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El desafortunado gesto de Lamine Yamal ante el saludo de Cristiano Ronaldo tras perder la Nations League

Tras perder la final ante Portugal, Lamine Yamal mostró frustración y evitó saludar a Ronaldo. Además, se fue a vestuarios durante la premiación.

Cristiano Ronaldo y Lamine Yamal se dieron la mano antes de la final de la Liga de Naciones de la UEFA entre Portugal y España en Múnich. ¿Qué pasó después?

Cristiano Ronaldo y Lamine Yamal se dieron la mano antes de la final de la Liga de Naciones de la UEFA entre Portugal y España en Múnich. ¿Qué pasó después?

La final de la UEFA Nations League 2025 entre España y Portugal terminó con escándalo. No por lo que pasó dentro del campo, sino por el gesto de Lamine Yamal, la joya del Barcelona, quien ignoró deliberadamente el saludo de Cristiano Ronaldo y se fue antes de la premiación.

La situación ocurrió tras la tanda de penales que consagró a la Selección de Portugal. En medio de los festejos y el clásico pasillo de reconocimiento, Cristiano aplaudió a los españoles y se acercó especialmente a Yamal para saludarlo. La respuesta del joven delantero fue esquiva: ni contacto visual, ni apretón de manos. Apenas una mueca, y acto seguido, se marchó al vestuario mientras el trofeo se alzaba en lo alto.

El polémico gesto de Lamine Yamal durante la coronación de Portugal

Embed - El desafortunado gesto de Lamine Yamal ante el saludo de Cristiano Ronaldo

El hecho fue duramente criticado por la prensa española y europea. En El Chiringuito, el periodista Edu Aguirre, amigo personal de CR7, no se guardó nada: “Le tiene mucho aprecio a Lamine. Lo saluda porque ve que puede llegar a ser un grande. Y veo a un chaval de 17 años que no supo perder. Le quitó la cara a una leyenda del fútbol. Fue un gesto feo hacia Cristiano y hacia el deporte en general”.

Además, las cámaras captaron otros gestos de frustración del jugador del Barça: se quitó inmediatamente la medalla del segundo puesto, no se quedó a aplaudir a los campeones, y fue el primero en retirarse de la cancha. Una actitud que contrasta con el resto de sus compañeros, que sí se quedaron hasta el final.

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Con apenas 17 años, esta fue su primera final perdida con la Roja y la segunda de su carrera, luego de la caída en la Supercopa con Barcelona. Su reacción volvió a abrir el debate sobre la presión que soportan las jóvenes figuras, y hasta qué punto esa frustración justifica gestos que rozan la falta de respeto.