Alexei Navalny

Alexei Navalny: por qué encarcelar al líder opositor puede traerle más problemas al presidente ruso Vladimir Putin

Las duras tácticas del Kremlin en las recientes protestas en Moscú podrían ser contraproducentes y provocar aún más protestas.

BBC News Mundo viernes, 5 de febrero de 2021 · 07:36 hs
Alexei Navalny: por qué encarcelar al líder opositor puede traerle más problemas al presidente ruso Vladimir Putin
El portavoz de Putin elogió a las fuerzas de seguridad por mostrarse "duros" con los "provocadores". Foto: Getty Images

Cuando largas filas de policías antidisturbios tomaron posiciones en el centro de Moscú el martes por la noche, el mensaje fue claro: todas las protestas en apoyo del líder de la oposición Alexei Navalny serían aplastadas.

Durante las siguientes horas, los que se atrevieron a poner a prueba la determinación de las autoridades fueron perseguidos por las calles.

Pronto comenzaron a transmitirse en internet imágenes en vivo de los arrestos y de la policía usando sus porras.

Las escenas se produjeron pocas horas después de que un juez dictaminara que el crítico más feroz del presidente ruso Vladimir Putin pasaría los próximos dos años tras las rejas.

Navalny denunció la audiencia como un espectáculo destinado a "asustar a millones" y sofocar la disidencia.

Pero quizás amordazar a Navalny y a su mensaje podría no ser tan fácil como espera el Kremlin.

Las tácticas duras pueden ser contraproducentes

"Creo que es solo el comienzo de los problemas para el régimen, porque Navalny se convirtió no solo en una fuerza política sino en una moral, lo que lo hace más atractivo para quienes no eran antes sus seguidores", argumenta Andrei Kolesnikov, del Centro Carnegie de Moscú.

"No es solo la oposición política, sino la sociedad civil la que está irritada por la crueldad, el comportamiento de la policía y los tribunales".

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Navalny le hace un gesto a su esposa durante su audiencia de sentencia.

Durante mucho tiempo el Kremlin ha descrito a Navalny como un "agente" de Occidente empeñado en socavar a Rusia, al tiempo que insiste en que los tribunales son totalmente independientes y que los manifestantes enojados son "vándalos".

El portavoz del presidente Putin elogió a las fuerzas de seguridad por ser "duras" con los "provocadores".

Pero algunos aquí advierten que las tácticas duras podrían ser contraproducentes.

"La represión de Alexei Navalny, que es impactante por su crueldad ... también es sorprendentemente tonta", escribió Filipp Styorkin para el sitio web independiente VTimes.

Sostiene que la sentencia de prisión de Navalny alimentará más protestas, no las detendrá. Esto no es ideal para el Kremlin en tiempos económicos inciertos.

"Las autoridades miran persistentemente las patas de la silla en la que están sentados, a pesar de que la silla parece cada vez más endeble", indicó Styorkin.

Muchos en las protestas callejeras dicen que salieron a las calles por primera vez, no tanto por Alexei Navalny sino por la forma dura en que lo han tratado.

El martes por la noche, después de la audiencia judicial, conductores en el centro de Moscú tocaron sus bocinas en solidaridad con los que protestaban, todavía demasiado nerviosos para detenerse y unirse, lo que es un indicio de que la frustración podría ser generalizada.

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Es posible que las protestan disminuyan hasta el que puede ser el próximo punto de tensión: las elecciones parlamentarias en otoño.

Eso incluye enojo por la corrupción de alto nivel que las investigaciones de Navalny han expuesto, lo cual es especialmente irritante ya que los rusos están viendo cómo sus propias vidas se vuelven más duras.

Es poco probable que la prisión silencie al líder

Hay algunas discusiones aquí sobre cuán popular puede ser entre los altos funcionarios la postura intransigente del Kremlin, ya que los gobiernos occidentales están considerando nuevas sanciones: la congelación de activos y las prohibiciones de viaje son un precio aceptable para un proyecto patriótico como "devolver" Crimea, pero atacar a un político de la oposición puede ser una causa menos popular.

Aún no es claro cuánto durará esta ola de protestas.

Es posible que disminuyan hasta el que puede ser el próximo punto de tensión: las elecciones parlamentarias en otoño, cuando Navalny tenía planes de "diezmar" en las urnas al partido pro Kremlin, Rusia Unida.

Su equipo ahora intentará ejecutar ese plan sin él.

"Será difícil", admitió la aliada de Navalny, Lyubov Sobol, la semana pasada, cuando se le preguntó cómo se las arreglaría el equipo si su líder es enviado a prisión.

"Alexei es nuestra inspiración. Pero trabajaremos con más pasión si sucede, alimentados por nuestra ira".

Ese compromiso fue cuestionado de inmediato, ya que Sobol y varias otras personas fueron puestas bajo arresto domiciliario.

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Miles de moscovitas salieron a las calles apoyando a Navalny.

Enfrentan cargos penales, y posiblemente a penas de prisión, por convocar a la gente a protestar en una pandemia.

Navalny claramente tendrá dificultades para reunir a sus partidarios y dirigir a su equipo desde detrás de las rejas, especialmente si las autoridades continúan con los cargos pendientes en su contra, como muchos sospechan.

Pero es poco probable que el hombre que sobrevivió a un ataque de veneno y luego regresó para enfrentarse a aquellos a quienes culpa, sea silenciado por completo.

Los teléfonos móviles están prohibidos en los campos de prisiones rusos, pero están comúnmente disponibles, y Navalny podrá realizar llamadas autorizadas ocasionales y recibir visitas.

La semana pasada, mientras estaba en prisión preventiva, logró publicar un mensaje en Instagram desde la prisión pidiendo a los rusos que superen su miedo y protesten.

"Nadie quiere vivir en un país donde imperan la anarquía y la corrupción", escribió, un país cuyos líderes "encarcelan a todos los que hablan".

Sus palabras recibieron casi un millón de "me gusta" en la red social.

"Navalny se convirtió en la víctima perseguida, el valiente", argumenta Andrei Kolesnikov, comparando la figura de la oposición con los disidentes de la era soviética como Andrei Sakharov, quien fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz.

"Ahora la situación se volvió blanco y negro", dice. Y agrega: "Puedes apoyar a Putin o a Navalny".

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