18 mil millones de dólares en riesgo
Tormentas climáticas y políticas. Precios flojos en Chicago. Solo el clima frena al maíz. Hilton a US$19.000 toneladas. El peligro amarillo. Este lunes, para aumentar la oferta de dólares, el Gobierno anunció que no habrá retenciones a los granos hasta el 31 de octubre.

Con la llegada de una de las temporadas más fuertes y activas del campo, ya que con la llegada de la primavera se dispara la temporada de remates y exposiciones; la época de los servicios vacunos; la siembra de los estratégicos granos gruesos (especialmente maíz, soja y girasol), de las fertilizaciones de pasturas, etc., en este caso también llegaron los excesos hídricos, inéditas tormentas de granizo, y convulsiones políticas normales en tiempos eleccionarios, pero inmediatas por su virulencia en este caso. Asimismo, este lunes, el Gobierno anunció que no habrá retenciones a los granos hasta el 31 de octubre, para aumentar la oferta de dólares.
Imposible abstraerse de las dudas, los alertas, o la cautela. En especial, cuando lo que está en juego, solo para la implantación y cuidado de los cultivos, y sin considerar la cosecha, sean alrededor de US$18.000 millones en costos directos, para los algo más de 40 millones de hectáreas agrícolas que año tras año justifican el grueso del ingreso de divisas del país, y gran parte de la actividad económica en casi todo el territorio.
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De ahí que la inquietud alcance a todos los eslabones de las distintas cadenas, no solo la agrícola, también la láctea, los centuriones hortícolas, y no hablar de los desarrollos de más largo plazo como la fruticultura, forestación , etc. todos los cuales, con los proyectos listos, impusieron un compás de espera a la mayores inversiones, hasta después de octubre.
A la espera del gong…
Aunque en la actividad agropecuaria, los tiempos los marca la naturaleza (no la política), por lo que hay cosas que no se pueden postergar, de las mejores, o peores, situaciones dependen mucho el nivel de inversión , o la tecnología que se aplique a la inversión, y de esto dependen los mejores resultados.
Por eso, como en un hipódromo, todos están listos en las “gateras” para salir, y las posibilidades que se juegan no son pocas. Entre otras cosas, la eventual reversión del estancamiento productivo en el que está el país desde hace más de dos décadas. Algunos rubros, como la lechería, comenzó el crecimiento, mientras que la ganadería aún no lo hace, y se esperaba que este fuera el año para la agricultura con dos vedettes: el girasol y el maíz que venía por la revancha después de varios ciclos de pérdidas por clima y por plagas.
La cosecha récord, rondando los 150 millones de toneladas es todavía una posibilidad, y de este volumen, el maíz debería alcanzar al menos, 60 millones de toneladas, volumen que permitiría mantener las exportaciones, y cubrir también la demanda interna por los avances en materia de alimentos balanceados para avicultura, lechería, feed lots (encierre a corral), producción de cerdos, y el nada desdeñable crecimiento de los alimentos para mascotas.
Por supuesto que este panorama sería el escenario óptimo, con un clima moderado que deje bajar las aguas (entre Buenos Aires y sur de Santa Fe habría cerca de 4 millones anegadas, de las mejores tierras agrícolas) pero, sobre todo, con un rápido aquietamiento de las turbulencias políticas que inmovilizan las inversiones; la normalización económica recuperando la tendencia a la baja en las tasas de interés, y en especial, la seguridad en el rumbo económico y jurídico, temas clave para cualquier inversión de riesgo.
Los dólares que busca el Gobierno sin retenciones
El Gobierno nacional dispuso la eliminación de las retenciones a todos los granos hasta el 31 de octubre, con el objetivo de incentivar la liquidación de divisas y reforzar la oferta de dólares en el mercado. Se enmarca en una estrategia oficial para consolidar las reservas del Banco Central y dar señales de previsibilidad al mercado cambiario.
El alcance de la medida incluye todos los productos del complejo agrícola y estará vigente hasta alcanzar un piso de ingresos por exportaciones de US$7.000 millones. En base a estimaciones de actores del sector, el stock disponible de granos acumulado por los productores asciende a unos US$10.000 millones. Con esta cifra como referencia, el Gobierno apuesta a que una porción significativa de esos granos se liquide durante las próximas seis semanas.
Otros nubarrones
Se sabe que, de todos modos, los precios agrícolas están flojos y seguirán así varios meses, excepto que haya un acuerdo entre EE.UU. y China que haga “volar” al mercado de Chicago, lo que impacta en la perfomance de las exportaciones locales de granos que, aún así, en el cielo previó superó los US$33.000 millones de ventas al exterior.
Sin embargo, no está ocurriendo lo mismo con los precios mundiales de las proteínas que siguen creciendo firmes. Tanto la leche como la carne vacuna están registrando curvas ascendentes tanto en volumen como en cotizaciones, al punto que la famosa Cuota Hilton de casi 30.000 toneladas de carne sin aranceles para la Unión Europea llegó a los US$19.000 por tonelada, según consigna Informe Ganadero.
En la leche en polvo, si bien tuvo una baja importante, aún se ubica en los US$3.800 por tonelada.
Pero las variaciones pueden ser abruptas e inesperadas, debido tanto a los conflictos bélicos, como a la posición arancelaria que impulsa la Administración Trump, y que puede hacer variar el tablero en 180º.
“Otra de las consecuencias que estamos viendo es la exportación de poroto (de soja) sin procesar. ¿Por qué está sucediendo esto? . Porque China necesita 100 millones de toneladas por año. En los últimos años Brasil le vendía 60 millones, Estados Unidos 35 millones y, entre Argentina y algún otro país, 5 millones adicionales. Hoy desapareció Estados Unidos. Y el gobierno chino vino a decirnos hace un mes atrás, que esos 35 millones de Estados Unidos de toneladas no van a volver nunca más. China sacó del inventario de soja a Estados Unidos y, por lo tanto, quiere sustituirlos con Argentina. Por lo tanto, vamos a tener una presión adicional”, reconoció días atrás Gustavo Idígoras, titular de Ciara-CEC, la poderosa cámara que nuclea a los aceiteros y a la exportación de granos.
Los chinos, hasta ahora, tenían ciertos cuestionamientos sobre proteína. Ahora parece que dejó de ser un problema la proteína argentina e, indefectiblemente, la menor humedad de la soja argentina parece que es muy valorada, con lo cual hoy estamos en 10 millones de toneladas (de poroto exportado) en esta campaña. Hablan de algún volumen adicional que podría haber ahora, en el mes de noviembre cuando vuelva a abrirse la ventana de importación china de poroto, y eso implica menor empleo, menor industrialización, menor ingreso de divisas, y si fuéramos siempre a hacer eso quedaríamos en manos de un solo comprador, que es el gobierno chino y seríamos, además, zafreros porque China compra poroto desde la Argentina solo durante pocos meses al año”, alertó.