La increíble historia del jugador que vistió las camisetas de Argentina e Inglaterra el mismo año
En la actualidad, el rugby ha cambiado y es una práctica habitual, pero en las primeras décadas del siglo pasado hubo un argentino que disputó, en la misma temporada, partidos con ambos seleccionados.
Barry Holmes nació un 6 de enero de 1928 en Buenos Aires, en el seno de una familia de origen británico, y esa fue la razón por la cual se crió como un verdadero “sportmen”, como llamaban en esa comunidad a quienes se desarrollaban exitosamente en muchos deportes, y fue así como se destacó en cuanta disciplina realizó en su colegio, el tradicional San Jorge de Quilmes.
La presencia en esa centenaria institución del conurbano bonaerense de la práctica del rugby mediante el club Old Georgians, reaparecido en el torneo porteño desde 2011 y otrora tricampeón del certamen de la UAR (NdR: hoy URBA), hizo que el joven Holmes se formara “guinda” en mano como un rugbier de excelencia, y la partida hacia Cambridge para continuar sus estudios universitarios de agricultura no lo detuvieron, ya que vistió la camiseta de esa prestigiosa casa de estudios, disputando el Varsity Match, enfrentamiento anual en muchos deportes contra sus pares de la Universidad de Oxford, en los años 1947 y 1948 y hasta fue parte del mítico equipo de Barbarians, conjunto por invitación que hasta el día de hoy es referencia de buen rugby y orgullo para quien es llamado a ser parte.
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En ese último año y gracias a sus destacadas actuaciones como wing y fullback, fue rápidamente convocado al combinado Oxford-Cambridge, que inició una gira por Argentina, con cosecha de nueve victorias en igual cantidad de encuentros, dos de ellos en el club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires ante el seleccionado, que aún no había sido bautizado como Los Pumas.
Fue tal el suceso de su presencia en el XV de ese equipo, utilizado antiguamente como base de prueba para el seleccionado inglés, que fue citado a formar parte del elenco de la rosa y disputó todos los partidos del torneo de las Cinco Naciones, cayendo ante Gales en Cardiff e Irlanda en Dublín, y cerrando la participación con victoria ante Francia y Escocia en la Catedral del rugby mundial, Twickenham, sumando dos conversiones a lo largo de este certamen.
No obstante, al concluir sus estudios, regresó a la Argentina ese año, y rápidamente volvió a los campos de juego, siendo convocado para vestir la celeste y blanca, que recibía al poderoso seleccionado francés: el fondo de la cancha fue suyo en ambos encuentros disputados en GEBA, y que fueron ajustadas derrotas por 5-0 y 3-12. Cuentan testigos que Holmes fue reconocido por los jugadores franceses, ya que solo seis meses antes lo habían enfrentado, pero con la camiseta inglesa: el conflicto fue aclarado, aunque la sorpresa de los galos permaneció durante el partido.
Sin embargo, solo un par de meses después, la empresa para la cual trabaja lo trasladó a la provincia de Salta, y una semana después de casarse con su novia Maureen, embarazada de su primer hijo Tim, emprendió un viaje de 36 horas en tren, pero en el viaje comenzó con malestares. Al llegar a destino, buscó la solución con el método de un “sportmen” de la época: jugando dos partidos de tenis para transpirar. Lamentablemente, ese remedio casero no fue la solución para la fiebre tifoidea que estaba sufriendo, y pese a regresar a Buenos Aires para ser atendido, murió a los 22 años.
*Por Patricio Fernández