Esta vez, al Tomba le salió mal
La era Marcelo Gómez duró un suspiro doloroso en Godoy Cruz. Barajar y dar de nuevo.
Muchas veces las apuestas, y hasta las fijas, no suelen salir como uno lo desea. La llegada de Marcelo Gómez a Godoy Cruz tras la salida de Diego Dabove fue una de esas tantas apuestas a las que el club se ha expuesto y que en la mayoría de las veces ha resultado ser como se lo deseaba.
Pero el fútbol tiene demasiado de imprevisto y lo que se planea, pocas veces suele acabar al 100%. Será por esto que este deporte es sin dudas el más lindo del mundo.
El Negro Gómez no alcanzó a estar ni dos meses en Mendoza y con el 20% de efectividad en cuanto a puntos debió irse por la puerta chica. Una afición mal acostumbrada por lo sucedido en los últimos años le pidió la salida de la institución desde su segundo partido, ante River en el Malvinas Argentinas. La intolerancia no lo dejó trabajar, pero los números eran calamitosos y este aspecto no te perdona. Cuando te descuidas, te ves jugando en la B Nacional.
Siempre hablamos de los aciertos de la dirigencia, de los Almirón, los Méndez, los Cocca, etc. El nombre del Negro Gómez quedará marcado en el lado de los que se encuentran en el debe, junto a Trossero, Mayor o Pumpido. Pero el fútbol es así, nadie tiene la bola de cristal.
La sensación es que Godoy Cruz “le quedó grande” al entrenador que como futbolista fue campeón del mundo con Vélez en 1994. Sin experiencia con planteles profesionales quiso cambiar mucho en poco tiempo. Modificar cuestiones que funcionaban a la perfección y que habían llevado a Godoy Cruz a convertirse en subcampeón del fútbol argentino.
No hubo un proceso de adaptación y de camino paulatino y, tal vez, la mirada a futuro podría haber sido buena. Nunca lo sabremos. Lo cierto es que Gómez, con mucho más plantel que el que tuvo Dabove el pasado semestre, terminó chocando un equipo en el que no debía tocarse demasiado, al menos de entrada. Hasta las formas cansaron rápidamente a algunos futbolistas. Vieron cuando no existe feeling…
En 2018, Godoy Cruz cayó solo dos veces en condición de local, mientras que en lo que va del 2019 Gómez ya había sumado tres. Son números que chocan demasiado para poder sostener algo.
Hace poco un alto dirigente, que no tuvo a Gómez como preferencia hace unos meses, aseguró: “Fue la crónica de una muerte anunciada”. Ahora será el turno de un nuevo entrenador mientras el Gato Oldrá apaga un poco el fuego.