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Jorge Luis Borges: el autor infinito

Un día como hoy de 1986 murió Jorge Luis Borges, el escritor argentino cuyos poemas y cuentos vanguardistas lo consagraron como una de las figuras de las literaturas latinoamericana y universal.
Jorge Luis Borges, falleció el 14 de junio de 1986 en Ginebra, Suiza. Foto: MDZ
Jorge Luis Borges, falleció el 14 de junio de 1986 en Ginebra, Suiza. Foto: MDZ

Las bibliotecas son laberintos de sueños, los sueños son laberintos de espejos que deforman una misma imagen en millones de historias, millones de palabras bajo el  ojo de un único dios reinante, el tiempo. 

Soy joven, tengo 15 años y en mí cabeza prolifera y se materializan de pronto estás  ideas, ideas nuevas para mí, como una puerta al espacio universal. Ese universo se  abre ante mí como un paisaje lleno de senderos, senderos que se abren y bifurcan  hasta el infinito, donde las palabras de un hombre resuenan en un eco eterno. Esa  persona tiene un nombre, Jorge Luis Borges

Hoy es 14 de Junio y este pobre soñador sueña que ya no es un niño, y ahora bajo los ojos vigilantes de esta red eterna llamada internet, me surge la necesidad incontenible de hablar sobre este hombre, y por eso te pido perdón lector por este  atraco, por violentar mí lengua hacia tu presencia. 

Pero hoy es 14 de Junio. La relación de un escritor con su destinatario es un océano de misterio, por  momentos calmo, por momentos tormentoso, siempre un torrente apunto de  agotarse. 

Las bibliotecas son laberintos de sueños, los sueños son laberintos de espejos.

Que pueden decir los hombres sobre Borges

Borges combinaba el interés por su tierra natal con intereses mucho más amplios. También compartía su multilingüismo y su gusto por jugar con el lenguaje, pero a diferencia de otros escritores, el gran Jorge Luis nunca escribió una novela. A quienes le reprochaban esa falta, el respondía que sus preferencias estaban con el cuento, que es un género esencial. "No estoy orgulloso de lo que he escrito, estoy orgulloso de lo que he leído". A pesar de lo que digan los ignorantes Borges no pecaba de soberbio, su humildad le impidió considerarse un escritor maestro, un escritor que pudiera construir una obra cuya duración no considerará necesaria. 

Si bien la poesía fue uno de los fundamentos de su quehacer literario, el ensayo y la narrativa fueron los géneros que le reportaron el reconocimiento universal. Dotado  de una vasta cultura, elaboró una obra de gran solidez intelectual sobre una prosa  precisa y austera, a través de la cual manifestó cierto distanciamiento de las cosas. Sus estructuras narrativas alteran las formas convencionales del tiempo y del espacio para crear mundos alternativos de gran contenido simbólico, construidos a partir de reflejos, inversiones y paralelismos. Los relatos de Borges toman la forma  de acertijos o de potentes metáforas de trasfondo. 

El Aleph.

Entre sus intereses destacan la mitología, la matemática, la teología y la filosofía

Desde una perspectiva más histórica, su obra puede dividirse en dos períodos. Una primera etapa inicial, vanguardista, acotada entre los años 1923 y 1930. Este período está caracterizado por la importancia fundamental del poema, el verso libre, la proliferación metafórica, la apelación a un neobarroco de estirpe española y cierto nacionalismo. A este período pertenecen los poemarios Fervor de Buenos  Aires, Luna de enfrente y Cuaderno San Martín, así como los ensayos, El tamaño de  mi esperanza y El idioma de los argentinos. 

A partir de 1930 la obra de Borges, durante treinta años se inclina a la prosa y surge una doble vertiente: el ensayo breve, y la llamada “ficción”. La literatura era, según su concepción, la infinita lectura de unos textos que surgen de otros y remite a un texto original, perdido, quizás inexistente. Sin embargo, la  obra ficcional borgiana se inclinó a temas recurrentes, como son los fantasmas de la vida, el reconocimiento del otro en el acto de darle muerte, el espejo como cifra  de las apariencias, la lejanía y la desdicha vinculadas con la relación amorosa, la  búsqueda de los nombres verdaderos, el prohibido nombre de Dios, las fantasías y  la perfecta adecuación entre las palabras y las cosas. 

Borges combinaba el interés por su tierra natal con intereses mucho más amplios.

Los relatos de Borges toman la forma de potentes metáforas de trasfondo

Sus personajes, gauchos y compadritos se entreverán con los héroes homéricos, los teólogos medievales y los piratas del mar de la China. La mayoría de sus historias más populares reflexionan sobre la naturaleza del tiempo, el infinito, los laberintos, los espejos, la identidad; temas tan reales como  fantásticos. Historias de antihéroes perdidos, soldados, gauchos, detectives, figuras históricas, dónde se mezclan realidad y fantasía, los hechos con la ficción. 

La obra de Borges impulsó una renovación del lenguaje narrativo. Sus textos surgen de otros textos. Las tramas se superponen a otras tramas, cada párrafo es la variación de otra escritura o lectura previa. Es difícil no descubrir algunas de sus claves; es casi imposible descifrarlas todas. Su escritura rescata ideas y preguntas que atraviesan el pensamiento occidental desde sus remotos orígenes y las reformula, no intenta seriamente solucionar sus contradicciones; prefiere resaltarlas, reordenándolas en paradojas, a las que vuelve una y otra vez. En sus páginas casi siempre desafía al lector a resolver un enigma, cuál es el enigma y quién es en realidad el héroe son parte del misterio. 

La obra de Borges impulsó una renovación del lenguaje narrativo.

La obra de Borges impulsó una renovación del lenguaje narrativo

Para muchos se ha instalado una idea de que no se debe leer a Borges de primera  mano si se busca incursionar a los jóvenes en la lectura. Yo creo que no puede haber idea más equivocada. Borges debe ser leído en todas las etapas de la vida. Pocos escritores permiten una lectura como la que propone Jorge Luis, una lectura abierta a la reflexión en el cuál la historia cambia y uno también cambia. Cada vez que vuelvo a leer una historia de Borges siento que estoy ante una historia diferente.

Hoy se cumple otro aniversario de su paso a la inmortalidad y como un eterno soñador no puedo abarcar la tarea de hablar con justicia sobre un alma tan única como la de Borges. Solo voy a dejar aquí algunos títulos para usted curioso lector que ha tenido la  osadía, el invisible valor de haber llegado hasta aquí. Títulos que temo describir, ya que temo que mis palabras prosigan violentando la terrible corriente de las oscuras  y brillantes aguas de la literatura Borgiana. 

Funes el memorioso.

Nueve breves y geniales cuentos de Borges para lectores curiosos 

  • La espera.
  • Sur.
  • El fin.
  • La casa de Asterión.
  • Funes el memorioso.
  • El hombre en el umbral.
  • La escritura del dios.
  • El jardín de los senderos que se bifurcan.
  • El Aleph.

 

Andrés Falcón.

* Andrés Falcón, profesor de Literatura.