Piden jury contra la jueza que advertía sobre "liberaciones masivas"

La jueza Julia Márquez apareció en varios medios hace unos días, cuando se la oyó decir que "según cifras oficiales" se había "liberado" a 176 abusadores sexuales. El problema es que cuando le preguntaron de dónde había sacado ese número, no supo contestar. Y peor aún: esta semana se conoció que la magistrada había mandado a domiciliaria a un peligroso ladrón que contaba con al menos cuatro condenas. El detenido salió a robar a los pocos días y fue detenido nuevamente.

Basándose en estos antecedentes, ayer una abogada platense radicó una denuncia contra Márquez ante la Secretaría de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios Judiciales de la provincia de Buenos Aires. Si bien no trascendió quién es la letrada que presentó el escrito, sí se conocieron detalles de la acusación, donde se señala a la jueza por "intimidación pública, incumplimiento de los deberes inherentes al cargo y realización de actos de parcialidad manifiesta".

En el texto se critica a Márquez por la difusión de datos inexactos sobre los pasos a domiciliaria y la aceleración de libertades condicionales para algunos internos en el contexto de la pandemia de Covid-19.

Contrafuego

La disputa legal se conoce luego de que desde otro espacio, legisladores de Juntos por el Cambio pidieron un juicio político para el Juez Víctor Violini, del Tribunal de Casación bonaerense. Violini fue quien hizo lugar a un habeas corpus colectivo que favoreció las excarcelaciones, aunque aclarando que debían realizarse por cuestiones sanitarias y atendiendo a que no se tratada de presos por delitos graves.

En medio de ese fuego cruzado, el detenido José Eduardo Magri (34) obtuvo la domiciliaria con la firma de la jueza Márquez. Sin embargo a menos de un mes de salir de la cárcel fue a robar, tomó una familia de rehén y hasta se tiroteó con la Policía antes de quedar detenido nuevamente.

Magri tenía por lo menos cuatro condenas, la última de 6 años y 8 meses por robo agravado. Márquez lo mandó a su casa sin tobillera electrónica. Con jury o no, está claro que -por demasiado sofisticada o por irracional- su lógica es difícil de entender.