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Desarrollo personal: cómo aprender de los fracasos

El fracaso siempre ofrece algún tipo de aprendizaje, y aun cuando la experiencia es dura, es importante quedarse con lo positivo.
Identificar el papel que jugamos en el fracaso, sin caer en la autocrítica excesiva, nos va a permitir ver claramente en qué podemos mejorar. Foto: Daniel Colombo
Identificar el papel que jugamos en el fracaso, sin caer en la autocrítica excesiva, nos va a permitir ver claramente en qué podemos mejorar. Foto: Daniel Colombo

Las conversaciones sobre aprender de los fracasos son una cuestión clave y enriquecedora a la hora de mejorar nuestro crecimiento personal. ¿Existe el miedo a fracasar? ¿Cuántas veces se abandona un emprendimiento por no tener la seguridad de cumplir con los objetivos? ¿Cuántas veces se fracasa antes de comenzar?  

El fracaso encuentra sentido en sí mismo cuando está la capacidad de aprender de él. Para eso, es necesario reconocerlo y así empezar el proceso para enfrentarlo.

Cómo enfrentar el fracaso

El primer paso es reconocer la existencia del miedo, una cuestión que resulta natural ya que muchas veces está ligado al prejuicio del "qué dirán", la pérdida de estatus o autoestima. Con lo cual, el darle entidad al miedo es lo esencial para poder manejarlo. 

El segundo paso es cambiar la perspectiva, es decir no mirar al fracaso como un final, sino como una parte integral del proceso de aprendizaje, puesto que los errores son lo que más enseñan, no los éxitos. 

El tercer y último paso en el camino hacia perder el miedo al fracaso es trabajar y desarrollar la autoconfianza, la cual se construye con pequeñas victorias diarias y con la certeza de que, a pesar de cualquier circunstancia, se tendrá la capacidad de levantarse y salir adelante. 

La autoconfianza se construye con pequeñas victorias diarias.

Identificar las lecciones valiosas de los errores

Resulta elemental el dar un paso atrás y ocupar tiempo en reflexionar: ¿Qué salió mal? ¿Qué se podría haber hecho de manera diferente? En última instancia, la autorreflexión es la pieza con la cual se pueden extraer lecciones valiosas para aplicar a futuro, además de que es necesario la aceptación de la responsabilidad del papel que se juega en ese fracaso, intentando no caer en la autocrítica excesiva para poder enfocar en lo que se puede mejorar. 

A su vez el buscar retroalimentación es útil para tener en cuenta las diversas perspectivas que muchas veces revelan aspectos que no se habían tenido en cuenta. 

No obstante, el evocar el recuerdo de las fortalezas personales, los logros pasados y las cualidades que permitieron la concreción de objetivos pueden ayudar a la hora de recuperar la confianza luego de un golpe negativo. 

Mantener la resiliencia 

El sostenimiento de una visión inspiradora y ambiciosa para la vida personal o profesional es una fuente constante de motivación. Incluso al enfrentar fracasos, la magnitud de la visión da la fuerza para continuar. Asimismo, aunque el fracaso pueda ser desalentador, la redefinición de estándares permitirá marcar el compromiso con una meta mayor, y en consecuencia esto mantendrá una alta resiliencia

Tener una visión ambiciosa para la vida o carrera es una fuente constante de motivación.

 

Pensar en grande no solo ayuda a superar los fracasos, sino que también transforma la manera en que se enfrentan, viendo cada uno como una oportunidad para el acercamiento a esos grandes sueños y objetivos. 

Muchas veces las personas no son conscientes de su propia capacidad de resiliencia, y a menudo ellas mismas subestiman su habilidad para recuperarse de las dificultades. Es necesario recordar que la resiliencia no siempre es algo evidente, y puede manifestarse de maneras sutiles. 

Reconocer las pequeñas victorias

Una forma de reconocer estas pequeñas victorias es reflexionar sobre esos desafíos que se han logrado superar en el pasado, y como resultado entender que en ellos hubo resiliencia, incluso aunque no haya sido reconocida en su momento.

El celebrar los logros diarios como salir de la cama luego de un día difícil o seguir intentando a pesar de un revés, es una muestra de resiliencia. y esto ayuda a construir una mayor conciencia de la presencia de la misma.

Otra manera de reconocer la resiliencia es observar a cada fracaso como una oportunidad para aprender y crecer ya que esta mentalidad de crecimiento permite visualizar los desafíos como algo positivo y a mantener la cabeza abierta a nuevas experiencias. A su vez, desarrollar la resiliencia emocional o practicar la regulación emocional proporcionará un manejo mas efectivo de la frustración al enfrentar una derrota.

Por último, pero no menos importante, el desarrollar resiliencia se trata de aceptar la realidad tal como es, (aceptar lo que no se puede cambiar y concentrar la atención en lo que sí está bajo control) y de cultivar la paciencia (crucial en la aceptación), teniendo siempre en mente que el progreso y el éxito llevan tiempo, y que es natural enfrentar obstáculos en el camino. 

 

Cada fracaso es una oportunidad para aprender y crecer.

Aceptar los fracasos y manejar la frustración, es la herramienta para desarrollar una resiliencia más profunda y para enfrentar la vida con mayor serenidad y confianza. 

Como afirmó el escritor Charles Dickens, “Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender”.

Carlos Daniel Tantucci

* Carlos Daniel Tantucci - Consultor psicológico. productor y conductor del programa “Compartiendo Vida”, por FM "PARROQUIAL" 105.1

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