Diabetes: dos amenazas silenciosas que pueden prevenirse y pocos pacientes lo saben
Especialistas advierten que quienes padecen diabetes deben realizar controles periódicos y exhaustivos para evitar perder la visión y enfermedades renales.

La diabetes es una enfermedad que demanda ser controlada desde distintos aspectos.
ShutterstockLa diabetes no solo exige controlar los niveles de glucosa: también obliga a prestar atención a sus consecuencias silenciosas. Dos de las más graves -y muchas veces subestimadas- son el daño en la retina y el deterioro de la función renal que, si no se detectan a tiempo, pueden derivar en pérdida irreversible de la visión o la necesidad de diálisis e incluso trasplante de riñón.
En el caso de la salud ocular, la diabetes puede provocar edema macular diabético y degeneración macular asociada a la edad, enfermedades que afectan la mácula, la parte de la retina responsable de la visión central y los detalles. “La mácula es lo que nos permite ver con nitidez. Cuando la afección es ‘seca’, puede avanzar hacia una forma ‘húmeda’, que representa un agravamiento del cuadro y puede conducir a una pérdida significativa de la visión si no se trata adecuadamente”, explicó el doctor Martín Charles (M.N. 101891), del Centro Oftalmólogo Charles de la Ciudad de Buenos Aires.
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Para atender esta problemática creciente, la división de oftalmología de Bayer lanzó una nueva concentración de su tratamiento para estas enfermedades, que busca mejorar la adherencia y los resultados clínicos de los pacientes.
Cómo afecta la diabetes a los riñones
Por otro lado, la enfermedad renal crónica (ERC) es otra de las amenazas que enfrentan las personas con diabetes. Es una condición progresiva y silenciosa que, si no se detecta a tiempo, puede requerir tratamientos de reemplazo como la diálisis o llevar a la necesidad de un trasplante. Según especialistas del Hospital Italiano de Buenos Aires, la situación es crítica: se estima que en Argentina hay casi cinco millones de personas con ERC, muchas de las cuales no lo saben. La principal causa de este daño renal: la nefropatía diabética.
“El abordaje integral de la enfermedad renal crónica es fundamental para evitar su progresión. La prevención, tanto primaria como secundaria, mejora notablemente la calidad de vida del paciente”, explicó la doctora María Cora Giordani, jefa del Servicio de Nefrología del Italiano. “Prevenir, además, permite bajar fuertemente los costos de salud”, agregó.
El vínculo con el corazón
En esa misma línea, el doctor Ignacio Bluro, del Servicio de Cardiología de ese hospital, alertó sobre una conexión clave: la enfermedad renal no solo afecta los riñones, sino también al corazón. La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en pacientes con ERC, lo que refuerza la necesidad de una detección temprana y un tratamiento integral.
Ambas complicaciones comparten una característica que debería encender las alarmas del sistema de salud: pueden prevenirse. La clave está en el diagnóstico precoz, el seguimiento adecuado y el acceso a tratamientos oportunos. Porque cuando se habla de diabetes, mirar solo el azúcar en sangre ya no alcanza.