Historias

A 33 años del primer doping positivo de Maradona, la "vendetta" y el adiós al Napoli

El 24 de marzo de 1991 Maradona jugó su último partido en el Napoli, tras dar positivo de cocaína. La “vendetta” por el Mundial de Italia, la crítica a la FIFA y las teorías conspirativas.

Lucio Cappellini
Lucio Cappellini domingo, 24 de marzo de 2024 · 06:39 hs
A 33 años del primer doping positivo de Maradona, la "vendetta" y el adiós al Napoli
Después de 7 años en el club, Maradona se volvió el máximo ídolo del Napoli Foto: Selección Argentina

Tal vez lo más difícil de asimilar sea que quien es, posiblemente, el ídolo máximo de cualquier club en la historia del fútbol no tuvo la despedida que merecía, y ni siquiera fue consciente de que la estaba teniendo. El 24 de marzo de 1991 Diego Armando Maradona jugó uno más de sus 259 partidos en la Societá Sportiva Calcio Napoli. No sabía que sería el último. El marcador final fue 4-1 en favor de la Sampdoria y Diego hizo, de penal, el único gol de los napolitanos. Pero el resultado siempre permanecerá como un detalle; un insignificante detalle en una de las páginas más negras del deporte: el primer doping positivo de Maradona.

Resulta que el 17 de marzo de aquel 1991, luego de un partido contra el Bari que el Napoli ganó por 1-0 con asistencia del 10, Maradona debió someterse a un control antidoping. Uno más de los tantos que siempre arrojaban un resultado negativo. Pero no sucedería lo mismo aquella vez. Una semana más tarde, el 24, los del sur de Italia visitaron a la Sampdoria. Se pusieron la camiseta roja, la alternativa, y sufrieron una categórica derrota por 4-1. Al finalizar aquel encuentro comenzaron los rumores: ¿el control a Maradona había dado positivo?

Con la vestimenta suplente, la última función de Diego en Italia. (Foto: @sscnapoli)

El control a Maradona había dado positivo. La Federación Italiana de Fútbol lo suspendió, primero, provisionalmente, y el 6 de abril la FIFA anunció de forma oficial que Diego Armando Maradona estaba inhabilitado para jugar al fútbol profesional durante los próximos 15 meses. El mejor del mundo, con solo 30 años, dejaba el deporte que él mismo había cambiado. Un escándalo. El resultado del control antidoping arrojó presencia de cocaína en el organismo del astro. Puesto que dicha sustancia no incrementaba el rendimiento deportivo, la sanción a Pelusa fue menor de lo que podría haber sido. Pero no por eso Diego se conformó; y les disparó a todos los que pudo, dando pie a diversas “teorías conspirativas”.

Maradona estaba convencido de que se trataba de una “jugada” entre Antonio Matarrese, presidente de la Federación italiana, y el brasileño Joao Havelange, presidente de la FIFA, para vengarse. ¿De qué? Del Mundial de 1990, aseguraba Diego. La Argentina había eliminado a Italia de la Copa del Mundo en la que era anfitrión y Maradona sostenía que su suspensión era una “vendetta”. En su libro autobiográfico, el de Fiorito escribió: “Me tocó el control antidoping... y la vendetta se cumplió. La venganza estaba escrita y al fin llegó. Yo lo llamo “el doping de Antonio Matarrese”. El laboratorio donde se hicieron los análisis está bajo sospecha y no precisamente por mi caso. Ese doping era la venganza, la vendetta contra mí, porque la Argentina había eliminado a Italia y ellos habían perdido muchos millones”.

Diego, enfrentado con Italia

Dicen las malas lenguas que todos los argentinos finalistas de aquel Mundial que jugaban en el Calcio debieron someterse a controles antidoping. Claudio Paul Caniggia también dio positivo y se vio forzado a dejar la liga italiana, en lo que pareció ser un argumento a favor de Diego. No fue solo el resultado lo que podría haber resentido a la FIFA y la Federación italiana. Sería ingenuo no recordar que en la semifinal entre italianos y argentinos, jugada en el por entonces estadio San Paolo (hoy Diego Armando Maradona), el capitán del conjunto de Bilardo esperó pacientemente la cámara de la transmisión oficial para gritarles a los locales que silbaban el himno albiceleste, modulando como nunca: “¡Hijos de puta! ¡Hijos de puta!”.

Maradona reveló alguna vez que su adicción a la cocaína, que ya existía desde hacía casi una década, no era algo ajeno para los dirigentes del fútbol italiano. Por eso fue tan firme su sentencia, cuando los culpó de haberlos traicionado: “Ferlaino (presidente del Napoli) y Matarrese lo sabían y estaban de acuerdo. Le dije a Corbelli (ex presidente de Napoli) que Ferlaino me había traicionado más de una vez, porque hacía de cuenta que no sabía nada y estaba de acuerdo con Matarrese”. Diego había realizado decenas de tests antidoping y jamás había recibido un resultado positivo en siete años en el Calcio. Pero ese día, pese a que la cocaína no era nueva en su cuerpo, la historia cambió. “¿Qué querés que diga? Me hicieron 25 controles, el último salió positivo. Mirá qué casualidad”, reprochó, reafirmando su teoría.

Para el 10, la FIFA fue culpable de una supuesta venganza. (Foto: TUDN)

Efectivamente, más allá de los reclamos, las conspiraciones, las peleas con Ferlaino, Matarrese o Havelange, Diego Armando Maradona dejó el fútbol durante un año y medio. El campeón del mundo, el pibe de oro, el redentor del sur jamás volvería a ser lo mismo. Su regreso fue con la camiseta del Sevilla, de España, en octubre de 1992; pero Maradona ya era otro. Más adelante, en el Mundial de 1994, protagonizó un nuevo doping positivo, tal vez el más recordado por los argentinos. El que dio pie a la frase: “Me cortaron las piernas”. Y años más tarde, en Boca, fue el eje de una situación nunca muy esclarecida también relacionada con las drogas. Pero el primer episodio, el que cambió su carrera para siempre, el que lo hizo dejar el Napoli sin un digno adiós, fue el de marzo de 1991, del cual se cumplen 33 años. El final de lo bello. El principio de lo oscuro. En fin, la “vendetta”.

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