Pintadas en Potrerillos: la Justicia actuó de oficio y los turistas podrían pagar una multa exorbitante
El caso de Potrerillos generó indignación en redes y llevó a la Justicia mendocina a iniciar una causa de oficio para determinar responsabilidades.

Lo que empezó como una publicación más en redes sociales terminó sacudiendo la tranquilidad de Potrerillos. En las imágenes se veía a una pareja de turistas pintando piedras en plena zona montañosa. Y aunque algunos lo tomaron como un gesto inofensivo, para la gran mayoría fue una falta de respeto al paisaje natural.
Las reacciones no tardaron en llegar. Comentarios cargados de enojo, repudios colectivos y una sensación general de impotencia ante una escena que, si bien no es nueva, esta vez logró traspasar la pantalla y derivar en una respuesta oficial. El martes 22 de julio por la tarde, la jueza contravencional Viviana Fernández decidió actuar de oficio y abrió una causa para investigar lo ocurrido.
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Una falta, pero no menor
Vale aclarar que este tipo de hechos no se consideran delitos penales, sino contravenciones. Es decir, faltas que no implican cárcel pero sí consecuencias legales. En este caso, la jueza aplicó el artículo 138 quarter del Código Contravencional de Mendoza, que regula qué se puede —y qué no— hacer en el piedemonte.
Ese artículo es muy claro: si alguien causa una alteración ambiental sin permiso en zonas protegidas, puede recibir una multa de hasta 50.000 unidades fijas. Teniendo en cuenta que una unidad fija es de 420 pesos, el monto de la multa podría llegar a 21 millones de pesos o arresto de hasta diez días o sanciones complementarias como tareas comunitarias y asistencia obligatoria a cursos sobre cuidado del medio ambiente.
Además, según la gravedad del daño, también puede ordenarse la paralización de lo que se esté haciendo, la clausura o, incluso, la destrucción de la intervención si fuera necesario. En otras palabras, se trata de una falta, sí, pero no de una que pase desapercibida.
El expediente pasa a Luján de Cuyo
Según lo informado por la Justicia, la causa será derivada en los próximos días a los juzgados contravencionales de Luján de Cuyo, la jurisdicción correspondiente a la zona donde se registraron los hechos. Por ahora no habrá declaraciones ni notas oficiales, ya que la investigación recién empieza y se están recolectando pruebas para poder avanzar.
Entre los elementos clave figuran, por supuesto, las imágenes que circularon por redes. En ellas se ve claramente a personas pintando piedras en plena montaña. El material audiovisual podría ser fundamental para identificar a los involucrados y determinar si hubo intención, reincidencia o si se trató de una acción espontánea pero igualmente sancionable.
En paralelo, las autoridades ya están evaluando el daño concreto que se provocó. Porque no se trata solo de una pintada más: lo que está en juego es el equilibrio de un entorno natural que forma parte de un ecosistema frágil y protegido por ley.
El cuidado del paisaje empieza por casa
Lo ocurrido en Potrerillos no es un hecho aislado. Cada temporada, las zonas turísticas de Mendoza reciben a miles de personas, y no todas tienen el mismo grado de conciencia ambiental. Por eso, casos como este ayudan a poner el tema en agenda.
La Justicia decidió actuar, pero el mensaje más fuerte viene del lado de la sociedad. Esa respuesta inmediata, colectiva, que dejó en claro que hay límites que no se pueden cruzar. Que el paisaje no es un lienzo para dejar una firma ni un recuerdo. Es un espacio vivo, que hay que respetar.
El caso sigue en investigación. No se sabe todavía si habrá sanciones, ni cuán graves podrían ser. Pero sí quedó algo claro: el entorno natural necesita que lo cuidemos entre todos. Y cuando alguien lo daña, la respuesta no puede ser indiferente.