Independiente Rivadavia, un campeón de película que le ganó al sistema
Un logro histórico para la Lepra, por el significado, la trascendencia y las formas. Un club que luchó contra todo y contra todos. ¡Salud, campeón!
Independiente Rivadavia, un campeón con todas las letras que superó cada adversidad que se le puso adelante.
Como un cuento de Gabriel Garcia Márquez, o una película de Woody Allen, o algo más contemporáneo como una serie de esas que no te permiten despegarte de la pantalla. También podría tratarse de una obra de Leonardo Da Vinci, una canción de The Beatles o una fórmula de Albert Einstein.
Porque lo de anoche en Alta Córdoba fue un acontecimiento a la altura de los grandes hechos de la historia. De esos que marcan, exponen, determinan, dejan huella.
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De principio a fin, el miércoles 5 de noviembre quedará en el recuerdo como esos días que duraron más de 24 horas, como si el reloj en algún momento se hubiera quedado detenido, como si el tiempo no permitiera que la vida continúe con normalidad. Un hecho antinatural, ficticio, de ilusión.
Porque lo que logró anoche Independiente Rivadavia en el Juan Domingo Perón, batallando como David contra Golliat o William Wallace contra los ingleses, bien podría utilizarse como el boceto para un best seller, el guión para un Oscar o los planos para la maravilla del mundo jamás vista. Sin más, ni menos.
Con una previa cargada de sospechas, decisiones incoherentes, un clima que brotaba adversidad, un poder que tocaba la puerta y esperaba agazapado, y un equipo de fútbol que luchó contra absolutamente todo lo que se le puso adelante. Lo pisó, lo destrozó, le pasó por encima.
Un ejército que tuvo que sortear cada escollo que se le presentó. Temores propios, virtudes ajenas, terceros influyentes. Expulsiones, lesiones, decisiones, determinaciones. Caos. Y bajo toda esa condición desfavorable, dañina, nociva, que pegaba cada golpe como si fuera el de nocaut, los soldados de Berti respondieron.
Se plantaron, aguantaron, batallaron, firmes, sólidos, estoicos. Héroes de un pueblo que los reconocerá hasta el último día de sus vidas. Que pelearon contra todo y contra todos, que le ganaron al rival, a los propios y a los ajenos. Le ganaron al sistema. Escribieron parte de la historia. Como se si tratara de un cuento, una película o una serie. Como la de los Peaky Blinders, los Peaky Blinders del Parque.
