Día Mundial del Sueño: cuáles son los países con mayor índice de insomnio y qué pasa en Argentina
El lema de este año es: "Equidad en el sueño para la salud global". Se busca tomar conciencia sobre las consecuencias graves que puede provocar la falta de descanso.
Este 15 de marzo se lleva adelante el Día mundial del sueño, una oportunidad para reflexionar y concientizar sobre su importancia para la salud física y psicológica. En Argentina, la mitad de los ciudadanos manifestó tener inconvenientes para conciliarlo; los trastornos de este tipo son muy comunes y, de hecho, se presenta en algunos países más que en otros.
Se trata, en rigor, de una celebración anual que tiene la finalidad de sensibilizar a la población acerca de la importancia de descansar bien, y cuyo lema de este año es: "Equidad en el sueño para la salud global".
Cabe recordar que el insomnio es el trastorno frecuente del sueño, el cual dificulta llegar al mismo, mantenerse dormido o incluso lograr un descanso de buena calidad. Ocurre independientemente del entorno o tiempo con el que la persona dispone. Puede interferir con las actividades diarias, generar somnolencia durante el día, mal humor, irritabilidad, pérdida del apetito y falta de energía, entre otras.
De hecho, un estudio del American College of Cardiology reveló que hasta el 8% de las muertes por cualquier causa podrían atribuirse a "patrones de sueño deficientes". Quienes tienen hábitos más saludables en torno a este tema, cuentan con menos probabilidades de morir de forma prematura.
Los países con mayores índices de insomnio
De acuerdo con datos de Statista Consumer Insights, en Italia el 43% de los entrevistados aseguró haber padecido algún trastorno del sueño durante el año previo a la encuesta. Por su parte, en España el porcentaje fue similar: del 42%. Y en México del 38%. En India, con el 26%, se registró el menor porcentaje.
Por su parte, el Laboratorio de Neurociencia Aplicada de la UCA y Conicet reveló que los argentinos duermen un promedio de 6 horas diarias, lo que representan 2 menos de las recomendadas para mantener una calidad de vida satisfactoria. Al dormir, se genera un proceso cerebral de fijación de la memoria, donde la persona incorpora aprendizaje y crece su capacidad de respuesta, por ejemplo, ante problemas o ideas.
El insomnio de corto tiempo puede ser causado por estrés o cambios en los horarios o en el entorno; su duración es de unos días o semanas. No obstante, el crónico o de largo plazo ocurre 3 o más noches por semana, dura más de 3 meses y no puede ser explicado completamente por otro problema de salud.
Las consecuencias de no dormir bien
Además de generar somnolencia, irritabilidad, pérdida del apetito y falta de energía, como ya se explicó, el déficit de sueño crónico conduce a varios efectos negativos más en la salud. Estos van desde problemas cardiovasculares, deterioro cognitivo, debilitamiento del sistema inmunológico, hasta un incremento en el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2.
El insomnio no es el único trastorno, sino también al apnea, que son pausas respiratorias durante las horas de descanso. Este fenómeno altera la presión arterial, la oxigenación de la sangre, la frecuencia cardíaca e incluso puede llegar a aumentan los niveles de dióxido de carbono en sangre, en casos más graves.
Hábitos de sueño saludable
Además de seguir un estilo de vida saludable para el corazón, el National Heart, Lung and Blood Institute recomienda adoptar los siguientes hábitos a la hora de acostarse, los cuales pueden permitir conciliar el sueño y permanecer dormido más fácilmente:
- Que la habitación sea adecuada para dormir: lugar fresco, tranquilo y oscuro.
- No mirar TV o dispositivos electrónicos antes de acostarse, ya que la luz de estas fuentes pueden alterar el ciclo de sueño-vigilia.
- Dormir y despertarse aproximadamente a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
- Evitar la cafeína, la nicotina y el alcohol cerca de la hora de ir a dormir.
- Hacer actividad física en forma regular durante el día, al menos 5 a 6 horas antes de acostarse.
- Evitar las siestas, especialmente por la tarde.
- Comer a horarios regulares y evitar las cenas a altas horas de la noche.
- Aprender nuevas formas de manejar el estrés: leer un libro, escuchar música tranquila o tomar un baño caliente. También puede ser masoterapia, meditación o yoga.
- Evitar determinados medicamentos de venta libre y con receta que puedan alterar el sueño, como algunos para el resfrío y la alergia. Hay que hablar con un médico.
- Por su parte, también se recomienda hacer terapia (a veces cognitiva conductual) para poder tratar lo que ocurre y descansar.
- De no servir nada de esto, también se puede acudir a ayuda psiquiátrica. Algunos medicamentos recetados que se utilizan para tratar el insomnio son para uso a corto plazo, mientras que otros son para uso a largo plazo.