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Volver del pasado sin maquillaje: la realidad es el déficit

Campaña de prevención de la ceguera, podes ver mejor al mirarte, Un nuevo domingo y llega "Arte que motiva", la columna de Juan Barros para MDZ con su estilo personal.

"Aunque nos bañemos en el mismo río y la sangre de tu herida y de la mía se mezclen en la misma agua. Aunque seamos arrastrados por la misma corriente y caigamos al vacío por la misma cascada. Jamás podremos morir la misma muerte", José Vargas.

La realidad nos denuncia

El amor es más que lo que nos hacen creer… es lo que nos hace creer.
¡Soy como te amo!
Lo que agradecemos nos bendice.
¡Gracias por quererme así como te querés!
Tal como agradecemos podemos ver…
Aprender a contar es… ¡Tener en cuenta!
Las dudas son deudas.
Decir… ¡Te quiero! También es decir cómo nos queremos a sí mismos.

Ilustración de Juan Barros.

¿En qué nos convertimos…?

Los recuerdos no cambian lo mirado.
Cambian nuestra mirada.
Sin el talento del perdón no sé cómo soy. No sé cómo sos. No sé conocerme. No sé conocerte.
¿A quién nos parecemos?
¿A quién nos padecemos?
¿Cómo me reconocés…?
No tenemos más que lo que podemos dar.
La realidad no sucede antes.
Lo único que podemos dar es lo que el otro necesita.

La realidad es un perro que se desató…
Pero no puede ir más lejos de sí.
Permanecemos en lo que nos une. Y como nos une nos hace permanecer.
La realidad es la mayor tendencia.
Lo que nos falta nos sincera.
El lugar del otro nos evidencia. Porque nos sincera…
La felicidad es como sos.
La angustia es el deseo sin parir.

"¿Te has hecho alguna vez, hermano o hermana en escucha, la pregunta?: ¿Qué busco en la vida? Si no encuentras  inmediatamente la respuesta, te la sugeriré yo. Buscas lo que todo el mundo busca: ¡la felicidad!".

Ilustración de Juan Barros.

Antes que Sigmund Freud, san Agustín lo había comprendido: "Todos -decía- queremos ser felices" Pero, a diferencia de Freud, también daba la razón de este impulso universal: Nos has hecho para ti, le dice a Dios al comienzo de sus Confesiones, nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti la palabra que Jesús le dijo a Marta, que estaba ocupada en muchas cosas: Marta, Marta: sólo una cosa es necesaria (Lucas 10,42). Esa palabra está ahora dirigida a cada uno de nosotros. ¡Solo es necesaria una cosa! Si tienes esto, lo tienes todo, aunque no tengas nada más; si no lo tienes, no tienes nada, ¡aunque el mundo entero fuera tuyo! Quiero que un gran filósofo y creyente del siglo XIX, Soeren Kierkegaard, les diga cuál es esta cosa necesaria, para que no piensen que nosotros, los predicadores, somos los únicos que creemos en ella.

Dice Kierkegaard: "Se habla mucho de vidas desperdiciadas. Pero sólo se desperdicia la vida de ese hombre [y de esa mujer, agrego] que la dejó pasar así, engañado por las alegrías de la vida y sus preocupaciones, sin darse cuenta nunca de que hay un Dios y que él mismo está ante esto. Dios (Kierkegaard, La enfermedad mortal)" (Cardenal Cantalamessa).

Juan Barros. Ilustración de Lisandro Ruiz.

Juan Barros, energizante natural. Apto para todo público.