Por falta de piezas, Toyota suspende por tres días la producción de pickups

La situación en las industrias es crítica ante la falta de insumos. En el sector automotor es un problema que se reitera desde hace meses. La novedad, ahora, es que la automotriz Toyota suspenderá la producción desde mañana hasta el lunes por falta de piezas, en su planta de la localidad bonaerense de Zárate.

El problema se centra en la demora de la llegada de un barco con autopartes procedente de Indonesia, según confirmaron fuentes de la empresa. Esto ya obligó a la terminal a levantar la fabricación de su pickup Hilux el sábado pasado.

La idea de la automotriz es regresar el lunes 24, si se confirma la llegada de los insumos. El agravamiento de la pandemia provoca serios inconvenientes en todo el comercio exterior.

De hecho, otras terminales están también en una situación crítica. “Vivimos haciendo los planes día a día porque el abastecimiento de piezas está muy restringido” señalaron en otra terminal.

A esto se suman los problemas de ausentismo, tanto en las terminales como en autopartistas, por contagios de coronavirus. Además, hay faltantes de abastecimiento de muchas materias primas, como acero, alambre y demás.

En cuanto a lo que sucede en Toyota, en abril, cuando la pickup Amarok superó por primera vez en la historia en ventas a su rival Toyota Hilux, el interrogante se traslado a lo que podía suceder en mayo para saber si la marca japonesa dejaría que, otra vez, su competidora se ubique a la cabeza de ese segmento o volvería todo a la normalidad.

Cerrada la primera quincena del mes, los patentamientos muestran a la Hilux liderando el ranking de modelos más vendidos con poco más de 1.000 unidades registradas contra 800 de Amarok.

Falta mucho como para aventurar un resultado. Los últimos días del mes suelen ser de gran actividad porque es cuando terminales y concesionarias mueven todas sus piezas para alcanzar sus objetivos comerciales y la diferencia entre una y otra no es tan importante como para descartar cambios.

Pero el dato a tener en cuenta es que lo que sucedió en abril tuvo sus particularidades. La automotriz japonesa sufrió las consecuencias de la ola de contagios de coronavirus y debió suspender, por dos semanas, el turno tarde de producción. La planta de Zárate venía trabajando al máximo de su capacidad y volvió a ese ritmo en la última semana, después de que cediera la cantidad de personal afectado por el covid. Concretamente, le faltaban operarios para garantizar el funcionamiento de sus líneas de montaje.

Esa situación obligó a reducir los envíos de Hilux a las concesionarias. Un flujo de abastecimiento que ya estaba por debajo de lo que requiere la demanda debido a la que la terminal está centrada hoy en cumplir con los compromisos de exportación. El 70% de lo que fabrica lo vende al exterior.

Esta situación hizo que la red no pudiera cumplir con la fuerte demanda interna y se reflejó en los números de patentamientos.

La oportunidad fue aprovechada por Volkswagen que, con una realidad más holgada en sus compromisos externos y personal suficiente, pudo aumentar su participación en el mercado por su mejor abastecimiento.

A comienzos de mayo, el tema industrial volvió a la normalidad y el ritmo de salida de Hilux de la línea de producción retornó al récord histórico de fabricación de una unidad cada 90 segundos en dos turnos.

El problema de Toyota es que hasta agosto tendrá muy condicionado el abastecimiento del mercado interno por esos compromisos exportadores. Recién en la última parte del año podrá normalizar la situación en concesionarias. Hay que recordar que en las agencias hay listas de espera de hasta ocho meses para comprar una Hilux.

A todo esto se suma la complicación actual que enfrenta la automotriz japonesa es el abastecimiento de piezas importadas. La pandemia tiene al límite el flujo de abastecimiento de autopartes y el sistema del “just in time” hace que, ante el faltante de una pieza, se deba parar la producción.