Embargos falsos y amenazas: la mafia de la cobranza digital
Crecen los casos de aprietes digitales en Argentina: estafadores y estudios de cobranza envían mensajes por WhatsApp con amenazas de embargo, remate de autos o inclusión en registros de deuda, aunque la ley exige un juicio y notificación judicial para cualquier acción.

Cada vez más argentinos reciben mensajes intimidatorios en el celular: supuestas deudas millonarias, "último aviso de pago" y hasta advertencias de embargo inmediato. Todo por WhatsApp. La nueva cara de la usura no son cartas documento ni jueces: son aprietes digitales que juegan con el miedo de la gente.
Cómo operan los estudios que amenazan por WhatsApp
El mecanismo es simple y perverso: estudios de cobranza compran carteras de deudas viejas o mínimas por monedas, las inflan con intereses y punitorios descomunales, y presionan con mensajes intimidatorios. Te dicen que en 48 horas rematan tu auto, que ya estás en el Veraz o que la policía va a tu casa.
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La realidad es otra: nadie puede embargarte sin un juez. El embargo requiere un juicio, con notificación fehaciente y resolución judicial. Todo lo demás es teatro montado para quebrar psicológicamente al consumidor.
Por qué estas amenazas buscan que firmes lo que no debés
El objetivo no es cobrar lo justo, sino lograr que el consumidor entre en pánico y acepte cualquier arreglo: planes de pago con intereses imposibles, reconocimientos de deuda inflada o incluso entregar el auto. Es una estrategia de miedo que multiplica un negocio que nació de manera desproporcionada.
El sobreendeudamiento familiar es terreno fértil: tarjetas de supermercados, préstamos personales, cuotas de electrodomésticos. Cuando ya no se puede pagar, se suman cargos, seguros y punitorios hasta que la deuda se vuelve impagable. Allí aparece la "cobranza digital" para aprovecharse del desconocimiento y el miedo.
Qué contestar si te llega un WhatsApp con amenazas de embargo
Lo primero es no ceder al pánico. Una respuesta corta, firme y por escrito alcanza para desarmar la intimidación. Por ejemplo:
"Remitan por vía fehaciente y/o judicial. Desconozco la liquidación. Envíen contrato y detalle de capital, tasas e intereses; si actúan por cesión, acompañen título. Cesen la intimidación. Toda comunicación, por escrito al domicilio contractual".
Ese mensaje deja claro que no sos una víctima fácil. Sin contrato ni liquidación detallada y notificación al domicilio contractual, no existe deuda válida. Y sin juez, no existe embargo posible.
Cómo presentar un reclamo formal para frenar la usura
Cuando la deuda ya es impagable, el camino no es resignarse, sino reclamar su adecuación a la ley. Se puede hacer por internet, email oficial, carta documento o nota firmada con constancia. El primer paso siempre es intimar a la entidad financiera a que corrija los montos.
Modelo de reclamo
A la Entidad [nombre de la entidad]
Yo, [nombre y apellido], DNI Nº [número de documento], con domicilio en [domicilio completo], localidad: [localidad], provincia de [provincia], teléfono Nº [número], constituyendo domicilio electrónico [correo electrónico], cuenta Nº [número de cuenta/tarjeta], me presento ante Uds., a fin de reclamar lo siguiente:
Hechos:
Solicito la nulidad del contrato financiero de consumo y su adecuación a la ley, dado que sus cláusulas causan una grave lesión económica evidentemente desproporcionada y sin justificación. Se ha abusado de mi situación mediante ofertas engañosas y contratos de adhesión con cláusulas abusivas, violando el art. 36 de la Ley de Defensa del Consumidor y disposiciones del Banco Central.
Conforme a lo dispuesto por el Banco Central en la Comunicación A 5460, solicito tener por nulas todas las comisiones, cargos, costos, gastos, seguros y/o cualquier otro concepto que no tenga origen en un costo real, directo y demostrable.
Conforme a la Comunicación A 5590 a 5593, solicito tener por nula la aplicación de intereses moratorios y punitorios cuya tasa de interés exorbitante supera la tasa de referencia máxima dispuesta por ley. Solicito que se reduzcan los intereses a las tasas legales dispuestas por el Banco Central, debiendo disponer que los intereses pagados en exceso se imputen al capital y, una vez extinguido éste, me sean devueltos.
Pruebas:
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Copia de [resumen/factura/recibo/comprobante de la operación].
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Cualquier constancia, testimonio o prueba adicional que acredite el reclamo.
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Ofrezco las constancias de la entidad que obran en sus sistemas (art. 53 LDC).
Petición:
Solicito el cese de la infracción a la Ley de Defensa del Consumidor 24.240, dado su incumplimiento con el contrato en los términos, plazos, condiciones, modalidades, reservas y demás circunstancias conforme a las cuales hayan sido ofrecidos, publicitados o convenidos (arts. 8, 10 bis y 29), la información adecuada (art. 4), el trato digno (art. 8 bis), y por imponerme cláusulas abusivas realizadas en contratos formularios (arts. 37, 38 y 39). Solicito que se cumpla con mi reclamo de forma inmediata.
Daño directo:
Dado el menoscabo material sufrido, solicitaré en caso de rechazo que se me indemnice según lo dispuesto por el art. 40 bis de la Ley 24.240.
Sanciones:
Dado el menoscabo sufrido, solicitaré en caso de rechazo la aplicación de la multa prevista en el art. 47 inc. b) de la Ley 24.240, en su máxima graduación, por reincidencia, cuantía de los beneficios indebidos, peligro de generalización para todos los usuarios y la repercusión de estas infracciones.
Comunicación al BCRA:
Comunicaré a la Gerencia Principal de Protección al Usuario de Servicios Financieros del BCRA esta denuncia, a fin de que se registre y se apliquen las sanciones previstas en el art. 41 y concordantes de la Ley de Entidades Financieras.
Código Penal:
Denunciaré esta contratación para su investigación por posible delito de usura según el art. 175 bis del Código Penal.
Firma: [nombre y apellido] – DNI [número] – [fecha]
Por qué esta guía sirve incluso si hoy no tenés deudas
Tal vez no debas nada, pero cualquiera puede recibir un WhatsApp, una carta o un mail intimidatorio. La lógica de la usura digital no distingue: apuesta al miedo y al desconocimiento. Conocer estas herramientas es clave para defenderse uno mismo y también para ayudar a familiares, amigos o vecinos que caen en la trampa.
El negocio detrás es claro: naturalizar la servidumbre financiera, donde millones de argentinos terminan pagando de por vida lo que ya cancelaron varias veces en intereses.
La deuda puede existir, pero la humillación no
Reconocer una deuda no significa aceptar atropellos. La ley está del lado del consumidor: exige trato digno, intereses razonables y contratos claros. Nadie puede embargarte por WhatsApp ni condenarte por teléfono.
La usura digital se enfrenta con información, organización y coraje cívico. Si un estudio insiste en cobrar con miedo, que se encuentre con lo que nunca espera: un consumidor informado con la ley en la mano.