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Matías Riccitelli: “Uno tiene que aprender, fracasar es parte de crear"

Uno de los enólogos más prestigiosos del país pasó por Mendoza Prende y nos contó sobre Riccitelli Wines y el proceso creativo que hay detrás de cada uno de sus vinos. En la nota la entrevista completa.

Paola Arcaná lunes, 22 de junio de 2020 · 12:29 hs
Matías Riccitelli: “Uno tiene que aprender, fracasar es parte de crear"

Matías Riccitelli es uno de los enólogos más prestigiosos del país. En el año 2009 fue cuando decidió dar el salto a su propio emprendimiento "Riccitelli Wines" y desde ese momento deslumbró a la industria con sus diferentes creaciones. “Hey Malbec” es uno de los vinos emblema en su carrera, no solo por lo destacado de su sabor, mundialmente reconocido, sino que además su etiqueta fue muy vanguardista, proponiendo una línea de diseño única hasta ese entonces en el mundo del vino, que rompía totalmente con la línea que identificada el diseño de este tipo de etiquetas.

El prestigiosos enólogo, dueño de una gran creatividad, pasó por MendozAprende y hablamos sobre la historia de Riccitelli Wines y del proceso creativo que hay detrás de cada uno de sus vinos, en una imperdible entrevista en vivo por el Instagram de MDZ Online.

-Fue en el año 2009 que decidiste dar el paso ¿Cómo nació Riccitelli Wines?

-Son 10 años, es poco para el mundo del vino y es muchísimo a la vez. Empecé muy joven en la industria y tuve la suerte de tomar mucha experiencia rápidamente, viajé muchísimo, trabajé para la bodega Fabre Montmayou que me dio mucha experiencia. En el año 2009 después de un viaje de un año haciendo experiencias por otros lados, empecé con mi proyecto y no he parado desde entonces. Mi familia se ha dedicado a esto, mi padre es enólogo y mis abuelos también han tenido fincas; nací en Cafayate, un pueblo que se respira vino, crecí entre asados, guitarreadas y en un mundo relacionado al vino. Me gusta mucho la naturaleza, fue muy natural y orgánico que me metiera en este mundo.

-Siguiendo el camino de tus padres y abuelos ¿Sentís que seguís muy en la tradición o que vas innovando en el camino?

-Hice mi camino, nunca trabajé con mi papá directamente sino que me hice solo aunque de la mano de mi viejo mirándome desde lejos y aconsejándome. Tuve la suerte de viajar mucho y conocer gente que me marcó. En mi cabeza se fueron juntando muchas cosas y  armé mi propia fórmula propia y mostré lo que tenía ganas de mostrar cuando empecé con mis vinos.

-¿Qué es lo que más te apasiona?

-Mi trabajo, viajar y mi familia. Soy un loco del vino, me apasiona el trabajo en el campo, hacer el vino pero también comunicarlo, participar en la etiqueta; me apasiona defender el trabajo que día a día hago, es mi vida. El mundo del vino es una forma de vida más que un trabajo, así lo vivimos siempre y ahora con la familia que estoy formando con mi mujer, nos apasiona el vino, la naturaleza, las cosas simples y lindas. El otro día me preguntaron cuál era mi sueño, y estoy cumpliendo mi sueño, toda la vida cuando empecé a relacionarme con este mundo y estudiaba soñaba con tener mi bodega y hacer vinos; es un sueño que estoy cumpliendo con mucho trabajo y perseverancia, y que mi familia esté integrada a esto me encanta.

-¿Cuáles fueron los mayores desafíos y las mejores satisfacciones que te trajo emprender esto?

-Desafíos todos los días, nuestra empresa es chica  de la que hoy dependen 20 familias y está el desafío hoy de no fallarles y poder mantener su puesto de trabajo con esto de la pandemia, y en general con todo lo que pasa en Argentina que siempre es difícil para las empresas chicas, que son frágiles, no tenemos accesos al crédito y demás cosas que debiéramos tener, es un desafío mantenerlas. Satisfacciones miles; cuando uno sueña un proyecto, una etiqueta y después la ves en las mesas, en las góndolas, que hoy estemos exportando muchos países y que personas muy respetadas hablen de tus vinos es algo que realmente me emociona.

-Con “Hey Malbec” hiciste una fuerte apuesta con lo vanguardista de su etiqueta ¿Cómo fue esa historia , se te ocurrió a vos, fue idea de algún diseñador?

-Todas las etiquetas que sacamos al mercado vienen de la bodega, no vienen del marketing, representan lo que somos, nuestra generación y lo que queremos comunicar. No hay ningún diseñador que me presenta una etiqueta o diseño y a partir de ahí creamos un vino, todo lo contrario el vino empieza a gestarse y en mi cabeza comienza a crearse la manera de comunicarlo. “Hey Malbec” fue hace 7 años y ese tipo de etiqueta no existía en el mercado, fuimos la delantera no solo en Argentina sino en mucho lados. Venía craneando esta marca y cómo llevarla a una etiqueta y un día se me ocurrió un superhéroe pidiendo un malbec en un bar en que se sentaba después de trabajar y con el estudio que estaba trabajando en ese momento interpretaron bien y supieron darle vida a mi pensamiento.

-¿Cuáles son las notas distintivas de tus vinos, esos puntos en los que más te esmerás a la hora de crearlos?

-Nuestros vinos son muy puros, siempre quiero que reflejen el lugar en que los elaboramos y que hablan del terroir y de la gente que los hacen; son vinos con poco maquillaje, de baja escala, con mucha intensidad aromática, frescos  y a la vez complejos, sin perder esa personalidad y estructura trato de que sean bebibles e impactantes en nariz y que hablen del lugar, entonces tenemos como una obsesión de buscar nuevos lugares con mucha energía y fuerza, que se transmiten en la uva y el vino que hacemos después.

-Los seguidores dicen que uno podría hacer una galería de arte con las etiquetas de la Bodega Riccitelli

-Me gusta mucho que digan esto, porque a mi me gusta mucho el diseño y realmente me divierte hacer etiquetas y cranear nombres que siempre tengan un sentido y una linda estética, con la misma calidad por fuera y por dentro; no son vinos del marketing. Cada uno de nuestros vinos cuenta una historia y me gusta eso, me divierte un montón.

-¿En qué te inspirás para crear?

-En cosas muy simples, por ejemplo República del Malbec, cuando sacamos esa marca nadie podría creer que no se hubiera registrado antes. Me fijo en cosas simples que me gustan, que me marcaron en mi adolescencia e infancia. Me gusta mucho observar,  las cosas que me atrapan que hacen que miren para ese lado trato de interpretarlas y me inspiro en eso; trato de estar atento y resaltar esas cosas simples y bonitas que están ahí y que muchas veces la gente no ve.

-¿Cuál es la historia de República del Malbec?

-Cuando empezamos con República del Malbec fue 2011, lo hacíamos en Vistalba y me pareció muy linda la historia del vino argentino, de inmigrantes españoles, italianos y franceses, que trajeron su familia y costumbres, sus cepas, sus vinos. Entonces se me ocurrió ponerle ese nombre a un vino de un lugar, Las Compuertas, donde hay una tradición, hay mucho italiano, se riega de una manea muy tradicional; todo eso genera un microclima y una idiosincrasia que generaba una república y me pareció divertido porque terroir no es solo suelo sino también gente.

-Es simple pero son muchos los elementos que tenés en cuenta a lo hora de crear que están presentes ¿Tenés un vino preferido? calculo que todos tienen algo especial para vos

-Depende del momento que voy transcurriendo voy pasado mis preferidos van cambiando, pero cuando uno elabora vino y es tu proyecto y lo llevás con tanta pasión, no hay un vino que me represente sino todos . Ahora estoy como muy enfocado en vinos blancos, más livianos. En la bodega tenemos más de 25 vinos asique tengo para ir rotando todo el tiempo.

-¿Por qué elegís a Mendoza?

-Es un paraíso para hacer vino, tenemos esta hermosa cordillera que nos da la posibilidad de elaborar no solo malbec sino otros varietales. Con una tradición vitivinícola increíble y eso facilita todo. El vino está en la sangre de todos, es tradición de todos los mendocinos y eso no está en todos lados. Tenemos esta posibilidad de jugar con alturas, con la montaña y un universo enorme; por eso todos los años sacamos un vino nuevo y no me canso, cada vez que descubrimos un lugar decimos bueno tenemos que crearlo y sacarlo, ahora estamos enfocados en La Carrera que estamos sorprendidos con la calidad y vamos a meterle todas las fichas para mostrar el gran potencial que tiene 'La Carrera' para blancos en Argentina y para competir con el mundo en blancos, es un lugar mágico.

-¿Cuáles son tus proyectos nuevos?

-La bodega de Blancos y Pinot Noir, en La Carrera. Con Patagonia estamos como muy enfocados y tenemos ganas de hacer la bodega allá. En febrero abrimos un restaurant con Juan Ventureira, que debimos cerrar por la pandemia y ahora estamos pensando nuevas propuestas para llevar el restó a la casa de los mendocinos que quieran vivir una experiencia muy linda. Creo que se va abrir un mundo de opciones muy lindas para los mendocinos. Estamos pensando en cómo enamorarlos; ir a una bodega no es solamente probar un vino, sino tener toda la experiencia, un paisaje increíble en que uno puede disfrutar de un atardecer y conocer de la industria que es de primer nivel que pelea con los mejores lugares del mundo.

-Del proceso de vendimia ¿cuál es la etapa que más te gusta y disfrutás?

-Disfruto todo. La cosecha es una muy linda etapa para nosotros, de trabajo muy fuerte pero a la vez de asado, fiesta y de conocer gente muy linda que te nutre y te trae otro pensamiento y a la vez uno también comparte y nutre al otro y eso es muy lindo, sobre todo en bodegas chicas que funcionamos como familia y nos cuidamos entre todos.

-¿Cómo viene en este contexto de pandemia la proyección del desarrollo vitivinícola?

-Ha bajado el consumo del vino un montón, pero también la industria del vino no ha sido tan golpeada como otras industrias, por suerte hemos podido seguir trabajando vendiendo y exportando; Europa ahora está un poco mejor entonces se van abriendo esas ventanas. Argentina es un mercado muy importante para las bodegas y está muy golpeado por la pandemia y la crisis económica, pero la gente tiene la costumbre de tomar vino y le gusta tomar vino, hemos podido mantener fuentes de trabajo y pagar los sueldos, eso es un gran logro hoy día.

-A nivel social ¿Qué te parece que este suceso mundial nos deja como positivo y qué nos muestra que tenemos que reajustar?

-Mil cosas para pensar y cosas positivas que sacar; ésta a es una de ellas; la comunicación más fácil y fluida, normalmente me tomaba un avión para presentar mi vino en EEUU y Europa y eso te lleva tiempo, energía, costos, contaminación, no estar al lado de tu familia y ahora hago una degustación por una hora con mi importador en Inglaterra y sigo mi vida, muchas veces sobre exigíamos esos viajes. Hay miles de cosas también para pensar, dónde íbamos y cómo estamos como sociedad. Hay que parar con la contaminación y ser más sustentable, nosotros estamos enfocados en trabajar de una manera más consciente en los viñedos y trabajamos sin contaminación; también pensar un poco mas en el otro, estamos en una sociedad contaminada de muchas cosas.

-A los emprendedores que recién están arrancando ¿Qué les dirías?

-Lo primero es que todo se puede, te vas a encontrar con gente que te dice “No”, pero si uno está convencido, lo hace con pasión, con mucho trabajo detrás y mucha conciencia la cosas se pueden; no son mágicas, no vienen de la nada, vienen con esfuerzo, ganas y convencimiento en que podemos hacer lo que queremos. Hay que soñar y tener un horizonte porque eso hace que uno vaya caminando y traccione para adelante, siempre hay que pensar que las cosas pueden ser mejor para adelante, ser positivo. Sobre los fracasos, siempre hay y no pasa nada, uno tiene que aprender, fracasar es parte de crear y ahí está la clave si uno se queda en el fracaso, pero si lo tomas para reinventarte te da experiencia. Vivimos en un país hermoso, Argentina tiene tanto que nos da posibilidades de hacer cosas, con un clima ideal , hay que aprovecharlo no todos los países lo tienen, hay que saber cómo esquivar ciertas cosas, pero también está ese lado lindo del país que tenemos.

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