Cápsula del tiempo: descubrieron que un vestido del siglo XIX escondía un antiguo mensaje
Luego de una década de investigación, salió a la luz el significado oculto en los códigos.
Una arqueóloga estadounidense jamás se imaginó que años después descubriría la verdad de un vestido victoriano que compró en 2013. Logró negociar su precio y bajarlo a US$100, sin saber que tenía un mensaje oculto que le llevó mucho tiempo y ayuda descifrar.
La primera vez que lo vio fue en un centro comercial de antigüedades de Maine. Sara Rivers Cofield no había visto nada igual antes, pero intuyó que era del 1880; y a pesar de su vejez, estaba bastante intacto: corpiño ajustado, polisón abullonado, puños de encaje, seda color bronce y botones metálicos. Todo en buen estado.
Era una prenda victoriana de dos piezas, muy diferente a cualquiera de su colección. El precio incluso era más alto de lo que suele pagar (colecciona trajes y bolsos antiguos por diversión), pero decidió que lo valía la pena y se lo llevó en diciembre de 2013, sin saber el misterio que develaría una década después.
La misteriosa nota del vestido
Al observarlo, descubrió que tenía un bolsillo secreto metido bajo el polisón. Dentro de él habían dos hojas de papel arrugadas con listas de palabras y lugares aparentemente aleatorios. Primero, decía: “Bismark, omit, leafage, buck, bank”; luego: “Calgary, Cuba, unguard, confute, duck, Fagan”. Las notas al margen de los papeles parecían representar el tiempo.
A su vez, contaba con una etiqueta cosida al vestido que tenía un nombre escrito a mano: Bennett. La experta contó a CNN que las palabras eran crípticas, por lo que en febrero de 2014 publicó un blog sobre la prenda, con fotos del mismo y los papeles, y lo apodó el Busto de Bronce de Bennett, en búsqueda de algún prodigio que lo decodifique.
Los más curiosos comenzaron a investigar y bautizaron este caso como el "criptograma del vestido de seda". Algunos especularon con que Bennett, la dueña de la prenda victoriana, era una espía que utilizaba palabras codificadas para comunicarse, otros decían que era una críptica nota de amor, medidas de ropa, códigos de la Guerra Civil (esto Rivers Cofield lo descartó rápidamente).
Wayne Chan, un investigador de la Universidad de Manitoba en Canadá, llegó al código en el verano de 2018. Interesado por este misterioso mensaje, miró 170 libros de códigos, pero no le sirvió y empezó entonces a investigar sobre la época del telégrafo, incluidos los códigos meteorológicos utilizados en Norteamérica en aquella época.
La verdad detrás de la misteriosa nota
La línea "Bismark Omit leafage buck bank" se fue deduciendo: "Bismark" significa que se registró en la estación de Bismarck, en lo que hoy es Dakota del Norte. "Omit" significa que la temperatura del aire era de 56 °F y la presión barométrica de 0,08 pulgadas de mercurio. "Leafage" se refería a un punto de rocío de 32 °F observado a las 10 p.m. "Buck" indicaba que no había precipitación, mientras que "bank" significaba una velocidad del viento de 12 mph (19 km/h) y un atardecer despejado.
"Todas las estaciones meteorológicas debían enviar sus informes por telégrafo a una oficina central en Washington", dijo al medio mencionado. Los mensajes codificados utilizaban un código meteorológico telegráfico del siglo XIX empleado por el Cuerpo de Señales del Ejército, servicio meteorológico nacional de EEUU a finales de esa época.
De este modo, el investigador explicó: "Este código en particular no estaba pensado para guardar secretos en absoluto. Los códigos telegráficos se utilizaban por dos razones principales: secreto y economía. El código meteorológico era para lo segundo. Como en un telegrama se cobraba por palabra, querían acortar o comprimir un parte meteorológico en el menor número de palabras posible para ahorrar costos".
Si bien había un libro de códigos meteorológicos que los expertos consultaran palabra por palabra, con el tiempo se las acordaron y dejaron de leerlo. Determinados pares de consonantes y vocales representaban valores numéricos específicos; este, para el canadiense, resultó ser un código realmente complejo, aunque no había tal secreto detrás.
Video: la explicación de Sara Rivers Cofield