La historia detrás de la casona de Palermo donde aseguran que estuvo Madonna
En un rincón de la Ciudad de Buenos Aires se puede encontrar la casona en la que, actualmente, funciona el Hostel Meridiano. Años atrás, fue una sastrería que trabajó con celebridades internacionales.
La Ciudad de Buenos Aires esconde varios rincones históricos, mágicos y encantadores donde menos se los espera. Una puerta alta con vidrios y detalles de la arquitectura que nos remonta a la época dorada de la Capital puede ser la entrada para un mundo desconocido y lleno de historias. Eso es lo que pasa al adentrarse en una mítica casona ubicada en el corazón de Palermo Soho.
En calle Soler, muy cerca a la Plaza Armenia de los Inmigrantes, se encuentra el actual Meridiano Hostel, un hospedaje para turistas y residentes argentinos que cada vez cobra más popularidad. Al acercarse al albergue, uno se topa con una fachada externa que no da pistas de la magia que se esconde en el interior. Recién al entrar se comienza a apreciar la belleza del lugar, logrando que cada nuevo huésped se vea fascinado por los colores de los vidrios, la estructura que denota que es un edificio antiguo, y hasta por los detalles que se mantienen desde su fundación, como lo son las lámparas de araña colgadas en cada espacio común.
La casona es como un laberinto vertical, que esconde, por un lado, un jardín exuberante y, subiendo las escaleras, varias habitaciones repletas de personas que buscan conectar con otros y aprender de la cultura local. Y no podemos dejar de mencionar la terraza fascinante desde donde se puede apreciar Palermo en su totalidad.
Pero la belleza estética del lugar y la calidez que se siente no es lo único que atrae a cada huésped. Al momento de ingresar, los recepcionistas cuentan parte de la historia de la casona que fue inaugurada un siglo atrás. Varios detalles y datos curiosos resuenan hasta la fecha, y, se dice, que algunos de ellos no son más que mitos. El principal: Madonna habría estado allí para probarse uno de los vestidos que usaría en la película Evita.
Con el deseo de conocer a fondo la historia que esconde la casona en la que hoy funciona un hostel y responder si es verdad que la mismísima Madonna paseó por ahí, MDZ se comunicó con Norma Zanetti, la actual heredera.
La magnífica historia que esconde la casona
En la década de 1920 se construyó la bella casona de Palermo. De acuerdo con Norma, la hermana de Fausto Zanetti, quien fue el propietario de la casona por varias décadas, en un primer momento vivieron dos familias allí; una en la planta baja y otra en el segundo piso. En los '70, aproximadamente, su hermano vio el lugar y lo que sintió fue amor a primera vista. Por eso, ahorró y ahorró hasta poder adquirir el inmueble en el que soñaba poner su sastrería, en el año 1977. Y así lo hizo.
La sastrería de Fausto llevaba el nombre de De Buenos Aires Modas. Fue tal su éxito en aquella época que comenzaron a confeccionar vestidos y atuendos para las celebridades del momento. Llegaron a confeccionar "algunos de los vestuarios de las obras del Teatro Colón", según recordó Norma.
Lo más llamativo es que la producción de algunas películas, obras teatrales y series internacionales eligieron a la sastrería de Fausto para que confeccionara su vestuario y, en ocasiones, para grabar algunas escenas. "Filmaron una película que se llamó Un rey para la Patagonia, Evita, La fuga, Soy Gina -que era una novela que se pasaba por Canal 13, protagonizada por Luisa Kuliok y Jorge Martínez-. Después, han hecho muchos comerciales como uno de cigarrillos", reveló la heredera.
Mira el video de la casona como Hostel
Entre las celebridades que visitaron la casona, cuando la sastrería De Buenos Aires Modas funcionaba allí, Norma mencionó a Luisa Kuliok, Betiana Bloom, Esther Goris, Víctor Laplace, Cristina Banegas y Enrique Liporace. Por supuesto, la incógnita de si Madonna fue -o no- a probarse un vestido para la película inspirada en la figura de Eva Perón, fue respondida por la mujer. Y, a pesar de la ilusión que contenía esta periodista, su respuesta fue un rotundo "No". "Sí se diseñó el vestuario de la película argentina Eva Perón, protagonizada por Esther Goris y Víctor Laplace", agregó Zanetti.
Han pasado más de cien años desde su inauguración, por lo que, evidentemente, el inmueble sufrió varios cambios hasta la fecha. "Donde ahora está la cocina, era el primer escritorio de mi hermano. Después, como él quería estar tranquilo diseñando o atendiendo a la gente que lo iba a ver, se trasladó a la pieza que está en el último piso donde está la escalera caracol, en la última terraza. Ahí él tenía su escritorio, atendía a la gente y hacía los diseños", comenzó a decir Norma.
"En la planta baja, donde está el baño grande de mármol y la sala grande donde ahora hay una agencia de viajes, eran los talleres donde se hacían moldes, se cortaban y se cosían los trajes. Todo eso que vos ves ahora donde están los cuartos, era ropa para alquilar, tanto de hombres como de mujeres. La casa de Soler era, más bien, vestuario para hombres y, en calle Guatemala a la misma altura era, casi todo, vestuario para mujeres" contó en detalle.
Mira el video de la serie neerlandesa que se grabó en la casona
Años más tarde, el "alma de la casa", Fausto, falleció. Pero, en honor a él, la sastrería siguió funcionando de la misma manera hasta que Ramiro, el hijo de Norma y sobrino del diseñador, decidió seguir su carrera de arquitectura. "Lo que hizo Ramiro fue terminar la parte de la película La Fuga y, después, hizo Diarios de motocicleta, que es de la vida del Che Guevara. De ahí terminó su conducción de la sastrería y se avocó a su carrera de arquitectura", evocó Norma.
"De ahí siguió un par de años el sastre, Tito, para no dejar a la gente sin trabajo. Y, de a poco, algunos se jubilaron, el sastre falleció, el sombrerero, Santo Mauro, también falleció y la casa se fue pinchando sola", recapituló la mujer heredera.
Tras el cierre de la sastrería, Norma decidió alquilarla. Primero a Endemol, una productora de contenidos audiovisuales de Países Bajos que tuvo la idea de filmar allí Julia's Tango, una serie de dos temporadas en la que la protagonista se enamora del lugar y, curiosamente, lo compra para convertirlo en un hostel, que resultó ser la funcionalidad actual de la casona. Por casi cuatro años, la casona estuvo alquilada por Endemol y, finalizada la grabación de la serie, Norma volvió a alquilarla, finalmente, a Meridiano para que funcionara el actual hostel y su respectiva agencia de viajes.
"Yo seguí alquilando la casona porque me parece hermosa y me recuerda mucho a mi hermano. No con nostalgia. Los primeros años sí, ahora ya no. Me parece que Fausto está siempre presente ahí y me parece que es como un homenaje a él conservar la casa. Por eso nunca la he querido vender y siempre preferí alquilar. No la veo a esa casa en manos de alguien de la familia que no sea Zanetti", concluyó Norma al recordar a su hermano con mucho cariño.