Argentina ya no es Messi-dependiente: la mejor señal, en medio de la realidad más dolorosa

Es difícil pensar en que ese día va a llegar. Es duro, triste y doloroso aceptar que el tiempo pasa para absolutamente todos los mortales. Inclusive, para ese ser extraordinario que hace 20 años se mantiene en la cima del fútbol mundial.

Es complejo poner a un costado el fanatismo desaforado -y lógico- por Lionel Andrés Messi y aceptar que está transitando la recta final de su carrera. Que aún brilla, que aún tiene muchas cosas para dar, pero que no falta mucho para un último capítulo, que seguramente sea tras el Mundial 2026.

Parece que fue ayer el debut en el Barcelona, la gloria con el equipo culé, los títulos, los balones de oro, el sufrimiento con la Selección argentina y, como broche de oro, la consagración eterna con la albiceleste. Todo, en una película maravillosa que inevitablemente tendrá un final. Una película que, para quienes admiramos a Leo desde el día 1, no deja de reproducirse en nuestra mente cada vez que lo vemos, hoy, en una cancha de fútbol. Porque sabemos que en poco tiempo, todo será un recuerdo extraordinario. Pero un recuerdo al fin.

Lionel Messi fue reemplazado a los 78 minutos con la Selección argentina perdiendo ante Colombia. Ocurrió por primera vez desde que La Pulga viste la albiceleste. No es un dato menor. Él pidió salir -según comentó el propio Lionel Scaloni- y es una señal. Leo sintió que otro compañero podía aportarle al equipo algo más que él en la recta final del partido.

Fue una imagen fuerte, atípica, impactante. Desde su debut hasta el día de hoy, Argentina vivió o murió, ganó, perdió o empató, pero siempre con Messi en cancha, excepto cuando en un par de ocasiones las lesiones lo sacaron de partido. O, en este último tiempo, con partidos liquidados para que descanse o para que el público lo ovacione. Por decisión del DT, o suya, jamás.

Es la realidad. Messi no será eterno como hasta al propio fútbol le gustaría que fuese. Messi, en poco tiempo será historia, será leyenda. Es tan inevitable como doloroso.

La mejor señal

A pesar de todo lo relatado hasta aquí, esta historia tiene otro enfoque. El positivo, el lado B, la mirada optimista que siempre tiene que encontrarse ante el final de una historia. Y el comienzo de una nueva. Nada será igual sin Messi, es verdad, pero puede parecerse.

Sucedió el jueves pasado con Chile y este martes con Colombia, pero no es la primera vez. El Seleccionado argentino que dirige Lionel Scaloni demostró, una vez más, que sin el 10 como absoluto protagonista la historia puede continuar.

Que este grupo campeón del mundo, con algunas caras nuevas, puede seguir escribiendo páginas doradas para el fútbol argentino. Hoy, con Leo en otro rol. Y mañana será sin él.

Esta Selección argentina tiene identidad, tiene personalidad, tiene caracter, tiene grandes futbolistas y tiene un gran cuerpo técnico. Esta Selección tiene futuro, sin el Leo de siempre, pero con él como guía.