Día del Niño nuestro de cada día
Despertar nos encuentra así como somos, y nos encuentra extrañando así como nos hacen sentir. Extrañar es la veracidad del corazón. Es la raíz, y abrazar es el mayor brote de esa raíz. Y gritar, te quiero. Se acostumbró a empatar, o que podía perder. Hay gente empate. Porque son tan contemporáneos, de huellas borradas por la interpretación .
De iniciar todo hoy. De creer que la rebeldía es contra el pasado. Por esa fe que es el ahora, y tienen razones para tener razón, se trata de tenerlo todo hasta tener razón.
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Ahí niños perdidos, porque perdieron el niño del que vienen a ser. Y a violentar la inocencia, a querer antes de ser, intrusos de edades. El tiempo es un malestar. Leyeron a Alicia y creyeron en los espejos. Y no se encontraron como son, se hallaron mirados.
El gran descubrimiento: ¿Como nos miran? Para poder ver el lugar del otro. Fue Jesús el que nos miró llegar a ser, y respeto como éramos... Y nos confió como necesitábamos confiar, para poder matarlo a él lo que pudieron es matar a todos los niños. A los santos inocentes. Él siguió confiándonos al niño, los cuentos atraen inocencia. Nos cuentan. Cuentan con nosotros. Cuento conmigo.
Einstein inicia su teoría de la relatividad invitándonos a imaginar. La imaginación es un credo. Y el chiquilín de bachin. Dame un ramo de vos.
Feliz día del niño... a rescatar.
* Juan Barros, energizante natural. Apto para todo público.