Así es Lusail, la ciudad "SimCity" que Qatar construyó para la final del Mundial 2022

El Mundial de Qatar 2022 puede ser analizado por muchísimas aristas por fuera del fútbol: el supuesto soborno que llevó a su designación como sede mundialista, la violación a los derechos humanos y civiles, los obreros muertos por explotación y, obviamente, el dinero que dispone el país para organizar la Copa del Mundo. Esto último no sorprende en el mundo del fútbol, que ya está acostumbrado a ver a jeques como dueños de clubes de ligas importantes con sus famosos “petrodólares”. Lo que sí sorprende es cómo utilizaron ese dinero para llevar a cabo el Mundial, abrir sus puertas al mundo occidental y, entre otras cosas, cumplir una profecía de más de 100 años con el proyecto de ciudad más ambicioso del mundo.

Cuando uno piensa en Qatar 2022, lo primero que viene a su mente es el lujo. Hoteles y estadios del mejor nivel que fueron hechos para la ocasión en su gran mayoría. Pero el punto más lujoso de todo el país será el Estadio Icónico de Lusail, sede del partido inaugural y de la final del Mundial. En la gran mayoría de los Mundiales, esos dos partidos se disputan en la capital del país organizador o, en su defecto, en la ciudad más importante. Lo curioso es que Lusail no es la capital qatarí, tampoco es la más importante o más histórica. A decir verdad, es una zona que hasta hace 15 años era arena, cactus, camellos y algunas casas de más de 100 años de antigüedad.

De 1908 a 1915, el gobierno británico publicó de manera secreta un texto llamado “Diccionario del Golfo Pérsico, Omán y Asia central”, escrito por John Gordon Lorimer. Dicha publicación salía sólo en la India, por ese entonces bajo mandato británico, y servía como una guía para los diplomáticos de Gran Bretaña. En la gacetilla, que fue abierta al público en 1955 por una ley que permite desclasificar documentos secretos del gobierno tras 50 años, Lorimer describió a Lusail como “una villa costera ubicada a 15 kilometros al este de Doha, en la que reside el jeque Jasim”. Por aquel entonces, el pequeño pueblo tenía apenas 50 casas y el Fuerte del Fundador, hogar del jeque y sus 56 hijos. Más allá de eso, era una zona desértica con algo más de 70 camellos.

Así se mantuvo Lusail, con algunas chozas y un fuerte como único punto turístico, por cientos de años, hasta que empezaron los planes para desarrollar infraestructura y cumplir con la profecía de convertir la pequeña villa en una ciudad lujosa, como si de una ciudad del videojuego SimCity se tratara. En dicho juego, uno puede crear una ciudad a su antojo y verla desarrollarse a lo largo del tiempo y ese era exactamente el plan que el gobierno qatarí pondría en práctica en 2005, cuando empezaron los trabajos para construir y poblar Lusail, la primera ciudad qatarí en la que extranjeros podían comprar parcelas de territorio.

Más allá de que el dinero nunca supuso una traba, los planes estaban un poco estancados en un principio. Esto cambió para siempre cuando la FIFA designó a Qatar como sede mundialista en 2010. De esa manera, la Copa del Mundo sería el principal motor que impulsaría la construcción de Lusail desde cero.

Aunque la incipiente ciudad ya contaba con el Circuito Internacional de Lusail, hogar de la MotoGP desde 2005 y de la Fórmula 1 desde el 2021, había mucho por hacer. Doce años después, Lusail sólo tiene dos distritos residenciales construidos de los 19 que estaban planificados. De hecho, todas las páginas oficiales de la ciudad están escritas con verbos en futuro, porque no se sabe a ciencia cierta cuánto tiempo llevará toda la edificación. De todos modos, esta superciudad  tiene un estadio de lujo que será la sede de los partidos más importantes de una Copa del Mundo: la construcción del Estadio Icónico de Lusail empezó en 2017 y todavía se están ultimando detalles.

A pesar de que será una ciudad de vanguardia en cuanto a diseño e infraestructura, Lusail es muy pequeña: tiene una superficie de 35 kilómetros cuadrados, casi seis veces más chica que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (203 kilómetros cuadrados). En otras palabras, Qatar tiene un circuito de deportes motor y un estadio de clase mundial en una ciudad equivalente a dos barrios de Palermo que planea albergar más de 200 mil habitantes en un futuro no tan lejano.

Hay muchas cosas que el dinero no puede comprar, pero existen países con tanto poder monetario que se pueden permitir levantar una ciudad entera con un evento de un mes de duración como excusa. El gobierno qatarí apagó el SimCity, entró a la vida real y creó Lusail, la ciudad que pasó de ser arena a sede de la final del Mundial en apenas 15 años.