"La arquitectura populista le vende a la gente el sueño de dejar de ser pobre"

El crítico y arquitecto Fredy Massad está de visita en la provincia, en el marco del Mundaneum XIV Mendoza. Estuvo en "Uno nunca sabe", el programa matutino de MDZ Radio, y durante la charla, opinó sobre lo que el denomina "arquitectura populista".

"La arquitectura mediática había vivido, después de la caída del muro de Berlín, un auge del arquitecto estrella. Habían 12 o 15 arquitectos en todo el mundo que construían todas las obras más importantes. Esto se debió al 'efecto Guggenheim': toda ciudad quiere tener su edificio icónico", comenzó explicando el profesional.

"Llega la crisis del 2008, que afecta primero a los países del norte, y las revistas se dan cuenta que ya este modelo de grandes proyectos y presupuestos no vende... y ahí se buscan ejemplos de otros lugares del mundo: Latinoamérica y África".  

"Es aquí donde surge el cariz populista: los arquitectos latinoamericanos que empiezan a explicar la arquitectura desde un punto de vista completamente sentimental. Son arquitectos a los que nadie les daba pelota, y que se visten en una especie de 'santones' que predican la arquitectura pobre", siguió.

"Un ejemplo de arquitectura populista es la del paraguayo Solano Benítez, que es correcta, en ladrillo, pero que cuando se ve desde fuera vende un mensaje emocional: un concepto que dice que disfrutamos siendo pobres, somos buenos, lo hacemos todo con poco. Algo así como: 'Somos gente de buena voluntad sin grandes aspiraciones'. Se vende de manera populista una realidad falsa, homogénea, cuando la arquitectura es heterogénea".

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"El famoso arquitecto chileno Alejandro Aravena, por ejemplo, habla de arquitectura progresiva y tiene una trampa. Primero que todo, es un adanista: porque el cree que creó este concepto, y el concepto ya existía desde siempre. El postula que si, por ejemplo, una familia para vivir necesita una vivienda de 80 m2, pero no tengo el dinero para construírsela, le hago una de 40 m2 y le dejo el espacio para que en el futuro siga construyendo. Lo que pasa es que cuando la gente sigue construyendo, termina siendo una casa de una villa miseria: les vende el sueño de la clase media".       

Massad finalmente explica que este tipo de arquitectura, la populista, al fin y al cabo es clasista.

"La arquitectura populista lo que hace es utilizar al pobre para hacer negocios y le vende el sueño de la clase media a quien sabe que nunca la va a alcanzar".

Massad, egresado por la Universidad de Buenos Aires, es profesor de la asignatura ‘Teoría y Crítica de la Arquitectura’ en ESARQ-UIC (Barcelona) y profesor invitado de la Cátedra TSLS Ledesma (FADU-UBA). Colaborador habitual de medios especializados internacionales. Es responsable del blog de arquitectura del periódico español ABC. Ha publicado en 2015 el libro de reflexión crítica sobre el escenario actual de la arquitectura La viga en el ojo. Escritos a tiempo (Ediciones Asimétricas, Madrid).

Definiciones

"Ser crítico de arquitectura sirve para sacar a los arquitectos de una posición endogámica en la que está colocada y que solamente interesa a los arquitectos".

"Hay que pensar a la arquitectura dentro de un contexto político y social. La arquitectura además de poner un ladrillo sobre otro también es pensamiento y es ideología".

"La arquitectura se considera dentro de las bellas artes, pero sobre todo a partir del siglo XX tiene una función social".

"Ahora está de moda la idea de la participación ciudadana, y todo el mundo cuando se va a hacer algo, opina. Hay que reivindicar al arquitecto como técnico. Está bien el proceso participativo, pero si vas a operar a un tipo del corazón, no vas a hacer una encuesta para ver cómo hacerlo: hay alguien que sabe".

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