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Mercados: se viene un festival de bonos con ajuste por la inflación

El Tesoro necesita cubrir su rojo fiscal con nueva emisión de deuda. El ministro Guzmán quiere evitar el BCRA imprima pesos y financie al Tesoro porque ese mecanismo deriva en un salto inflacionario. Se aguarda un fuerte aumento en el lanzamiento de bonos. El mercado exige cláusula CER.

Guillermo Laborda
Guillermo Laborda lunes, 10 de mayo de 2021 · 13:33 hs
Mercados: se viene un festival de bonos con ajuste por la inflación
Foto: Twitter Martín Guzmán

El Gobierno se apresta a lanzar un festival de bonos en los próximos meses para poder financiar el déficit fiscal 2021. Recordemos que el rojo de las cuentas públicas (surge de la diferencia entre los ingresos del Tesoro, mayormente recaudación de impuestos, y los gastos) se cubre con el lanzamiento de nueva deuda o bien por emisión de pesos del BCRA. Esta última alternativa es que la deriva en una mayor inflación y por ello el ministro de EconomíaMartín Guzmán, intenta que el déficit se cubra principalmente con el lanzamiento de nueva deuda.

En esta primera parte del año, la recaudación impositiva estuvo auxiliada por los ingresos del Impuesto a los ricos y el comienzo de la liquidación de la cosecha de la soja. El segundo semestre no será tan pródigo en recursos con gastos que se mantendrán en ascenso. Por ello, la expectativa existente en el mercado financiero de una mayor emisión de deuda.

El último informe de Quantum Finanzas, consultora que preside el economista Daniel Marx, describe el estado de la deuda argentina y los vencimientos que se avecinan. Esto significa que el Tesoro no solamente tiene que captar nuevos fondos, sino que debe lograr refinanciar los vencimientos de deuda ya emitida en meses anteriores. A continuación, los puntos principales del informe de Quantum Finanzas:

  • En los primeros cuatro meses del año el Gobierno logró cubrir sus necesidades financieras en pesos -déficit fiscal y vencimientos de la deuda- en gran medida con fondos tomados en el mercado. Durante los primeros meses pudo cumplir este objetivo sin necesidad de convalidar tasas que entraran en conflicto con el manejo que el gobierno pretendía hacer sobre las expectativas de inflación y tipo de cambio. Sin embargo, el aumento de la tasa de inflación determinó que los objetivos entraran en conflicto y, consecuentemente, hubo que adaptar el programa financiero a las expectativas del mercado.
  • Ya en marzo el Tesoro había recibido asistencia del BCRA por $160.000 millones y en la licitación del 14 abril la dinámica de renovación de los vencimientos se alteró consiguiendo refinanciar solo el 50%. Estas señales alertaron al Gobierno del cambio de contexto y lo impulsaron a revisar la estrategia para reducir el financiamiento monetario de sus necesidades de caja, aumentando las tasas de interés y reduciendo los plazos de las colocaciones en las licitaciones posteriores. El dato de inflación de marzo -que se conoció a mediados de abril- fue determinante en ese sentido.
  • Durante abril el Gobierno enfrentó vencimientos de capital e intereses de deuda en moneda local por $246.000 millones. En las licitaciones siguientes a la del 14 de abril tuvo que adaptar las condiciones de emisión, aumentando gradualmente la tasa y reduciendo los plazos.  Así, en el llamado de la semana pasada colocó $107.000 millones de los $110.000 millones que licitó. Para ello, por primera vez decidió no fijar la tasa máxima de algunas de las emisiones -tanto las de tasa fija, como variable y CER
  • El período julio-septiembre es demandante de financiamiento teniendo en cuenta los vencimientos de la deuda en pesos. El promedio mensual asciende a 346.000 millones, de los cuales más del 50% corresponde a deuda ajustable por CER, que viene aumentando a un ritmo del 41% anual en el último año, con tendencia a acelerarse por una mayor inflación. Los vencimientos de deuda ajustable por CER son proporcionalmente más altos en 2022.
  • La “CERificación” de la deuda del Tesoro es una propuesta que en el contexto actual de incertidumbre puede agregar algún atractivo a inversores que comienzan a mostrarse más demandantes a la hora de tomar decisiones. La participación de la deuda ajustable por CER en el total de la deuda en pesos es actualmente del 55% y viene creciendo a un ritmo definido por la propia marcha de la inflación y cierta preferencia de los inversores por este tipo de instrumentos -a fines de 2019 era 34%.

El Gobierno enfrenta un dilema, que viene dado por su intención de influir sobre las expectativas de inflación a través de un conjunto de políticas, incluyendo la tasa de interés y la realidad, que lo lleva a recalibrar esa estrategia para poder cumplir con otro de sus objetivos que es minimizar la emisión monetaria para cubrir las necesidades financieras. Subir la tasa de interés, ofrecer instrumentos a menor plazo y ajustables por inflación muestra su preocupación por mantener cierto control del financiamiento monetario de sus necesidades de caja.

El riesgo existente es este fuerte incremento mencionado de la deuda que ajusta por el CER. Teniendo en cuenta la represión que existe materia inflacionaria, desde las tarifas a los precios de alimentos y al tipo de cambio, cuando en algún momento se liberen esos controles puede derivar en un salto inflacionario que repercuta con un fuerte aumento de la deuda pública. El segundo semestre será clave entonces en ese sentido.

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