro, será posible utilizar DApps sin que los usuarios se den cuenta, tal como ahora se puede disfrutar de aplicaciones comunes y corrientes sin ser expertos en informática. Así, las personas podrán ahorrar, transferir dinero o gestionar préstamos sin intermediarios financieros, pero de forma sencilla y práctica.

*Santiago Coates es licenciado en Administración de Empresas y Comunicador. Analista e investigador de inversiones cripto en Inversor Global.