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De víctima a campeona: el mensaje que nos deja Alejandra "Locomotora" Oliveras

Alejandra Oliveras convirtió el dolor en lucha. Su vida fue un ejemplo de empoderamiento y resistencia frente a la violencia de género.

Alejandra Locomotora Oliveras falleció a los 47 años.

Alejandra "Locomotora" Oliveras falleció a los 47 años.

@locomotoraok

Cuando la violencia quiso callarla, Alejandra Oliveras se calzó los guantes. Hoy el país despide a esa mujer que hizo del boxeo una forma de libertad. Alejandra Locomotora Oliveras, seis veces campeona mundial de boxeo y símbolo de la lucha contra la violencia de género, falleció a los 47 años, tras sufrir un accidente cerebrovascular en su casa.

Su historia no fue solo la de una deportista de élite. Fue la de una mujer que enfrentó lo inenarrable y lo transformó en fuerza.

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Tanto arriba como abajo del ring, La Locomotora luchó y fue campeona.

Tanto arriba como abajo del ring, La Locomotora luchó y fue campeona.

Golpes que no se ven: su historia antes del ring

Oliveras fue madre adolescente y víctima de violencia por parte de su pareja. Desde los 14 años, durante el embarazo de su primer hijo, comenzó a sufrir agresiones físicas y psicológicas que se prolongaron durante años. Mientras la sociedad callaba, ella sobrevivía.

Sin respuestas del Estado ni acompañamiento institucional, tomó una decisión extraordinaria: entrenarse en secreto para defenderse. “Quería ser feliz”, contaba. Y entendió que la felicidad pasaba, primero, por dejar de ser víctima.

Un día, su agresor intentó golpearla como tantas veces. Esta vez, ella lo enfrentó, lo golpeó, y escapó con su hijo y una bolsa de nylon. Nunca volvió.

El homenaje a una luchadora de la vida

La Locomotora homenaje en redes MDZ

Del miedo a la furia: cómo el boxeo la salvó

Inspirada por figuras como Mike Tyson, encontró en el boxeo una forma de canalizar su historia. Lo que empezó como defensa se convirtió en una carrera brillante: 33 victorias, 3 derrotas, 2 empates y seis títulos mundiales en distintas categorías. Fue la primera mujer en alcanzar ese récord y su nombre quedó en el Guinness.

Pero su mayor conquista fue otra: dar testimonio. Convertirse en voz de muchas. Usó su fama para hablar de lo que incomoda. Para denunciar la violencia de género desde un lugar donde las mujeres no suelen tener lugar: el ring.

“Nadie nació para sufrir. Tenés una vida: hay que aprovecharla, disfrutar, luchar por tus sueños”, decía. No era una frase para Instagram. Era su historia en una línea.

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La Locomotora Oliveras encontró en el boxeo una forma de canalizar su historia.

La Locomotora Oliveras encontró en el boxeo una forma de canalizar su historia.

Un legado que habla por todas

Oliveras no fue solo una boxeadora. Fue una sobreviviente. Una que convirtió su historia en bandera. En villas, gimnasios y barrios, su figura sigue inspirando a mujeres que no encuentran salida, pero escuchan su historia y sienten que pueden resistir.

Su muerte duele, pero también nos deja un compromiso. Recordarla no es solo rendirle homenaje, sino abrir los ojos. Su historia no puede ser vista como algo excepcional, sino como una advertencia: todavía hay muchas mujeres peleando solas por su libertad. No podemos seguir ignorándolo.

* Lic. Eduardo Muñoz. Criminólogo. Divulgador en Medios. Análisis criminológico aplicado a temas sociales de actualidad y seguridad.

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